Salvo sorpresa mayúscula, Unai Sordo emprenderá en julio el camino que ya recorrió hace 41 años Nicolás Redondo Urbieta, el histórico del sindicalismo vasco que lideró durante 18 años la Unión General de Trabajadores. Sus raíces son sin embargo muy diferentes, las de Redondo se entierran en el metal, en la fábrica donde fue obrero. Sordo, en cambio, es un universitario -graduado social- que trabajó durante unos años en el sector de la madera, pero que tras afiliarse en CCOO “casi por casualidad”, ha tomado cada vez mayores responsabilidades hasta romper contra todo pronóstico su techo en Euskadi.

Se trata de un sindicalista de nuevo cuño, del siglo XXI, posiblemente con mayor preparación, pero sobre todo con un prisma más actual. Nacido en Bilbao un 2 de octubre de 1972, su infancia transcurrió entre Trauko y Uribarri, el siente que es su barrio. Personalmente, a Unai Sordo, que se siente “muy de Bilbao”, le apasionan los viajes y la fotografía, con una especial predilección por las viejas ciudades europeas, a lo que añade la necesidad de “desconectar” de vez en cuando visitando el pueblo de su familia materna: Castronuño, en Valladolid, donde, de chaval, participó en un par de campañas de recogida de la fresa.

Aficionado a la lectura de novela y ensayo, ha colaborado con columnas de opinión en radio y mantiene un blog con temática fundamentalmente sindical. Es también un ferviente usuario de las nuevas tecnologías, le gusta explorar en Internet, donde se mueve por blogs políticos pero también por webs de recetas de cocina.

Su ascenso en CCOO -donde conoció a su mujer- ha sido constante. En junio de 2000 asumió la Secretaría de Juventud del sindicato en Euskadi, cargo que compatibilizó con tareas de organización de la central en Bizkaia, y en 2004 pasó a formar parte de la ejecutiva de CCOO de Euskadi como responsable de Bizkaia.

Fue elegido secretario general de Comisiones Obreras de Euskadi el 9 de enero de 2009, con más del 84% de los votos de los delegados asistentes al IX Congreso de esta central, en sustitución de Josu Onaindi, y resultó reelegido en 2013.