BILBAO - La producción de la industria siderúrgica vasca ha caído en 2016 a mínimos históricos pues la elaboración de acero en las factorías vascas no alcanzó los 3 millones de toneladas, un millón menos que en 2015, y muy lejos de los más de 7,5 millones que salieron de los hornos vascos en 2007 antes de la crisis. El resultado es que Euskadi produce el 21% del acero español -3 millones de toneladas sobre un total de 13,6-, practicamente la mitad que antes de la crisis donde elaboraba casi el 40%, según el sector acerístico.

Aunque los resultados de buena parte de las compañías siderúrgicas mejoraron en 2016, la realidad es que la producción global en el conjunto del Estado bajó hasta los 13,65 millones de toneladas frente a los 14,84 millones de 2015, según World Steel Association.

La industria siderúrgica ha sido y es estratégica en el tejido industrial vasco pues suministra materia prima de calidad a otros sectores fundamentales en la economía como los de automoción, construcción, electrodomésticos, máquina-herramienta y bienes de equipo varios. La pérdida de peso de la industria siderúrgica vasca en España tiene que ver además de con el hecho de que el destino fundamental de sus productos era y es la construcción, con la realidad de que todas las acerías vascas existentes hoy en día son de horno eléctrico y los precios de la energía eléctrica en el Estado son, de media, más altos que en países competidores como Alemania, que produce 42 millones de toneladas anuales de acero. Y estos costes de la electricidad lastran especialmente a la Acería Compacta. La planta de ACB Sestao tiene que competir en la elaboración de bobinas de chapa en caliente dentro del grupo ArcelorMittal con los hornos altos asturianos. Y aunque la planta vasca se alimenta de chatarra -con lo que colabora con la sostenibilidad y el medio ambiente-, y los hornos altos asturianos elaboran el acero a través de mineral de hierro y carbón, estos se benefician, en la coyuntura actual, de unos costes de las materia primas más bajos.

El parón de la construcción está detrás de una caída que tiene a los productores de acero común, corrugados etc., como los mayores damnificados. Algo que se ha visto reflejado en el cierre durante estos años de plantas como la de Corrugados Gallardo, antigua Marcial Ucín, de Azpeitia (Gipuzkoa), o la de ArcelorMittal Zumarraga (Gipuzkoa). La otra acería vasca más volcada en productos largos para construcción, la vizcaína de Nervacero-Celsa, aunque ha mejorado todavía está lejos, con sus 650.000 toneladas en 2016, de los 1,1 millones de 2007. Si a esto se le suma que la planta más grande de Euskadi, ACB Sestao, de Arcelor, ha estado parada gran parte del año, se entiende el fuerte descenso de la producción registrado en la CAV. La baja demanda de la construcción no pudo ser paliada por el buen comportamiento de los aceros especiales para automoción porque la entrada de acero chino en Europa a precios de dumping llevó a ArcelorMittal, a recortar sustancialmente su producción en tierras vascas hasta 1,2 millones de toneladas, un 45% menos, cuando en 2007 elaboraba 3,8 millones.

España. La producción de acero en el Estado alcanzó en 2016 los 13,65 millones de toneladas, 1,1 millones menos que los 14,8 millones de 2015. En la UE la producción bajó hasta 162,93 millones de toneladas, cuatro menos que las 166,11 del año anterior, según World Steel Association.

País Vasco. La producción de acero bajó hasta unos 2,96 millones de toneladas frente a los 4,1 millones de 2015.

40%

Desde 2007, la producción vasca ha bajado de 7,5 a 3 millones de toneladas, un 40%