Vitoria- Los empresarios vascos han visto cómo en pocas fechas se les ha instado a que suban los salarios y a que aumenten su contribución fiscal pagando más Impuesto de Sociedades. El presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, señala que cualquier iniciativa tiene que tener en cuenta la incidencia que pueda tener en la competitividad de las empresas pues pese a la mejoría de la coyuntura todavía no se han recuperado de la gravedad de la crisis. Por ello no es partidario de subidas generalizadas de salarios. “Hay que ver la situación en cada empresa”. Respecto a los impuestos, recuerda que “queremos pagar impuestos porque eso significa que las empresas van bien y ganan dinero pero difícilmente podríamos abonar más impuestos sobre el beneficio si se reducen los resultados al introducirse elementos que pudieran lastrar la competitividad de las empresas”, indica el presidente de la Confederación Empresarial Vasca. Este empresario, alavés de adopción (Eibar 1958), ha conseguido en año y medio al frente de la patronal vasca pacificar las relaciones entre las territoriales Cebek, Adegi y SEA, y sentar en una mesa a ELA, LAB, UGT y CCOO para poner en valor la prevalencia de la negociación colectiva en Euskadi. Todo ello mientras las cotas de paz social en las empresas son las más altas de la historia reciente del País Vasco. Larrañaga, consejero delegado de la empresa de construcción Zikotz, reivindica la figura del empresario.
Estos días se ha planteado una subida de la presión fiscal a las empresas. ¿Cómo ven la solicitud?
-Nosotros somos unos contribuyentes a las arcas públicas y queremos pagar impuestos, señal de que tenemos beneficios. Eso sí, no entiendo que se intente relacionar directamente los ingresos por el Impuesto de Sociedades con el PIB porque dicho impuesto grava el beneficio, no la facturación, y la realidad es que las empresas vascas no han recuperado el nivel de antes de la crisis. No hay que olvidar que entre 2008 y 2014 hemos perdido 6.000 empresas en la CAV, el 10%, y los márgenes empresariales han bajado del 7% al 3% porque no tenemos la competitividad suficiente para mejorar esas cifras. Necesitamos costes más competitivos, fiscales o energéticos para fabricar mejor, vender mejor y crear un empleo de mayor calidad. Además hay empresas que han tenido pérdidas importantes estos años y tienen un crédito fiscal. Todo ello hace que la recaudación por Sociedades se resienta.
Desde ciertos sectores se da a entender que hay margen para subir impuestos en Euskadi pero si se observan los datos de competencia fiscal, en Madrid, por ejemplo, hay una fiscalidad más baja.
-Los datos dicen lo que dicen. Hay que mirar qué tipos de Impuesto de Sociedades o de IRPF hay en la Comunidad de Madrid y en el País Vasco, y está claro que la ventaja fiscal no está aquí.
También se ha puesto encima de la mesa el subir las cotizaciones.
-Mire. Hay que meterse en la cabeza que lo primero es ser competitivo. Sin empresas competitivas, no hay trabajo, ni ingresos fiscales, ni futuro. Si suben las cotizaciones sociales y si suben los impuestos lo que pasa es que sale más dinero de la empresa. Y es un dinero que no se puede usar para invertir, para innovar o para subir salarios. En definitiva se resta competitividad a la empresa.
Pero las administraciones públicas precisan más ingresos.
-Sólo sé que en las empresas hacemos lo mismo que hacemos los ciudadanos en casa. Primero miramos lo que tenemos, los ingresos de que disponemos, y luego gastamos en función de eso. Yo en la empresa no puedo decir que como quiero ganar más, mañana subo mis precios pues corro un serio peligro de perder los clientes y ganar menos que antes.
¿Es hora de subir los salarios?
-En Euskadi en estos años los salarios han subido de forma acumulada ligeramente por debajo del IPC, luego se ha producido una pequeña pérdida de poder adquisitivo pero no se pueden hacer subidas de forma generalizada. Hay que ver la situación de cada compañía y analizarla. Nosotros, dentro del modelo de relaciones laborales que estamos impulsando, creemos en la participación de los trabajadores en los resultados de las empresas. Mercedes, por ejemplo, ha firmado una subida salarial de 1,7% más una paga de beneficios de unos 1.300 euros a cada trabajador, con lo que este año podemos estar hablando de una subida salarial de casi un 6,7%. Como se ve hay empresas que cuando pueden mejorar la retribución lo hacen.
¿Desde Confebask hay alguna directriz para subir los salarios este año en alguna horquilla?
-Desde Confebask, y desde las territoriales, en estos momentos, no hay ninguna directriz sobre subidas de salarios o sobre jornada laboral.
¿Cómo valora el acuerdo con ELA, LAB, CCOO y UGT para dar prevalencia a los convenios vascos?
-La firma del acuerdo marco con todos sentados en la mesa es una buena noticia. Sin duda es importante que, al menos en algo, nos pongamos de acuerdo. Y no hay que olvidar que para dar el segundo paso hay que dar el primero. ¿A partir de ahora? Estamos dispuestos a sentarnos en todas las mesas de los diferentes convenios colectivos abiertos en las que se pueda negociar y llegar a acuerdos.
ELA está llamando todos los días a la confrontación pero los trabajadores no parecen secundarlo.
-Hay una paz social en las empresas vascas como no ha habido nunca. Estamos en cifras históricas de baja conflictividad laboral pese a que hay dos sindicatos cuyas líneas estratégicas, según afirman, pasan por convertir las relaciones laborales en un conflicto permanente. Entiendo que en las empresas los trabajadores no están siguiendo las directrices que marcan algunos sindicatos. Y ejemplos tenemos todos los días. Véase el caso de Mercedes. ELA promueve la abstención y vota el 85% de los trabajadores. O el de Michelin, con un convenio de eficacia limitada al que se adhiere el 98% de la plantilla, de Sidenor... La estrategia que algunos marcan desde arriba, afortunadamente, no se plasma abajo
Usted llegó a la presidencia de Confebask a propuesta de SEA con Cebek enfrentada a la patronal alavesa. ¿Qué balance hace de este año y medio?
-La verdad es que estoy satisfecho. Las diferencias que había en aquel momento entre algunas territoriales ya no existen. Creo que estamos trabajando todos en el mismo sentido. Hay una tranquilidad importante lo que nos ha permitido desarrollar el trabajo. Proyectos como el del nuevo modelo de relaciones laborales o el de la encuesta sobre demanda ocupacional, que es importantísimo, son una realidad. Hemos firmado los acuerdos de la mesa de diálogo social y el de la prevalencia de los convenios vascos. Y hay más en marcha.
¿La representatividad de Confebask entre el empresariado es...?
-Indubitada. Me sorprende que tras 30 años sin cuestionarse la representatividad de Confebask en el mundo empresarial vasco ahora algunos lo pretendan hacer. Pero estamos muy tranquilos. En el Estatuto de los Trabajadores está reflejado como se mide la representatividad de los agentes sociales y la cumplimos en todo. Le diría mas. Nosotros tenemos igual o mayor representatividad entre el censo de todas las empresas que la que puedan tener todos los sindicatos juntos entre el censo de todos los trabajadores.
¿Qué balance hace de cinco años de reforma laboral?
-La reforma laboral puede ser matizable o mejorable pero creo que ha sido positiva porque ha ayudado a mantener muchos empleos cuando caía la demanda. Empleo que se podía haber destruido, y lo que se destruye no vuelve a nacer. Aunque solo sea por eso creemos que es positivo. Y en Euskadi no hemos aprovechado la reforma para bajar salarios eliminando la ultraactividad.
Pero muchos casos han terminado en los juzgados.
-Las interpretaciones de los jueces podemos compartirlas o no, pero se acatan. Aunque seríamos partidarios de desjudicializar las relaciones laborales en lo posible.
¿Cómo ven temas como el ‘Brexit’ o el proteccionismo de Trump?
-Nos preocupan. El Brexit porque hay compañías vascas en el Reino Unido y no sabemos a qué tipo de acuerdos se llegará en el futuro en las relaciones entre Londres y la UE. El problema es que añade más incertidumbres a las habituales pero como hemos dicho más de una vez las incertidumbres en el mundo económico han venido para quedarse y hay que saber gestionar con ellas. La política proteccionista de Trump nos preocupa porque hay muchas empresas vascas que están en México como plataforma de entrada en EEUU Yo no creo en el proteccionismo comercial.