bilbao - El próximo lunes comenzará en Bilbao la fase final del proceso judicial contra dos grandes multinacionales españolas del sector del mármol, cuyos responsables se enfrentan a entre dos y cuatro años de cárcel por un posible delito contra la salud de los trabajadores. La acusación la ejercen, además de la fiscalía, seis antiguos empleados de una marmolería de Bermeo, todos ellos enfermos por haber respirado durante años polvo de sílice. El argumento que sostiene la demanda penal, respaldado por la Inspección de Trabajo, es que eran estas grandes empresas fabricantes las que tenían que haber informado de los riesgos para la salud de las encimeras de cuarzo que suministraban. El ministerio público pide cárcel también para los dueños de la marmolería.
El origen del caso de la Marmolería Cid se remonta varios años atrás, en concreto a 2009, cuando la dirección de la empresa de Bermeo solicitó la visita del inspector de trabajo al detectar que seis de sus empleados estaban afectados por silicosis. El informe de la Inspección fue contundente: En la marmolería no se cumplían las medidas de prevención necesarias para trabajar con materiales derivados del cuarzo.
Los productos en cuestión son silestone, comercializado en exclusiva en el Estado español por una firma andaluza, y caesarstone, que en España distribuye una empresa alicantina. Es en estas dos compañías en las que sitúa el informe de Inspección la responsabilidad de comunicar los riesgos de los materiales a la marmolería, a la que la Inspección libera de culpabilidad.
Con base en este informe, la Fiscalía de Bizkaia interpuso una primera denuncia penal contra estas dos compañías, así como contra dos empresas de prevención de riesgos, por posibles delitos contra la seguridad y la salud de los trabajadores. En un principio, no se actuó contra los responsables de la marmolería, que a su vez decidieron ejercer como acusación particular contra los dos fabricantes junto a los seis trabajadores enfermos.
Las dos multinacionales han ido alargando un proceso judicial que ahora encara su resolución en el Juzgado Penal número 1 de Bilbao. En el camino, las dos mutuas implicadas han quedado exentas de cualquier responsabilidad penal, mientras que el ministerio público ha implicado finalmente a los dos socios de la marmolería que aun viven dando lugar a una situación un tanto rocambolesca si se tiene en cuenta que fueron estos los que dieron los primeros pasos para aclarar el origen de las enfermedades de sus empleados.
El lunes comienza una vista oral que se calcula puede durar hasta el jueves dada la complejidad del caso, mientras que la sentencia podría tardar alrededor de dos meses. Fuentes jurídicas explican que la importancia del proceso radica en la posibilidad de que el juez sitúe la responsabilidad penal en los fabricantes de las encimeras, y no en la marmolería en la que se cortaban, por no haber informado de los riesgos que conllevaba la manipulación de aglomerados de cuarzo. Las mismas fuentes señalan que la opinión de la Inspección de Trabajo puede ser una prueba relevante para la exculpación de los dueños de la antigua Marmolería Cid, que en todo caso se enfrentan también a una petición por parte del fiscal de más dos años de prisión.
En cuanto a los responsables de los dos grandes fabricantes, la acusación particular reclama cuatro años de prisión por dos años del ministerio público. De los seis trabajadores con silicosis, cuatro tienen la incapacidad total, es decir, no pueden seguir desarrollando la profesión con la que contrajeron la enfermedad, y dos la incapacidad absoluta para desempeñar cualquier trabajo.
cada vez más casos Aunque menos letal que el amianto siempre que se detecte a tiempo, la sílice es otro de los grandes enemigos de la salud laboral. Aunque tradicionalmente la silicosis se ha vinculado con la minería, cada vez aparecen más casos en Euskadi, sobre todo de trabajadores que han trabajado durante muchos años en marmolerías.
El mayor peligro se genera al cortar en seco aglomerados de cuarzo sin la debida protección, ya que se levanta polvo de sílice que sin mascarilla acaba alojado en los pulmones. Detectada a tiempo, la sílice puede producir simplemente fatiga y mareos pero en su fase más avanzada puede acabar desarrollando un cáncer de pulmón.
Como ocurre con el amianto, los afectados se encuentran normalmente con dificultades para ver reconocido el origen profesional de su enfermedad y, dado que transcurren años hasta que se perciben síntomas, a la hora de reclamar una indemnización suelen encontrarse con que su empresa ha cerrado.
En este sentido, el veredicto del juez en el caso de la marmolería de Bermeo puede sentar un precedente si se confirma que las empresas que suministraban materiales de cuarzo conocían de sus peligros y no informaban de ellos a los compradores. Como destaca uno de los abogados de la acusación, hay otros muchos casos abiertos en el Estado español y en otros países de todo el mundo en los que puede influir la resolución de este proceso.