La lucha contra la economía sumergida y el dinero negro que incluso puede ser vía de financiación del terrorismo están cambiando el reparto del papel moneda en circulación en la Eurozona. En estos momentos hay más billetes de 50 euros que nunca, mientras que los famosos bin laden, los papeles morados de 500 que todo el mundo saben que existen pero nadie ha visto, caen a sus niveles más bajos de los últimos doce años.

El billete naranja, el de 50 euros, ha sido el más utilizado desde el lanzamiento de la moneda única y supone más de un 45% del papel en uso en Europa.

El número de billetes de 50 euros puestos en circulación alcanzó en julio máximos históricos, con 979 millones. Esa cifra supone un incrementó de 19 millones respecto al mes de junio. O en otras palabras, el Banco Central inyectó papel de 50 euros por valor de 950 millones de euros. De este modo, el importe de todos los billetes de 50 euros alcanza los 48.950 millones de euros, según los datos provisionales publicados ayer por el Banco de España.

Este nuevo repunte se produce tras la decisión adoptada por el consejo de gobierno del BCE a principios de mayo de dejar de producir billetes de 500 euros desde finales de 2018, aunque este papel seguirá siendo forma de pago legal. La decisión se debe a la “creciente preocupación” en la opinión pública de que están siendo utilizados para actividades delictivas, como la corrupción o la financiación del terrorismo.

Así, el número de billetes de 50 euros en circulación superó los 900 millones en el mes de marzo y no ha dejado de aumentar en los meses siguientes. Por su parte, durante el mes de julio el número de billetes de 500 euros en circulación volvió a descender, como viene haciendo desde 2014, ahondando en sus mínimos desde mayo de 2004, hasta los 57 millones y un importe de 28.500 millones de euros.

resto de billetes De este modo, a día de hoy se está produciendo una creciente puesta en circulación de billetes de 50 euros y, al mismo tiempo, una retirada de los de 500 euros, coincidiendo con la decisión del BCE de no imprimir más de estos billetes inalcanzables para la mayoría de los ciudadanos europeos. Por su parte, el importe de los billetes de 200 euros se situó en julio en 2.005 millones -10 millones de unidades-, prácticamente estable respecto a un año antes. En el caso de los billetes de 100 euros en el Estado, siguieron en mínimos históricos en el mes de julio después de que las entidades que operan en España entregaran al Banco de España más billetes de los que se pusieron en circulación.

En concreto, la diferencia entre los billetes distribuidos y los retirados en julio volvió a ser de 16 millones de unidades, mientras que un año antes los billetes devueltos superaban solo en siete millones a los distribuidos.

Esta situación se puede deber al hecho de que el país sea un receptor de turismo y la posibilidad de que los turistas hayan traído en el último año a España muchos billetes de este tipo, según apuntó el Banco de España cuando se produjo el primer descenso en febrero del año pasado. Gran parte del dinero de los turistas acaba en las entidades de crédito, que devuelven parte de estos billetes al Banco de España porque no necesitan tantos para hacer frente a las necesidades de liquidez de sus clientes.

En el caso de los billetes de 20 y 10 euros, el saldo neto entre lo distribuido y las devoluciones también fue negativo como en los billetes de 100, con 30.100 millones y 11.121 millones de euros, respectivamente.

En cualquier caso, el efectivo total puesto en circulación por el Banco de España se situó en 39.835 millones de euros (35.669 millones de euros en billetes y 4.166 millones en monedas) en el séptimo mes del año, un 16,5% menos que en el mismo mes de 2015.