- El director general de Inbisa, Carlos García, rebosa optimismo. La constructora vasca cuenta con obras importantes en cartera, entre ellas la recién adjudicada ampliación de la cubierta de San Mamés, y abrirá delegaciones en Málaga y Baleares.
¿Ha tocado suelo el mercado inmobiliario?
-Llevamos siete u ocho años muy duros. Sí notamos que han cambiado cosas que ayudan a que la demanda se reactive. La situación económica global mejora y los bancos están siendo más facilitadores de préstamos. Hay una cierta reactivación de la vivienda, que estamos notando tanto en la parte de promoción como en la constructora. Estamos construyendo cerca de mil viviendas ahora mismo.
¿Vuelven a subir los precios?
-Todos los datos apuntan a que esa bajada drástica de los últimos años al menos se ha estabilizado. Algunas estadísticas, sobre todo en Madrid o Barcelona, empiezan a hablar de subidas. No es global, pero en ciertas zonas es clarísima la recuperación del precio y de las ventas.
¿Y en Euskadi?
-En Euskadi viene un poco retrasada, pero también hay señales de reactivación del mercado. Se hacen promociones nuevas, siempre que sea un producto de calidad. El cliente se va dando cuenta de que años atrás se hicieron productos que no eran todo lo buenos que debían ser.
¿Se nota en el negocio la recuperación de la actividad económica?
-Sí. No hay ningún sector específico que ejerza de tractor, pero el sumatorio hace que de forma global esté creciendo la cartera de obras contratadas. Nuestro objetivo para este año es doblar la facturación. Estamos en condiciones de pasar de los 65 millones de euros de 2015 a 120 millones.
¿Dónde surgen oportunidades?
-Hemos apostado por diversificar mucho el tipo de obras. Por ejemplo, todo el tema de hoteles se ha reactivado. En el sector agroalimentario se están produciendo también construcciones nuevas. El sector deportivo, con todo lo que ha supuesto el nuevo San Mamés, o los centros comerciales y supermercados también son buenas oportunidades. Son clientes muy diversos en cuanto a tamaños y zonas geográficas. Tenemos oficinas en Madrid y Barcelona y estamos haciendo obras en distintas zonas de Andalucía o de Extremadura. Hay que acompañar al cliente en su expansión.
Inbisa es una excepción. El sector de la construcción volvió a caer unas décimas en Euskadi el año pasado.
-La situación sigue siendo dura. En ocho años se han perdido tres cuartas partes de las empresas. No hay una fórmula mágica, pero cambiando pequeñas cosas el sumatorio acaba dando frutos. Sobre todo la forma de acercarnos a un cliente con la obsesión de aportarle valor. Hay que dar al cliente todo el valor que podamos. Los clientes exigen de las constructoras servicios cada vez más amplios para seguir contando contigo.
Hace un año Inbisa vendió su división de servicios a ACS. ¿Hay más desinversiones a la vista?
-Tuvimos unos años en los que hubo que reducir la estructura pero estamos volviendo a crecer tanto en facturacion como en plantilla. Queremos abrir delegaciones en Málaga y en Baleares. En plantilla hace dos años éramos poco más de cien personas, el año pasado terminamos con 170 y ahora estamos cerca de 200.
La construcción vasca ha perdido casi la mitad del empleo desde 2008. ¿Se llegarán a recuperar esos puestos?
-El empleo no volverá a los niveles del boom pero se va recuperando. Sobre todo por la iniciativa privada. El sector público está aun debilitado con todos los problemas derivados del déficit y la deuda, pero confío en que volverá a invertir en construcción.
¿Prevén expandirse a nivel internacional?
-Desde 2011 hasta 2014 hemos tenido experiencias en Brasil, México, Francia o Angola. Hemos parado por ahora esa expansión porque vemos que aquí hay oportunidades. Para una empresa de nuestro tamaño ir fuera no es fácil, hay aspectos culturales y económicos que lo dificultan.
Los sindicatos denuncian que en muchas obras, incluso públicas, no se respeta la regulación y el convenio vigente.
-Cumplimos estrictamente todos los temas legales. Estamos muy preocupados con la prevención y la seguridad. Tenemos índices positivos, con obras emblemáticas como San Mamés sin ningún incidente grave. Llevamos once años sin ningún susto importante.
¿Y el resto de empresas?
-Siempre hay cosas aisladas pero en general se cumple toda la normativa laboral. A veces en ese debate hay más ruido que otra cosa.