DONOSTIA - Otro duro golpe para el acero vasco con el mismo protagonista. La multinacional Arcelor Mittal anunció ayer un cese parcial de su actividad en la planta de la localidad guipuzcoana de Zumarraga que implicará trasladar parte de la producción a otras fábricas del grupo y la recolocación de los empleados afectados en otras factorías del grupo. Según sus previsiones, la producción se prolongará entre dos o tres semanas más para finalizar los pedidos y reordenar la actividad. Luego la producción quedará parada.

Esta noticia llega dos meses después de que la compañía anunciara el paro temporal indefinido en la ACB de Sestao y el grupo parlamentario del PNV solicitó la comparecencia en el Congreso del ministro de Industria, José Manuel Soria, para que explique qué medidas a tomado España para evitar el cierre de las acerías vascas.

La planta de Arcelor Mittal en Zumarraga produce alambrón y barras especiales y da empleo directo a 325 personas, cifra que se eleva con otros 50 empleos indirectos. Según señaló ayer la multinacional india, el motivo que ha conducido a tomar esta decisión es una combinación de factores desfavorables que se resumen en un incremento del nivel de importaciones, un coste de producción poco competitivo por los altos precios energéticos y la necesidad de importar chatarra de elevado coste.

De una manera más detallada, Arcelor Mittal lamenta un importante aumento en la importación de las palanquillas utilizadas en la fabricación de alambrones procedente de China y del propio alambrón, con origen en el este de Europa y Brasil con precios muchos más bajos. Además, dice que se ve obligada a traer del extranjero el 40% del total de chatarra empleada en la producción, con un coste adicional de 14 euros por tonelada. A estas razones añade la sobrecapacidad del 37% del mercado ibérico de productos largos. Estos factores han conducido a un deterioro del 20% en los márgenes y una caída del 18% en las ventas en el último tercio de 2015. La repercusión son “unas pérdidas insostenibles de millones de euros en los últimos años”.

plazo de dos semanas Arcelor Mittal comunicó ayer al comité de empresa esta decisión, y a partir de ahora se abre un plazo de dos semanas para establecer un diálogo con la representación sindical. Ayer la empresa no concretó qué producción ni a dónde se iba a trasladar. Tampoco señaló qué plantas propone para el traslado de los trabajadores afectados, al alegar que son aspectos a tratar en los próximos días. Sí avanzó, en cambio, que no contemplan medida alguna para las otras dos plantas que tiene en Gipuzkoa (Olabarria y Bergara), que fabrican otros productos que no sufren las inclemencias del mercado.

El cierre provocó contundentes declaraciones por parte de las instituciones de la CAV y de Gipuzkoa que, ante todo, trasladaron su solidaridad con los trabajadores y sus familias y lamentaron el duro golpe que representa esta decisión para el desarrollo industrial de la zona del Goierri.

La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantxa Tapia, reprochó a Arcelor Mittal su “falta de rigor y visión empresarial” en un escenario con problemas en el mercado del corrugado, pero que “ha llegado a estar en peor situación que la actual”.

Entre los principales errores, la consejera atribuyó a la multinacional india la ausencia de inversiones para la puesta a punto de la maquinaria, la inexistencia de una diversificación del producto y “una apuesta insuficiente por la innovación y mejora del producto”.

Tras reconocer que el Gobierno tan solo tiene conocimiento en “términos genéricos” de los planes de la compañía, le pidió que plantee “medidas menos traumáticas”, entre las que nombró jubilaciones, bajas y traslados voluntarios negociados con el fin de ajustar la capacidad de la planta y garantizar “el futuro industrial del municipio de Zumarraga”.

rechazo sindical Los sindicatos también mostraron su rechazo. Así, CCOO acusó a Arcelor Mittal de “pretender eliminar de un plumazo el sector siderúrgico de Euskadi”. ELA, por su parte, culpabilizó de esta decisión a “los sucesivos Gobiernos de Gasteiz” quienes, a su juicio, han visto con buenos ojos la venta de la industria vasca a “multinacionales con centros de decisión a miles de kilómetros de distancia”, además de “apostar por la desinversión de sus participaciones industriales”.

UGT atribuyó la situación a “la reforma laboral del PP, que abarata el despido y facilita el cierre de empresas”. El cuarto sindicato del comité, LAB, consideró que Arcelor “se ríe de los trabajadores, del Gobierno Vasco y de la sociedad vasca”. El presidente del comité de la acería vizcaína, Juan Carlos Díaz, calificó la decisión de “mazazo”. Los trabajadores de Sestao se reunirán mañana con la dirección para analizar la apertura de la acería los fines de semanas, pero acudirán con ánimo frío.