pamplona- El Tribunal Supremo ha puesto definitivamente punto y final al conflicto entre Navarra y el Estado por el IVA de Volkswagen. El pasado 3 de febrero, el alto tribunal acordó convertir el archivo provisional de la causa en archivo definitivo, tal y como le pidió en enero el propio abogado del Estado, lo que supone acabar por fin con la reclamación de 1.513 millones de euros que el Estado hacía a Navarra por los cobros del IVA de Volkswagen entre 2007 y 2012. Un final esperado, después de que el PP anunciase la retirada del recurso en vísperas electorales, pero que no deja de ser especialmente relevante para la economía de Navarra que llevaba desde 2011 con la amenaza de tener que enfrentarse al pago de esta cantidad que habría hecho temblar los pilares de la economía foral.

Una incertidumbre que se ha prolongado más de lo previsto ya que, aunque la causa llevaba en suspenso más de un año, el anterior Gobierno de UPN y el Estatal del PP dejaron sin firmar el acta de la comisión coordinadora que ponía fin al conflicto, lo que hizo que la resolución final se haya demorado más de lo previsto. En el decreto emitido a principios de este mes por el Supremo, da por terminado el recurso contencioso administrativo al asumir los argumentos esgrimidos por el abogado del Estado en su escrito de diciembre de 2015. Este apunta que en aplicación de lo recogido en el Convenio entre el Estado y la Comunidad se solicita el archivo de la causa por haberse producido la extinción del conflicto y la desaparición sobrevenida de su objeto.

Esta nueva situación abre el camino a Navarra para negociar con el Estado otras cuestiones, especialmente la reforma del Convenio Económico que debe fijar las relaciones económicas entre Navarra y el Estado para 2015-2019. Es el verdadero reto que tiene la Comunidad Foral, que durante los años de la crisis y pese a la caída de la recaudación ha visto cómo ha ido aumentando la aportación al Estado. De hecho, esta revisión ya se ha visto retrasada por la complejidad del conflicto por el IVA de Volkswagen, que casi monopolizó toda la relación bilateral entre Navarra y Estado durante la pasada legislatura.