gasteiz - Las condiciones del nuevo empleo preocupan a agentes sociales e institucionales, que destacan la corta duración de los contratos como una de las aristas más afiladas de la precariedad. La elevada rotación laboral se traduce en que cada persona que se incorpora al mercado de trabajo firma una media de tres contratos al año, según desveló ayer el Consejo de Relaciones Laborales (CRL). Un amplio porcentaje de los nuevos trabajadores son despedidos en un plazo menor a seis meses, pero también los hay que, superado el periodo inicial, acaban siendo incorporados a la plantilla fija. En la primera mitad de 2015 este ha sido el caso de 8.600 asalariados de la CAV, un 23,5% más que el año pasado.
Es una pincelada de color en el paisaje gris de la temporalidad, pero que permite intuir una cierta recuperación de la disposición de los empresarios vascos a suscribir contratos estables. Aunque los avances económicos aún no son suficientes para realizar nuevas incorporaciones con duración indefinida, sí se aprecia una apuesta por formalizar la relación laboral de los que ya trabajan bajo los diversos tipos de contratos con fecha de caducidad.
Así lo indican los datos hechos públicos ayer por Randstad con base en el registro de las oficinas de empleo, que recogen un total de 8.586 conversiones de contratos temporales, principalmente de fin de obra y eventuales según circunstancias de producción, en indefinidos en la CAV entre enero y junio. Son un 23,5% más que las 6.954 conversiones de la primera mitad de 2014, un incremento superior al del 18% registrado en el conjunto del Estado. Solo en junio se convirtieron en Euskadi 1.456 contratos en indefinidos, el 21% más que en el mismo mes de 2014. En el caso de Nafarroa se realizan un 19% más de conversiones entre enero y junio, hasta las casi 2.900.
En el primer semestre se han firmado en la CAV un total de 21.500 contratos indefinidos nuevos, de forma que la conversión tiene un peso limitado en el conjunto de la contratación fija, y más aun si se compara con el volumen de nuevos empleos temporales. Sobre este punto llamó ayer la atención el presidente del CRL, Tomás Arrieta, al señalar que la diferencia entre trabajadores indefinidos y eventuales está tomando “tintes estructurales”.
El presidente del CRL recordó que el 93% de los contratos firmados el año pasado fueron temporales, de forma que el porcentaje de asalariados que trabajan con un contrato de este tipo ascendió dos puntos en el año hasta el 23,6%. Arrieta se mostró muy crítico con el efecto que ha tenido en este sentido la reforma laboral aprobada por el Gobierno español en 2012, que como recordó nacía con el objetivo de reducir la dualidad entre temporales e indefinidos pero que en la práctica, y a pesar de mermar sensiblemente la seguridad de los trabajadores fijos, no ha servido para convencer a los empresarios para inclinarse por esta fórmula contractual.
El CRL daba a conocer además un dato revelador de la inestabilidad de los nuevos trabajos. Más del 47% de los contratos temporales realizados en 2014 duraron menos de un mes, y otro 13,6% entre uno y seis meses. La corta vida de los nuevos puestos hace que la rotación del mercado laboral vasco sea muy alta, es decir, una parte importante de los contratos que se notifican son ocupados en realidad por la misma persona. En concreto, de media cada nuevo trabajador vasco formalizó en 2014 una media de 2,96 contratos, un índice que ha ido creciendo desde el inicio de la crisis.
efecto de la reforma También el consejero vasco de Empleo, Ángel Toña, hizo alusión ayer a la elevada temporalidad y lamentó que “la aplicación de la reforma laboral ha traído consigo que la calidad del empleo se haya visto mermada”, de forma que los empleos temporales y a tiempo parcial “se imponen”. “Entiendo que, a veces, es lo más fácil para las empresas, pero para los trabajadores no es lo mejor”, afirmó en Euskadi Irratia el consejero.
Toña subrayó que la situación del mercado de trabajo “va mejorando”, pero recordó que en junio se formalizaron en la CAV 90.000 contratos, de los cuales tan sólo el 10% fueron indefinidos. “Y ya sabemos quiénes son los más perjudicados, los jóvenes, los mayores y los que tienen menos formación”, resaltó.