bilbao ? La música de los incentivos que repartirá Euskaltel entre sus altos directivos no suena afinada a oídos del Gobierno Vasco. Diez altos cargos de la compañía de telecomunicaciones recibirán más de 40 millones de euros en bonus con ocasión de la salida a Bolsa y, sin entrar en “valoraciones morales”, el portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, aseguró ayer que esa decisión “choca” con el modelo de empresa “comprometida con Euskadi”, con la melodía que satisface los gustos de Lakua.
Se trata de un movimiento corporativo en una empresa privada, una práctica “relativamente habitual” en el ámbito mercantil que se respeta. No obstante, la raíz pública de Euskaltel en sus orígenes da al Gobierno Vasco galones para pronunciarse sobre la operación, aunque ya no tenga mando en plaza. Sin bajar mucho al detalle y con grandes dosis de mano izquierda, Erkoreka verbalizó la disconformidad del Ejecutivo con los bonus, un tema que estuvo sobre la mesa en la reunión semanal del Gabinete de Iñigo Urkullu.
Erkoreka enmarcó los incentivos en “la libertad de las empresas y la autonomía de la que disfrutan como organizaciones para adoptar las decisiones que más acordes se encuentran con las necesidades y las ambiciones y aspiraciones de la propia empresa”.
Casi tres años después de la salida de Lakua del capital de la compañía cuya puesta en marcha lideró hace dos décadas, Euskaltel asume las reglas del mercado con un plan de incentivos para directivos senior que ha generado mucho ruido en la parcela sindical.
El presidente, Alberto García Erauzkin, recibirá 9,2 millones y otros nueve altos cargos se repartirán casi 32 millones. Además, otros 14 altos cargos recibirán 5,8 millones. Los beneficiarios se han comprometido a destinar a la compra de acciones de la compañía la mitad del pago neto en metálico ?algo más de 25 millones? , lo que implica que los trabajadores controlarán en torno a un 1,3% del capital. El compromiso incluye mantener el paquete al menos durante un año.
Apelando a esa cláusula, Erkoreka confia en que los directivos vascos beneficiados no se vean tentados a hacer caja una vez transcurrido el periodo obligatorio de conservación de los títulos. “El Gobierno espera que estos incentivos se reinviertan en acciones de la compañía, de manera que se incremente la participación en la empresa y, de esa manera, se pueda fortalecer el arraigo de la misma en el país en consonancia con lo que fueron los orígenes de la sociedad”, subrayó.
Con todo, el portavoz del Gobierno prefirió quedarse con los éxitos cosechados en el camino y con el veto que tendrá Kutxabank en las grandes decisiones, un cortafuegos contra una hipotética deslocalización. “Hay que poner en valor lo que de positivo tiene la trayectoria de una empresa que ha conseguido, sin abandonar el arraigo en Euskadi, competir en un mercado global complejo como el de las telecomunicaciones”.
“enriquecimiento inmoral” ELA ve la operación con otro cristal mucho más oscuro y anuncia batalla. En un comunicado, el sindicato denunció el “escándalo” que supone el “inmoral enriquecimiento personal de los gestores de Euskaltel” por la salida a Bolsa de la compañía y anunció que tratará de impedirlo.
ELA ya mostró la semana pasada su oposición a la oferta pública, que considera un “nuevo paso en la privatización de una empresa que empezó siendo pública”. Ahora a la luz de la letra pequeña de la operación, la central abertzale estima que el Gobierno Vasco y Kutxabank “deben explicar por qué una empresa de un sector estratégico, de la que tuvieron el 100% de las acciones, va a pasar a estar controlada en un 70% por fondos de inversión que solo buscan especular y maximizar el beneficio a corto plazo”.
Para ELA, Euskadi se está “desprendiendo de las joyas de la corona a precio de saldo” y, como “ejemplo”, puso “el beneficio que van a obtener” los fondos que compraron hace 2 años y medio su participación al Gobierno Vasco y “que van a triplicar su inversión” con la salida a Bolsa. l