Barcelona - CatalunyaCaixa es ejemplo de la mala gestión en determinadas entidades financieras españolas. En 2011 tuvo que ser nacionalizada y en ella se han inyectado unos 12.000 millones de euros de dinero público. Los últimos responsables de la entidad antes de ser nacionalizada, el expresidente Adolf Todó y al exconsejero delegado Jaume Masana, fueron despedidos por el FROB tras la nacionalización sin derecho a indemnización. Ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha ratificado una sentencia por la que ambos responsables deben percibir 600.000 euros cada uno como compensación por los respectivos despidos. El FROB, que cesó a Todó y Masana el 10 de mayo de 2013, ya ha anunciado que interpondrá un recurso de casación ante el Tribunal Supremo.

El Tribunal Superior de Justicia catalán ha desestimado el recurso interpuesto por la entidad financiera a una sentencia de un juzgado de Barcelona, que declaraba improcedentes los despidos de Todó y su segundo Masana por lo que o debían ser readmitidos en sus cargos o bien ser indemnizados.

Adolf Todó fue de 1995 a 2008 director general de Caixa Manresa, cargo que desde ese momento ocupó en Caixa Catalunya. En 2010 pasó a ser presidente de Catalunya Banc, tras la fusión, con un sueldo inicial de más de millón y medio de euros anuales.

Su nombre está ligado al de la polémica porque además está imputado, como otros cuarenta ex altos cargos de Caixa Catalunya, entre ellos el que fuera presidente de la entidad de 2005 a 2010, el socialista Narcis Serra. En 2010, los consejeros decidieron aumentar la retribución de los principales gestores de la entidad. Presuntos sobresueldos que se autoconcedieron. En un primer acuerdo a Todó se le aumentó el sueldo variable hasta en un 50% y el de su entonces adjunto, Jaume Masana, aumentó del 35 al 45%. Más tarde Todó pasó a cobrar 812.502 euros anuales (frente a los 800.481 que cobraba) y Masana 610.201 (frente a 598.428), gracias a un segundo acuerdo.

Jaume Masana por su parte, se incorporó a Caixa Manresa en 1996 como director general adjunto, y posteriormente, ocupó el mismo cargo en Caixa Catalunya, siempre de la mano de Adolf Todó. Fue desde 2008 hasta que en 2010 pasó a ser el consejero delegado de la nueva entidad ya fusionada. Actualmente trabaja para el grupo de Caixabank con un cargo mucho menor.