Donostia. La Corporación Mondragón ha decidido tomarse un respiro. Será de tres meses o cuatro meses y lo usará para diseñar lo que tiene que ser el grupo cooperativo en el futuro, no solo desde un punto de vista estratégico a la hora de responder ante nuevos escenarios tan cambiantes como la actual crisis económica, también en el plano de las propias cooperativas, para adecuarse a una nueva coyuntura cada vez más dependiente de los parámetros globales.
"Hemos decidido pararnos para reflexionar, analizar lo que está pasando y diseñar lo que tiene que ser Mondragón en el futuro", manifestaron a este diario fuentes de la propia Corporación Mondragón.
La causa de este parón reflexivo ha sido la dimisión, por motivos personales, del presidente de la Corporación, Txema Gisasola. Noticia que ha supuesto todo un aldabonazo en el seno del movimiento cooperativo, no ya porque es la primera vez que produce esta circunstancia, sino por lo que supone de puesta en cuestión del modelo de comportamiento en el seno del movimiento cooperativo, dónde los valores individuales están prevaleciendo cada vez más sobre los colectivos.
Una prueba de ello y el detonante de la dimisión de Gisasola, ha sido la crisis de Fagor Electrodomésticos -grupo del que Gisasola había sido director general-. Desde el propio Consejo Rector de la cooperativa se focalizó la responsabilidad de la situación en las estructuras corporativas de MCC por no haber respondido al crédito de 50 millones de euros que solicitó en octubre y que provocó el concurso de acreedores.
Ante esta situación, que ha tenido su traslación negativa en el ámbito personal y familiar, Gisasola ha defendido el carácter no presidencialista del grupo cooperativo, ya que la elección del máximo responsable de la Corporación se hace en un congreso formado por 600 representantes de todas las cooperativas y es ratificado por la comisión permanente, una especie de consejo de administración, cuyos miembros son elegidos por la asamblea.
Nueva gestora Un equipo de cuatro o cinco responsables de cooperativas y de áreas de la Corporación va a ser el encargado de analizar la situación que ha derivado la salida de Gisasola. Se encargará además de establecer las líneas de actuación clave y diseñar la hoja de ruta a seguir por la Corporación
"El diagnóstico debe ser compartido por todos los cooperativistas como así ha sido siempre y lo que ha dado cohesión, fortaleza y visión de futuro al grupo", señalan fuentes cooperativas.
La propuesta deberá de ser aprobada por el Consejo General y, posteriormente, por la Comisión Permanente, que la llevará al Congreso, que habitualmente se celebra cada mes de mayo.
Con la definición de las nuevas líneas de actuación de Mondragón para los próximos años, se procederá a la elección del nuevo presidente de la Corporación, que será el encargado de llevar a cabo el plan diseñado para encarar el futuro del grupo cooperativo.
Entre tanto y como novedad, será esa comisión gestora formada por miembros del Consejo General de Mondragón la que se hará cargo del funcionamiento operativo de la Corporación con carácter transitorio.
Fuentes cooperativistas han señalado que la puesta en marcha de esta gestora puede deberse a que les ha cogido por sorpresa la decisión de Gisasola de dimitir o que ante la falta, en este momento, de un candidato claro que no provoque reticencias por parte de algunos sectores se ha optado por tomarse tiempo para elegir a la persona más adecuada.
La dimisión de Gisasola ha causado sorpresa en algunos sectores porque el perfil del hasta ahora presidente de la Corporación es el de un hombre de grandes creencias cooperativistas y, por ello, con la fortaleza como para poder aguantar la crisis que esta viviendo MCC.
Soledad Sin embargo, alguno, a partir de la situación que se está viviendo en el seno de Mondragón piensa en sentido contrario. "Lo sorprendente es que con lo que ha pasado haya durado tanto tiempo como presidente". "Si desde Fagor Electrodomésticos, que es la cooperativa de donde procede y donde ha estado hasta hace un año y medio, no le defienden, ni le reconocen, menos lo van a hacer empresas con las que no se ha tenido ningún vínculo, con lo está claro es que has perdido el liderazgo", precisan fuentes cooperativas consultadas.
De la misma forma, las mismas fuentes ponen de relieve la honestidad que ha demostrado Gisasola al presentar ayer su dimisión en lo que significa reconocer que "no ha sido capaz de gestionar bien un tema tan importante como ha sido el de la crisis de Fagor Electrodomésticos".
En este sentido, las mismas fuentes destacan la mala imagen que la Corporación ha proyectado tanto en el exterior como dentro del grupo cooperativo en la gestión de la crisis de Fagor Electrodomésticos, lo que ha hecho que se hayan dado situaciones inéditas en el seno del movimiento promovido por el Padre Arizmendiarrieta, como el cuestionamiento, por primera vez, de los responsables, cuando las decisiones son colectivas.
En el fondo subyace el agravio histórico que desde hace décadas existe en el seno de de las cooperativas con Fagor Electrodomésticos, a cuyos cooperativistas los consideraban unos privilegiados no solo por las retribuciones que recibían, sino porque el resto del grupo debía ir a su rescate cuando entraba en dificultades sin, a cambio, realizar ninguna contrapartida que modificase la situación.
La gota que colmó el vaso en octubre fue el rechazo por parte de la comisión permanente de la Corporación el préstamo de 50 millones de euros que solicitó Fagor, cuando en junio los socios del grupo decidieron reducirse los salarios, así como otro tipo de medidas, para aportar 70 millones a la cooperativa dirigida por Sergio Treviño.