BILBAO. Almunia, en declaraciones a Radio Euskadi recogidas por EFE, ha afirmado que tras la decisión que adoptó la Comisión Europea el pasado mes de julio al ordenar a los inversores que devolvieran las ayudas que habían percibido indebidamente, no se han dado los "nubarrones y apocalipsis" que se auguraron desde el sector naval.

"A todas luces se exageró y se hizo una demagogia desde mi punto de vista repugnante", se ha quejado Almunia.

"Se agitaba la quiebra de todo un sector, que decenas de miles de familias iban a quedar en la calle para luego mirar la decisión y comprobar que eso no era así, ni tenía nada que ver con esos nubarrones y esos apocalipsis que se dibujaron", ha añadido.

El comisario europeo ha confesado que aún se siente "dolido" con algunas de las críticas que se vertieron contra él cuando su departamento confirmó que se tenían que devolver las ayudas.

Preguntado si como vasco y español no pudo hacer algo más, ha respondido: "Los comisarios no estamos aquí para defender los intereses de nuestro país, de nuestra región, de nuestra ciudad o de nuestro equipo de fútbol, sino el interés europeo".

Ha recordado que no se trató de una multa, sino de que los inversores, y no los astilleros, reintegrase al Estado español las ayudas que obtuvieron de forma indebida al ser incompatibles con el marco legal europeo.

Almunia ha reconocido que el naval es uno de los sectores más afectados por la crisis, pero se ha mostrado convencido de que sus empresas tienen futuro si son competitivas y ofrecen un producto de calidad.

El responsable de Competencia ha informado de que su departamento y el Gobierno español siguen discutiendo la manera de calcular las cuantías que los inversores tienen que devolver.

En relación con la situación de Fagor Electrodomésticos, Almunia ha considerado "muy doloroso" ver que una parte del sistema cooperativo vasco, "que es un éxito enorme desde muchos puntos de vista, está atravesando los problemas" que tiene la compañía de Mondragón.

Ha asegurado que el problema de Fagor no ha llegado a la UE, por lo que ha eludido pronunciarse sobre cómo se puede resolver la situación de la empresa.