VITORIA. Los cursos de formación de Lanbide llevan seis meses bloqueados. Ese es el plazo que ha transcurrido desde el fin de la convocatoria de formación de 2011, que expiró el pasado 31 de marzo, hasta que se ha publicado la de este curso a finales de agosto. Sin embargo, el concurso se resolverá este mismo mes de octubre, lo que implica que el reloj sigue todavía en marcha y se continúa por tanto sin dar soluciones a las más de 160.000 personas inscritas en la lista vasca del paro.
En el caso de la orientación, rebautizado como acompañamiento por el Departamento de Empleo, el programa se ha troceado en varias convocatorias destinadas a diferentes colectivos, que empezaron a publicarse hace dos semanas. El periodo de adjudicación de los concursos es de dos años, algo nada habitual en esta materia, por lo que el próximo Gobierno Vasco tendrá que asumir como propia el diseño del Ejecutivo de Patxi López.
Fuentes de Lanbide consultadas critican el retraso, que supone en definitiva que las personas desempleados de Euskadi "no han tenido formación desde el 1 de abril de 2012, llevan más de seis meses sin recibir cursos, sin atención".
El Departamento de Gemma Zabaleta sostiene que la demora en formación está originada por la reflexión abierta por Empleo con centros educativos y con el sector terciario con el objetivo de dar un "giro radical" a las políticas de empleo. Profesionales de Lanbide sostienen que la convocatoria tan solo presenta "ligeros cambios formales" respecto al programa de 2011.
Añaden, que el Gobierno anunció en marzo la presentación de la convocatoria a los agentes con los que se estaba reuniendo, lo que supuso implícitamente el cierre formal del ciclo de consultas. La realidad es que hasta el pasado 27 de agosto no se publicó el texto en el Boletín Oficial del País Vasco.
La nueva convocatoria tiene asignados 25 millones de euros, dos más que el año pasado. Añade algunas modificaciones menores en cuestiones como los criterios de valoración y adjudicación de las subvenciones al centro que imparte los cursos de formación. También se establece una serie de obligaciones para el parado que recibe el cursos, regulándose aspectos como la asistencia -tres faltas no justificadas conllevarán la expulsión del alumno- o el aprovechamiento de la enseñanza, un aspecto que queda al juicio del propio centro o entidad donde se imparta el curso.
No se aprecian modificaciones de calado en la asistencia a los desempleados. La base del programa sigue siendo la misma a pesar del retraso que ha registrado la convocatoria.
Funcionarios de Lanbide consideran que detrás de la dilación está la estrategia de control del gasto para evitar sobresaltos en el cumplimiento del objetivo del déficit.
En Lakua se da por hecho que el Ejecutivo cuadrará las cuentas, pero se teme que sea a costa de aplazar una materia tan sensible en estos momentos como son las subvenciones. De hecho, en la convocatoria de formación de Lanbide de este año se ha troceado el presupuesto de forma que 13.750.000 de euros se imputan a 2012 y 11.250.000 euros figuran con cargo al crédito de compromiso de 2013.
problemas económicos No solo son los parados los que sufren el aplazamiento de los cursos de formación. Los centros y entidades que colaboran con Lanbide no han tenido carga de trabajo durante todos estos meses. Sus profesionales han estado prácticamente sin actividad y la situación económica de algunas empresas ha sido insostenible. Hasta el punto de que se ha dado la paradoja de que centros encargados de la inserción laboral de los desempleados se han visto forzados a aplicar su propio expediente de regulación de empleo.
Los trabajadores de Lanbide lamentan que se haya perdido la oportunidad de diseñar un modelo de activación laboral ajustado a las necesidades vascas y critican que el Gobierno haya "hecho un calco" de la estrategia del Inem en las dos convocatorias que ha realizado desde la transferencia de las políticas activas de empleo. A ese problema conceptual se suma el retraso técnico, que ha obligado a extender la convocatoria hasta el 31 de julio del próximo año, sin que sea posible recuperar los meses perdidos.
La otra columna de la inserción laboral, la orientación también está generando controversia en el seno del Servicio Vasco de Empleo. El Departamento de Zabaleta ha apostado por cambiar el envoltorio de la convocatoria sin entrar en profundidad en el contenido. Los cambios estéticos suponen una revolución de arriba a abajo. Empezando por el nombre, que a partir de ahora será acompañamiento, se ha troceado la adjudicación en lotes y se ha abandonado la tradicional fórmula de la subvención en favor del concurso.
Habrá cinco concursos públicos que afectarán a menores de 30 años con baja cualificación, mayores de 45 años de larga duración, personas en alto riesgo de exclusión, trabajadores con discapacidad y reclusos en régimen abierto. Algunos lotes están divididos a su vez por comarcas y otros por herrialdes.
La adjudicación será por dos años, prorrogables a otros dos, aunque el Gobierno del PSE llegó a plantearse ampliarla a cuatro años. Trabajadores de Lanbide cuestionan la legitimidad de la dinámica de comprometer presupuestos del próximo gobierno, porque recuerdan las críticas que ha recibido dentro y fuera del Servicio de Empleo la gestión de sus actuales responsables. Consideran que el margen de maniobra de la nueva dirección también queda comprometido.