madrid. Los bancos irrumpieron en junio en la lista de los principales problemas de España a juicio de los ciudadanos, situándose en el sexto lugar de la tabla que vuelve a encabezar el paro, aunque con un porcentaje menor que el que ha venido registrándose a lo largo de los dos últimos años. Así se desprende del barómetro elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que sitúa como segundo problema de los españoles, la economía. Mientras el riesgo del paro preocupa al 77,8% de los encuestados, las cuestiones económicas son señaladas por el 46,3%.
Lo curioso es que en ambas cuestiones y respecto al estudio precedente, bajan los porcentajes significativamente (casi cuatro puntos en cada una) circunstancia que podría explicar porqué ahora sube la preocupación por los bancos (la nombra el 8,2% de los encuestados).
El hecho de que el trabajo de campo de este estudio coincidiera con la quiebra de Bankia y la petición formal de rescate para el sector financiero hecha por el Gobierno, también explicarían la fuerte irrupción de esta cuestión entre las preocupaciones de los españoles (hasta este barómetro, la banca no aparecía entre los 10 primeros problemas).
Ejecutivo Al hilo de esta cuestión cabe destacar que una mayoría de españoles (seis de cada diez) califica de "negativo" o "muy negativo" el papel jugado por el Gobierno español desde la nacionalización de Bankia hasta el rescate de la UE. El porcentaje (57,5%) es incluso mayor que la percepción negativa o muy negativa que tienen de la labor desarrollada por el Banco de España (54,7%) en el mismo periodo de tiempo.
Los españoles también son críticos, pero menos, con las instituciones internacionales. Cinco de cada diez denuncian el papel jugado por la UE, mientras que cuatro de cada diez arremeten contra el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
Una clara mayoría de encuestados (ocho de cada diez) entiende la ayuda financiera europea a la banca española como "un paso más en el largo proceso" de salida de la crisis, mientras que cuatro de cada diez creen que la medida perjudica a la economía y al empleo en nuestro país, si bien la mayoría reconoce que será bueno para la banca y para el euro. Aun así, la sensación predominante es la de estancamiento en la lucha contra la crisis en la zona euro.