Vitoria. La suerte de Beretta Benelli Ibérica parece estar echada. La dirección de la compañía, dedicada a la fabricación de armas, lanzó ayer un órdago a su plantilla, a la que exigió el despido de 16 de los actuales 67 trabajadores a cambio de no cerrar la planta. A través de un comunicado, BBI también denunció la huelga indefinida que vive la empresa desde el pasado 28 de mayo, y que está costando 15.000 euros al día, según la firma, y recordó que la fábrica alavesa acumula tres ejercicios de pérdidas, por lo que la última propuesta de reducir la plantilla de 67 a 51 empleados es ya la única vía para continuar. Su rechazo supondría el cierre de la planta y la desaparición de otros 31 puestos de trabajo, 47 en total. Beretta desarrolla dos actividades, que emplean a 39 y 28 personas, respectivamente. Los despidos de la segunda afectarían a los mayores de 55 años, a quienes se les complementarían las prestaciones por desempleo. Para el resto BBI plantea indemnizaciones de 35 días por año trabajado con un tope máximo a percibir de 42.000 euros. Empresa y comité volverán a reunirse mañana.
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