Vitoria. Siguen corriendo los días para intentar esclarecer el futuro de Celsa Atlantic en Álava, la antigua Laminaciones Arregui. Ayer, el comité de empresa consensuó una propuesta que hará llegar a la dirección de la firma con el fin de que se retire el ERE de extinción que afecta a los 352 de la compañía de las dos plantas alavesas. La iniciativa, de carácter voluntario según subrayan los representantes de la plantilla, se basa en un plan social de bajas voluntarias incentivadas, en el que se recogen fórmulas que van desde prejubilaciones voluntarias bajo garantía de tres años de nivel de renta equivalente al 90% del sueldo neto anual actual, a opciones de movilidad geográfica dentro del grupo o bajas incentivadas con 45 días por año trabajado con un máximo de 30 mensualidades para aquellos empleados que no se acojan a ninguno de los supuestos previstos y deseen dejar la empresa.

Además de estas opciones, el plan social incluye la posibilidad de asumir con personal propio y voluntario funciones que actualmente están en contratas y transferir trabajadores también voluntariamente a la contrata de logística de Nervacero. También se proponen excedencias o suspensiones de contrato incentivadas entre dos y cinco años y contratos a tiempo parcial. La representación de los trabajadores insiste en el carácter voluntario del plan y en que no aceptarán ni firmarán "ningún tipo de despido".

El comité plantea este plan social y traslada a la dirección de Celsa que si acepta implantarlo supondría la retirada del actual ERE de extinción y la creación de un "clima de negociación apropiado" para intentar llegar a acuerdos sobre la propuesta de convenio. En esa segunda fase, el comité destaca que la posición negociadora consensuada por la representación de la plantilla presenta beneficios para la empresa como la congelación salarial durante cinco años, por tanto este coste estaría controlado, o la activación del crédito blando que ofreció el Gobierno Vasco por cinco millones de euros. Asimismo, se establecería un régimen de flexibilidad de jornadas de trabajo, la eliminación de horas extraordinarias, así como la reducción de plantilla "disminuyendo los costes salariales en base a 46.000 euros anuales por trabajador de media".