El Wrangler contemporáneo conserva intacta buena parte del carácter práctico y del espíritu pendenciero (de ahí su nombre) mostrados por el fundador del linaje Jeep. Siete decenios después, el descendiente de aquel Willys de inspiración bélica pionero en echarse al monte, se ha convertido en icono de la cultura popular norteamericana. El pequeño saltamontes es el insolente, minoritario y pasional emblema del todoterreno. Resulta irreverente a cuantos predican la corrección política pero entrañable a varias generaciones de librepensadores aficionados al automóvil. La última entrega del impulsivo modelo se perfecciona con progresos técnicos que confieren mayor precisión a sus movimientos y con sofisticaciones que apaciguan su uso y disfrute. El Wrangler prepara una versión Arctic que pone más de relieve, si cabe, su temperamento aventurero.

A pesar de que en los últimos años han proliferado las propuestas de campo desnaturalizadas y han evolucionado los gustos de la clientela, el descendiente del Jeep defiende su posición en campo de batalla. Aún ocupa un pequeño nicho en un mercado en el que los recios todoterrenos de antaño han cedido el paso a los más glamurosos y versátiles crossover. Por eso hay quien considera al Wrangler un anacronismo, un cacharro de otra época reservado a chalados aficionados a conducir por donde se hace difícil mantenerse en pie.

Lo cierto es que no existen muchos rivales capaces de desempeñar los cometidos de este auténtico sherpa dispuesto a desafiar la ley de la gravedad y a pasar por alto los matices de la orografía. Aunque Jeep se ha contagiado un poco de la moda "light" al amansar y refinar todas sus creaciones, el Wrangler permanece casi inmune a este virus. Sigue siendo el especialista en trepar, vadear o descender por zonas en las que ni se adivina el camino. Con el tiempo, este estandarte del 4x4 americano se ha vuelto menos rudo y espartano, aunque se mantiene tan robusto y eficiente como sus devotos reclaman.

Ha estilizado sus formas sin renunciar a los rasgos que confieren identidad. También ha suavizado sus modales: llega a los mismos sitios que siempre, pero lo hace con más eficacia y menos brusquedades. El veterano proyecto ha madurado al cabo de los años, descubriendo nuevas posibilidades de uso. Nunca suplantará a un utilitario urbano ni a una berlina familiar, pero ahora es capaz de callejear y viajar sin provocar lumbalgias ni desprender empastes.

A ese refinamiento de técnica, estética y modales contribuye de manera significativa el implante de una moderna mecánica diésel CRD. Es un propulsor turbodiésel de 2,8 litros con inyección directa common rail. Va dotado de tecnología Stop/Start de detención y arranque automáticos en las paradas para mitigar el consumo y las emisiones de CO2. Proporciona 200 CV, un 13% de potencia más que al anterior motor diésel de idéntica cilindrada; desarrolla 410 Nm de par motor cuando se asocia a la caja de cambios manual de seis velocidades y 460 Nm conectado a la transmisión automática de cinco relaciones. Dado su origen americano, el repertorio del modelo cuenta, asimismo, con una poderosa motorización gasolina V6 Pentastar de 3,6 litros y 284 caballos cuya comercialización aquí no está normalizada.

Jeep Wrangler Arctic La firma norteamericana presentó en el último Salón del Automóvil de Frankfurt una interpretación ornamental concebida para enfatizar "el espíritu más aventurero y las legendarias capacidades 4x4" de este singular modelo. La versión, que podría incorporarse al mercado en breve, encuentra inspiración en las regiones árticas con condiciones de conducción extremas, escenarios en los que el Wrangler se desenvuelve a la perfección.

La propuesta toma como referencia la ejecución media Sahara. La completa con una decoración en la que abundan emblemas y adhesivos alusivos al mito del Yeti como representación de la naturaleza salvaje. Se reconoce de lejos por la presencia de capota rígida y pasos de rueda en el mismo color de la carrocería, logotipos "Arctic" sobre los guardabarros delanteros, tapa de combustible negra firmada por Mopar, llantas negras pulidas de 17", así como la huella del Yeti impresa en el lateral delantero izquierdo de la carrocería.

A bordo, la próxima versión instala asientos revestidos de tejido negro Tectonic con aplicaciones Polar White sobre las que destacan costuras y bordados Arctic Orange. Este tono se emplea también en los revestimientos de las puertas y en la red de sujeción de la carga; los asideros y los marcos de las salidas de ventilación del salpicadero están rematados en Polar White. Las butacas delanteras cuentan con calefacción interior y lucen el logotipo específico en la parte superior del respaldo. El volante, los apoyabrazos y el paramento de la consola central se adornan con costuras a la vista. El cuadro, con diseño renovado y materiales de mayor calidad, incluye identificaciones de la serie en el cuentavueltas.

El Jeep Wrangler Arctic enriquece su paleta de colores con nuevas tonalidades (Winter Chill, Bright Silver y Bright White). Este tuneado de fábrica comportará una variación de precio cuyo alcance por ahora se desconoce. Como es obvio, al mercado español solo llegará con la motorización 2.8 CRD de 200 CV, posiblemente vinculada al cambio automático de cinco marchas.