BILBAO. El origen del litigio entre las dos empresas comenzó en 2006 cuando Euskaltel y Amena (hoy Orange) rompieron un acuerdo que habían rubricado en 1999 para dar servicio de telefonía en el País Vasco, lo que provocó una lucha entre las dos empresas por 236.046 clientes.
El TSJPV decidió la semana pasada por mayoría y con el anuncio de un voto particular -el de Ibarra, según se ha conocido hoy- la aceptación del laudo emitido por el árbitro suizo que daba la razón a las tesis de Orange -propiedad de France Telecom y heredera de Amena- y obliga a Euskaltel a pagar 222 millones.
En el voto particular de Ibarra, hecho público hoy, este magistrado considera que el laudo arbitral de la corte suiza tiene competencia para decidir sobre la situación de los clientes, pero opina que se extralimitó al dictaminar que Euskaltel tiene que pagar por el lucro cesante, es decir, la cantidad dejada de ganar por Orange al romperse el contrato.
La corte suiza condenó a Euskaltel por el primer apartado -por los costes para Orange de captación de nuevos clientes- a pagar 41 millones de euros, y por el segundo, por el lucro cesante, 178 millones. Además, había otros gastos, como las costas del juicio, de dos millones, que debe pagar Euskaltel, lo que hace el total de 222 millones.
Ibarra ha opinado que la corte suiza se extralimitó al decidir sobre el lucro cesante; de haber triunfado las tesis del magistrado en el Superior vasco, Euskaltel se habría ahorrado el pago de 178 millones de euros por la citada pérdida de beneficios alegada por Orange.
Al haber quedado en minoría las tesis de Ibarra y aceptado el Superior Vasco en su totalidad el dictamen del árbitro suizo, Euskaltel deberá pagar los 222 millones, aunque la firma vasca todavía no ha decidido si presentará un nuevo recurso judicial ante el Tribunal Supremo.