Así, España ha adjudicado 2.600,14 millones de euros en letras a un año con un interés marginal del 5,2 %, y 557,93 millones de euros a un año y medio con una rentabilidad del 5,32 %, con lo que ha pagado alrededor del 40 % más que en la anterior emisión de estas denominaciones, que tuvo lugar en octubre.
Entonces, las letras a un año se adjudicaron al 3,688 %, un 41 % por debajo del interés aplicado hoy, y las de un año y medio, al 3,856 %, el 38 % más baratas.
El objetivo inicial de la colocación, que oscilaba entre 2.500 y 3.500 millones de euros, se ha cubierto moderadamente, pese a que la demanda de las entidades ha rozado los 8.850 millones de euros.
La incertidumbre sobre la viabilidad de la moneda única europea y la falta de un liderazgo fuerte incrementaban las presiones sobre España y afectaban tanto a la renta variable, donde los inversores reducían posiciones, como al riesgo país.
Minutos después de la subasta, el principal indicador de la Bolsa española, el IBEX 35, sufría un descenso del 1,36 %, en tanto que el resto de Bolsas del Viejo Continente encajaba caídas del 1,71 % en Milán, del 1,70 % en París, del 1,61 % en Fráncfort, y del 0,79 % en Londres.
Por lo que respecta a la prima de riesgo española, que mide el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo y refleja el sobrecoste que los inversores exigen por la compra de deuda soberana nacional frente a la alemana, considerada más segura, permanecía estable en 450 puntos básicos, 17 más que la víspera.
Grecia fue intervenida cuando su prima llegó a los 450 puntos básicos, Irlanda con una prima de 544 puntos básicos y Portugal con 627 puntos básicos.
El rendimiento del bono español a diez años subía al 6,279 %, rozando el máximo histórico intradía que alcanzó el pasado 18 de julio (6,293 %).
Otros miembros de la zona del euro que acusaban también la fuerte tensión de los mercados eran Francia, cuya prima de riesgo superaba por primera vez los 180 puntos básicos, e Italia, que volvía a rebasar los 515.