fráncfort. El Banco Central Europeo (BCE) defendió la necesidad de que la zona euro establezca una "estructura de gobierno más ambiciosa" que garantice el buen funcionamiento de la unión monetaria y económica, y aconsejó a la Unión Europea (UE) que revoque los cambios realizados la Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) en 2005 que permitieron a los estados miembros un mayor margen de maniobra. También exigió una vigilancia más severa de la situación presupuestaria y de la deuda de los países de la zona del euro, así como sanciones más fuertes en la reforma de la Unión Europea .
En un informe sobre la reforma de la gobernanza económica en la Unión Europea, el BCE señala que las propuestas de la Comisión Europea en este sentido contribuyen a un importante fortalecimiento y ampliación de la vigilancia económica y presupuestaria dentro de la Unión Europea.
Con este objetivo el consejo de Gobierno del BCE ha elaborado un conjunto de diez sugerencias que podrían fortalecer las propuestas de la CE. A este respecto, aclara que, aunque sus recomendaciones no requieren cambios en los tratados europeos, la UE deberían considerar realizarlos "en algún momento" para fortalecer la gobernanza económica. En concreto, la institución presidida por Jean Claude Trichet considera necesario una mayor "automaticidad" en todos los procesos de vigilancia, incluso los nuevos adoptados para el marco macroeconómico, que reduzcan la capacidad de los estados miembros de suspender o detener los procedimientos contra ellos cuando no cumplan con las exigencias del Pacto. Asimismo, defiende el establecimiento de plazos estrictos que eviten largos procedimientos, así como eliminar las "cláusulas de escape". En este sentido, apuesta por no permitir al Consejo Europeo o a la Comisión extender los plazos pare corregir un déficit excesivo durante una grave crisis económica de carácter general y reducir o cancelar las sanciones financieras. A este respecto, reclama una aplicación más temprana y más gradual de las sanciones financieras en el marco de la vigilancia macroeconómica que aporte "claros incentivos" a políticas macroeconómicas apropiadas, así como la introducción de medidas políticas y de reputación que fomenten el cumplimiento de los principios del marco de vigilancia.
El BCE también cree que el nuevo marco de vigilancia macroeconómica debería centrarse en los países de la zona euro con grandes déficits por cuenta corriente, significativas pérdidas de competitividad y altos niveles de deuda pública.
Por otro lado, el instituto emisor demanda "ambiciosos" puntos de referencia cuando se conozca la existencia de un déficit excesivo y que se "reduzca claramente" la posibilidad de recurrir a "factores relevantes", especialmente cuando se pueden utilizar para mitigar el incumplimiento de los criterios establecidos.
El BCE también ve necesario garantizar la calidad y la independencia de los análisis económicos y fiscales, lo que requiere establecer algún organismo asesor a nivel europeo compuesto por personas de reconocida competencia.