vitoria. En la guerra del pasivo el campo de batalla es el mercado financiero del Estado, la munición, las ofertas de depósitos con intereses atractivos, y el objetivo a conquistar, el medio billón de euros en manos de los ahorradores. Esta guerra -al menos su última edición- se viene desarrollando desde hace unos dos años, aunque no de manera continua. Se trata más bien de pequeñas batallas en las que una entidad financiera abre fuego con el lanzamiento de un depósito capaz de atraer la atención de los clientes de otros bancos y cajas y de todos aquellos ahorradores cansados de que la remuneración que les ofrecen por su dinero sea inferior a la inflación.
La última escaramuza la han protagonizado Caja Madrid y Banco Popular con la comercialización de sendos depósitos remunerados al 4 y al 4,5%, respectivamente, que se podrán contratar durante un tiempo determinado. Rota la tregua veraniega en esta guerra, falta saber si la confrontación entre entidades será generalizada o si muchas de ellas se limitarán a resistir e intentar conservar a sus clientes mientras otras suben los tipos de interés de sus depósitos para ganar cuota de mercado y liquidez.
Las ofertas de Caja Madrid y Banco Popular se suman a otras muchas -algunas ya cerradas- que desde 2008 se vienen sucediendo con mayor o menor éxito, pero que buscan atraer dinero y clientes. Las entidades están respondiendo a la ofensiva puntual de algunas entidades -el Santander en marzo, el Popular hace unos meses y ahora, Banesto, Open Bank, etc.- con ofertas competitivas y el regreso a los productos tradicionales de pasivo -depósitos a plazo fijo- después de mucho tiempo comercializando fórmulas mixtas y estructuradas.
Aunque la guerra dista mucho de haber finalizado, ya se aprecia que las cajas llevan todas las de perder, pues la mayor agresividad de las ofertas de depósitos de los bancos les está restando cuota de mercado. A principios de 2010 las cajas tenían una cuota en estos productos de pasivo del 56,2% y seis meses después su participación en el mercado había bajado hasta el 54,5%. Al mismo tiempo, las cajas de ahorros han visto salir de sus cuentas 21.000 millones de euros en depósitos y a finales de julio su saldo en estos productos ascendía a 238.414 millones de euros. El proceso de reestructuración en el que se hallan inmersas la mayoría de las cajas podría ser la razón principal de este perfil bajo en la dura y competitiva carrera por hacerse con los recursos de la clientela. Según los datos del primer semestre del año aportados esta semana por la AEB, los depósitos de la clientela de los bancos que operan en el Estado crecieron el 14,3% interanual y superaron el billón de euros, después de que estas entidades lograran captar en torno a 133.000 millones en doce meses, fundamentalmente por sus filiales en el exterior. Si nos ceñimos al mercado doméstico, en los siete primeros meses del año el volumen de los bancos en productos de ahorro a plazo de los hogares creció un 20% y acumula 128.829 millones.
lograr liquidez Esta guerra del pasivo en la banca del Estado comenzó en 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers, a raíz de las dificultades para el acceso a la liquidez. En esa situación y a pesar de que el Banco Central Europeo facilitó fondos ilimitados y baratos a las entidades financieras y de que las más solventes también recurrieron a la emisión de deuda, la necesidad de liquidez hizo que muchos bancos y cajas apelaran al mercado con el fin de captar dinero de los ahorradores. Fuentes del mercado financiero señalaron que a partir de ahora la confrontación comercial por los depósitos no será tan agresiva como en meses pasados, dado que la situación financiera se va normalizando y las entidades tienen más fuentes de acceso a la liquidez. A esto se une un progresivo aumento en la tasa de ahorro, lo que hace que haya más demanda de estos productos y, por tanto, que bancos y cajas se tengan que esforzar menos para captar dinero.
Sin embargo, en algunos medios financieros se preparan para una nueva oleada de ofertas de depósitos debido, principalmente, a que en los próximos meses los bancos y cajas del Estado tienen que hacer frente a vencimientos de deuda por un importe superior a los 60.000 millones de euros, para lo que necesitan entrada de dinero, y a que estas mismas entidades intentarán captar los fondos depositados a seis meses de plazo en la primera oleada de ofertas de este año. Hay expertos que también auguran una contraofensiva de las cajas.
El problema es que las entidades con mayores necesidades de liquidez también son aquellas a las que el Banco de España aconsejó fusionarse y que, en su mayor parte, han recibido ayudas del FROB, por lo que el lanzamiento de una oferta agresiva de captación de pasivo con el señuelo de altos tipos de interés crearía una situación anómala. En medios financieros no se descarta que el FROB intervenga en el caso de que las cajas que han recibido su ayuda lancen depósitos de alta remuneración.
nueva ofensiva La guerra del pasivo registró una batalla importante en marzo de este año cuando el Santander lanzó un depósito al 4% para dinero procedente de otras entidades. La ofensiva le permitió captar más de 30.000 millones de euros en poco más de dos meses y aumentar un 2,1% su cuota de mercado en el Estado. El Santander reconoció que el lanzamiento de su Depósito Ganador tenía como objetivo "romper el mercado" y provocar una huida de clientes de otras entidades. El movimiento del banco presidido por Emilio Botín tuvo contestación por parte de su principal competidor, el BBVA, que en abril ofreció depósitos con una rentabilidad del 3,25% para nuevos clientes, y del 4% para los procedentes del Santander. Banesto, Banco Sabadell, Banco Pastor, Openbank (del Grupo Santander) y la CAM, entre otros, también elevaron su oferta hasta el 4%.
En estos momentos, la apuesta del Popular es incluso más arriesgada que la del Santander, ya que ha subido el interés ofrecido hasta el 4,5% y ha eliminado la necesidad de vinculación. Fuentes de este banco han señalado que el producto, que empezó a comercializarse el pasado 27 de agosto y está previsto que se oferte durante quince días, pretende reactivar su red comercial. El nuevo depósito, a 12 meses, se dirige tanto a clientes actuales como a nuevos y tiene un tope máximo de suscripción de un millón de euros. En el Popular tienen tanta confianza en el éxito de este depósito que ni siquiera van a hacer campaña publicitaria para darlo a conocer. La otra oferta rompedora de esta nueva ofensiva en depósitos la ha presentado Caja Madrid, que a diferencia de la del Popular, sí exige vinculación para beneficiarse de una remuneración del 4%.