londres. El nuevo Gobierno británico de conservadores y liberales con su ministro de Economía George Osborne a la cabeza, revisaron a la baja las previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto del país, hasta el 1,2% este año y el 2,3% en 2011, como consecuencia del "Presupuesto de Emergencia" presentado ayer por el Tesoro británico, que contempla la subida del IVA hasta el 20% desde el 17,5% actual, a partir de 2011 y la congelación de salarios públicos durante dos años y una nueva tasa a la banca a pesar de no haber un acuerdo a nivel internacional, con el objetivo de reducir el gasto público en 35.965 millones de euros anuales.
El ajuste presupuestario presentado formaba plan del proyecto político de los conservadores en su programa electoral y algunos analistas lo tachan como de "guiño a la izquierda" por favorecer a las rentas más bajas.
"Comparado con los planes diseñados por el anterior Gobierno, anuncio hoy una reducción adicional del gasto de 35.965 millones de euros anuales hasta 2014-2015", dijo Osborne en su discurso ante los miembros del Parlamento.
Más a largo plazo, Osborne augura que la economía de Reino Unido se expandirá un 2,8% en 2012 y un 2,9% en 2013, por encima de las expectativas del organismo independiente de previsión.
crecimiento del pib En este sentido, el nuevo responsable del Tesoro británico auguró que el PIB de Reino Unido crecerá un 1,2% este año y un 2,3% en 2011, frente a los pronósticos del 1,3% y del 2,6%, respectivamente, de la Oficina Presupuestaria.
Por otro lado, el responsable de la Hacienda británica pronosticó que la deuda pública de Reino Unido será este año de alrededor de 169.000 millones de euros, para bajar a 132.000 millones de euros el año próximo y a 101.000 millones de euros en 2012.
"Para 2014-2015 la deuda será de 37.000 millones de libras, la mitad de lo pronosticado en el presupuesto de marzo. En 2015-2016, la deuda bajará hasta 20.000 millones de libras", auguró Osborne.
Entre las medidas más controvertidas del nuevo presupuesto, Osborne anunció la congelación de los salarios de los empleados públicos por un periodo de dos años, aunque existirá una "protección" para aquellos con ingresos inferiores a 25.178 euros.
Las medidas fiscales del nuevo Gobierno británico entrarán en vigor a partir del día 4 de enero del 2011.