Pamplona. La oposición en bloque coincidió ayer en criticar el decreto de reforma laboral durante el debate de su convalidación en el Congreso, pero permitió que se tramite como proyecto de ley. Es verdad que el PSOE se quedó sólo en la Cámara en apoyo a la reforma ideada por el Gobierno (uno de sus diputados, Antonio Gutiérrez, se desmarcó), pero no es menos cierto que sólo la izquierda (ERC-IU-ICV, BNG y NaBai) se posicionó abiertamente en contra de los planes de Zapatero. Incluso el PP, ácido en sus críticas al Gobierno, se escudó en la posibilidad de enmendar el decreto en su trámite parlamentario para justificar la abstención positiva que tributó a sus oponentes. A ésta se unieron las ya anunciadas de CiU, PNV, CC, UPyD y UPN, cuajando un resultado paradójico: el decreto salió adelante con más abstenciones (173) que votos a favor (168)

Curiosamente todos los grupos coincidieron en afirmar que el decreto "abarata enormemente el despido" y que la reforma resulta "insuficiente y confusa", por lo que expresaron su intención de "enderezarla" en el trámite parlamentario que se abrió ayer a la noche.

La portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, explicó que España necesita una reforma laboral, "pero no la presentada por el Gobierno", sino una que flexibilice la negociación colectiva y apueste por la formación profesional. No obstante, justificó su abstención porque quiere este debate en el Congreso. "La reforma laboral del Gobierno es la del despido y la que salga de este Parlamento debería ser la del empleo", afirmó entre abucheos de la bancada socialista, a la que Sáenz de Santamaría reprochó su "talante" negociador.

El portavoz de Trabajo de CiU, Carles Campuzano, achacó al "absentismo" del Gobierno del fracaso del diálogo social y de que se haya "perdido demasiado tiempo" por sus "prejuicios" ideológicos para aprobar finalmente una medida "continuista" con las medidas aprobadas desde 1994. "No supone ninguna revolución", incidió.

Su homólogo en el PNV, Emilio Olabarria, señaló que la reforma "abarata espectacularmente el despido" y elevará el paro, ya que las condiciones para el despido objetivo no quedan claras, por lo que es necesario que el tramite parlamentario "enderece" las propuestas "mal enfocadas" que pueden ser contraproducentes.

críticos En defensa de los votos en contra, el portavoz de ERC, Joan Ridao, quien lamentó que la reforma llegue "tarde y mal a manos de un Gobierno acuciado por la deuda y los mercados y con una manía compulsiva por los recortes sociales", por lo que será necesario "corregir el tiro". "Al Gobierno se le ha quemado el embrague de tanto dar marcha atrás y hacerle el trabajo sucio a la derecha", sentenció Herrera (ICV).