atenas. Grecia vivió ayer una nueva jornada de protestas marcada por la huelga, el aumento del déficit, los elevados costes de la deuda y la desconfianza internacional. Entre la presión de los mercados y la oposición de los sindicatos a los planes de ahorro, Grecia vivió otro día de incertidumbre ante las dudas de si el Gobierno decidirá o no echar mano del paquete de rescate crediticio diseñado por la eurozona.
Mientras el primer ministro Yorgos Papandréu duda, la oficina europea de estadística, Eurostat, hizo sonar las alarmas al anunciar una revisión al alza del déficit griego en 2009 de casi un punto, hasta el 13,6%. Papandréu lanzó un mensaje de calma y aseguró que ese nuevo cálculo "no altera el objetivo de reducirlo (el déficit) este año en un 4%".
Sin embargo, el dato cayó como una jarra de agua fría y el diferencial del bono griego a diez años en relación al alemán llegó a dispararse hasta los 576 puntos, el valor máximo en 10 años, y el precio de la deuda griega llegó al 8,7%.
El anuncio de que el déficit fue aún mayor del manejado hasta ahora fue también determinante para un nuevo varapalo, con la rebaja de la calificación de la deuda griega anunciada por la agencia de calificación de riesgos Moody"s.
En un comunicado, la agencia argumentó su decisión de reducir la calificación desde el nivel A2 al A3 por el "riesgo importante de que la deuda sólo se estabilizará a un mayor y más caro nivel del previsto con anterioridad".
Moody"s indicó que la revisión al alza del déficit griego "ha elevado aún más el listón para que el Gobierno de Atenas pueda cumplir sus objetivos" de control de la deuda y reducción del déficit. Pero la presión a la economía griega no sólo llegó de fuera. En las calles de Atenas, el sindicato de funcionarios volvió a protestar contra el severo programa de ahorro del gasto público puesto en marcha por el Ejecutivo heleno. Unas 25.000 personas, según los convocantes, y 10.000 según la Policía, participaron en la manifestación que acompañó la huelga general de los empleados públicos.
El transporte marítimo desde Atenas hacia las islas del mar Egeo está interrumpido desde ayer por el paro de los trabajadores portuarios y los hospitales públicos en Atenas y El Pireo atendieron sólo casos de emergencia en la segunda jornada de huelga de los médicos por las rebajas de las pagas extras.
Las dudas sobre la situación de Grecia volvieron a pasar factura al Ibex, que ayer se desplomó un 2,19% y en dos días ha bajado un 4,28%.