vitoria. Ibermática acaba de presentar su Plan Estratégico 2010-2012 que contiene unos objetivos claros de crecimiento orgánico (aumentar el volumen de negocio hasta los 260 millones de euros y alcanzar un beneficio acumulado de 20 millones), pero que también incluye el proyecto de retomar una política de adquisiciones que ha estado parada durante 2008 y 2009 y el objetivo de liderar un proceso de integración sectorial. José Luis Larrea, presidente de Ibermática, explica que para las adquisiciones la empresa cuenta con fondos propios y la capacidad financiera de sus socios, mientras que para integrar otras grandes compañías del sector la firma vasca podría abrir su capital.
El Plan Estratégico marca unos objetivos de crecimiento orgánico, pero los objetivos de Ibermática para los próximos años son más ambiciosos.
Las cifras del Plan Estratégico se sitúan en un plano base: marcamos lo que depende de nosotros y lo que como mínimo tenemos que conseguir. Este crecimiento orgánico va acompañado de una política de adquisiciones, de forma que en los tres próximos años toda nuestra capacidad de cash-flow y los fondos propios que vayamos generando los vamos a dedicar a adquisiciones de tipo puntual, de empresas de tamaño relativamente pequeño. Además de eso tenemos el objetivo estratégico de liderar un proceso de integración del sector a nivel del Estado. Queremos agrupar otras empresas de gran tamaño, siempre desde una posición de liderazgo.
¿Qué fórmula se utilizaría para esa integración sectorial?
El esquema es muy abierto, hay una parte que podría hacerse con dinero y también existe la posibilidad de abrir el capital para facilitar un proceso de integración o de fusión. No se trata sólo de comprar, sino que también estamos en disposición de abrir nuestro capital para hacer el proyecto más grande. Esto, que parece fácil, es complicado porque entra en juego la cultura empresarial.
Y en el capítulo de adquisiciones, ¿se plantean comprar empresas españolas?
Más que de un territorio u otro se trataría de adquirir empresas especializadas por algún tipo de producto o de servicio. Y cuando hablamos de empresas pequeñas podemos estar hablando de las que facturan en torno a 5 o 10 millones, incluso más, unos 30 millones.
¿Han dado ya algún paso para lograr la integración del sector?
Llevamos ya un tiempo trabajando en esa línea y hay procesos identificados pero no están maduros como para decir que sean inminentes. Hay que tener en cuenta que el sector también está sufriendo la crisis, que hay perfiles de empresas distintos al nuestro y no es fácil llegar a acuerdos.
¿Cómo van a financiar las adquisiciones que planean?
Fundamentalmente con los recursos propios de la empresa, pero si hay que endeudarse también lo haríamos. La ventaja que tenemos en Ibermática es que en nuestro capital hay varias entidades financiera sólidas. La realidad es que no tenemos un agobio desde el punto de vista de financiación empresarial, pero si hay un proyecto de adquisición que merece la pena y además de necesitar los recursos propios requiere que nos endeudemos, pues no tenemos problema para acceder de manera razonable a los mercados financieros ya que nuestros socios están en ellos.
En alguna ocasión también ha hablado de la posibilidad de que Ibermática salga a Bolsa.
Nuestro objetivo estratégico no es salir a Bolsa, sino tener un proyecto cada vez más solido, fuerte e internacionalizado, también más grande, y en un momento determinado ya nos plantearemos, si es el caso, dar ese paso que puede ayudar en términos de visibilidad, marca y posicionamiento.
Entonces, ¿no se han marcado ningún plazo para estar en Bolsa?
No tenemos la necesidad imperiosa de acceder a los mercados financieros para poder desarrollar nuestro proyecto empresarial, ni tenemos una cultura especulativa que ve una salida a Bolsa como una vía de obtener plusvalías. Sin embargo es algo que forma parte permanente de nuestro pensamiento corporativo. Lo tenemos analizado y es un tema que está ahí. Además, yo creo que la Bolsa da visibilidad y la capacidad de compartir el proyecto con más gente. También da liquidez. Los problemas que veo a la Bolsa es que cuando estás en un mercado que se comporta de manera excesivamente especulativa, la presión por el resultado inmediato, por los movimientos especulativos, condiciona o puede condicionar la propia gestión de la empresa. Y no quiero decir que eso lleve a los gestores a hacer cosas raras, que también ha pasado, sino que muchas veces tienen que estar mirando a la Bolsa y a su propio proyecto al mismo tiempo.
El Plan contiene cuatro ejes estratégicos y uno de ellos es la internacionalización.
Ya tenemos un grado de internacionalización, pero es escaso para lo que nosotros queremos. De ahí que algunas operaciones de adquisición que además de la especialización que buscamos tengan perfil internacional resulten más atractivas para nosotros. La internacionalización es, quizás, el reto que vemos más complicado para los próximos años, pero es un paso al que en el nuevo plan le vamos a dedicar recursos, porque una cosa es hacer proyectos en todo el mundo y otra estar en todo el mundo. Para una empresa de servicios como la nuestra eso no es fácil. Cómo conseguir estar en otras partes del mundo incorporando el conocimiento de esas partes del mundo a tu proyecto, que la cultura de esos sitios esté alineada con tu cultura de empresa, es más complicado que comprar un terreno, hacer un edificio y poner unas máquinas.
En el Plan no se dice nada de diversificación, ¿no van a aumentar las áreas en las que trabajan?
Creo que aquello a lo que nos dedicamos tiene la suficiente diversidad como para que estemos entretenidos, lo que no quiere decir que por el tipo de sector en el que trabajamos no creamos obligado estar permanentemente viendo otras posibilidades de negocio, pero dentro de un concepto general de actuación que son los servicios y las tecnologías de la información.