Préstamos preconcedidos: por qué debemos pensárnoslo dos veces antes de aceptarlos
El banco te ofrece un crédito sin ni siquiera pedirlo, pero decirle que sí de forma impulsiva puede afectar a tu bolsillo más de lo que imaginas
Seguro que alguna vez has recibido una carta o un mensaje de tu banco en el que te anuncia a bombo y platillo que tienes disponible un préstamo personal por una cantidad determinada, aunque tú nunca lo hayas solicitado.
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Este tipo de financiación se conoce como préstamo preconcedido y es una práctica muy habitual en las entidades financieras tradicionales y también en las fintech (empresas que combinan finanzas y tecnología).
Dinero fácil
El atractivo de los préstamos preconcedidos es evidente: dinero disponible de forma casi inmediata, con pocos trámites y con la comodidad de que es la propia entidad la que toma la iniciativa. Sin embargo, el hecho de que el banco te lo ofrezca no significa que necesariamente sea la mejor opción para ti.
Se trata de un crédito que la entidad pone a disposición de un cliente con el que ya trabaja, sin necesidad de que este lo pida de manera previa. Para calcular el importe, el banco analiza el perfil financiero de la persona, teniendo en cuenta su nivel de ingresos, su historial de pagos, los productos que ya tiene contratados y su perfil de riesgo. Así, basándose en estos datos, determina una cantidad máxima que puede ir desde unos cientos de euros hasta cifras que en algunos casos alcanzan los veinte o treinta mil euros.
Preconcedido pero no garantizado
La diferencia entre un préstamo preconcedido y un préstamo personal tradicional es que en el primero la evaluación de riesgo ya se ha hecho de antemano. Esto permite que el proceso sea mucho más rápido y que, si el cliente acepta la propuesta, pueda disponer del dinero en cuestión de minutos.
Aun así, conviene recordar que el hecho de que el préstamo esté preconcedido no implica que esté garantizado. Una vez que se acepta la oferta, el banco puede solicitar documentación adicional para confirmar que la situación financiera del cliente no ha cambiado desde el momento en que se hizo la preconcesión.
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Presentado como un premio
Pese a sus ventajas, este tipo de financiación entraña también riesgos importantes. El Banco de España insiste en la necesidad de no dejarse llevar por el primer impulso, ya que la facilidad de acceso al dinero puede fomentar un endeudamiento innecesario.
En la misma línea, la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin) advierte de que estos productos se presentan como "un traje a medida" y suelen ir acompañados de reclamos comerciales que los hacen especialmente atractivos.
Muchas veces generan la sensación de que se trata de una oportunidad única o incluso de una especie de premio, cuando en realidad lo que buscan es incentivar el consumo y provocar que alguien que no pensaba endeudarse lo haga.
Peligros que encierran estos préstamos
El principal peligro que plantea esta oferta es caer en la tentación de aceptar un préstamo que no se necesita, lo que puede desembocar en gastos innecesarios y en una carga financiera que afecte a medio plazo. También es frecuente que las condiciones no sean tan ventajosas como parecen en un principio.
En algunos casos, los intereses pueden ser más altos que los de otros préstamos del mismo banco o de la competencia. Además, las entidades suelen ofrecer importes que superan las necesidades reales del cliente, lo que favorece un endeudamiento mayor del que sería estrictamente necesario.
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Una solución eficaz
Pese a estos inconvenientes, los préstamos preconcedidos tienen ventajas que explican su popularidad. La rapidez en la concesión es una de ellas, ya que al estar preevaluado el perfil del cliente los trámites se reducen al mínimo y el ingreso del dinero se produce casi al instante. También destaca la flexibilidad, puesto que pueden solicitarse importes variados y los plazos de devolución pueden extenderse durante varios meses o incluso años.
Para situaciones puntuales como la compra de un electrodoméstico, unas vacaciones o un gasto inesperado, pueden convertirse en una solución eficaz y más cómoda que otras alternativas de financiación rápida.
La clave está en analizarlos con calma
El hecho de que sean fáciles de contratar no significa que deban aceptarse sin hacer una reflexión. Conviene pararse a leer bien las condiciones que ofrece la entidad, revisar el TAE (la Tasa Anual Equivalente o el coste real de un préstamo), las comisiones y los plazos de devolución, y comparar con lo que nos ofrecen otros bancos. También es fundamental saber cuál es nuestra capacidad real de pago para ver si podemos reembolsarlo sin problemas.
Ya lo ves, estos préstamos preconcedidos pueden ser una solución útil y sencilla para una necesidad puntual de financiación, pero no siempre son la mejor opción. Si realmente necesitas el dinero y tras analizar pros y contras ves que puedes devolverlo, adelante, pero si tras estudiar la oferta ves que no te conviene, lo mejor es ignorarla.
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