El considerable aumento de la longevidad y de la esperanza de vida es un de las principales bazas para invertir para que cuando dejemos de trabajar disfrutemos de una jubilación más holgada a nivel económico y sin preocuparnos por la cuantía de nuestros ahorros.

También la precaria situación de la Seguridad Social y la merma constante de las prestaciones económicas que proporciona a los cotizantes hace que cada vez más personas inviertan en planes de pensiones para su jubilación una vez salgan del mercado laboral.

Pero muchas personas no son conscientes de la importancia de analizar con cautela y determinación el tipo de producto que contratar para complementar su jubilación. Son varios los errores que debes evitar para dar con la fórmula y los plazos de inversión adecuados y lograr una buena rentabilidad. Estos son algunos de los que debes evitar.

Pensar en producto y no en un proyecto

Muchas personas ven los planes de pensiones como un producto financiero que dará unos rendimientos futuros y dinero extra en el momento de la jubilación y que mientras suponen unos incentivos fiscales vía aportaciones anuales. Sin embargo, los expertos señalan que es necesario hacerse preguntas claves fundamental: ¿Qué quiero de mi jubilación? preguntas olvidadas como: ¿cuándo voy a jubilarme? ¿cuál es mi objetivo al dejar de trabajar? ¿de verdad quiero dejar de trabajar de golpe? Antes de invertir en la jubilación hay que tener claras cuestiones como estas antes que pensar en un producto concreto o en una rentabilidad objetivo.

Invertir lo que sobra

Muchas personas comenten el error de guardar para la jubilación el dinero que les sobra o consiguen ahorrar al mes, cuando lo mejor es fijarse una cantidad asequible y que no condicione en gran medida nuestra capacidad de gasto y no desequilibre nuestro presupuesto. En definitiva, prever la cantidad destinada a la inversión como una factura mensual o trimestral más a la que hacer frente para conseguir una jubilación más holgada.

Aportación anual y orientada a la fiscalidad

La realidad es que mucha gente realiza una sola aportación y coincide con el periodo del fin de año, época en la que se realizan las mayores aportaciones a los planes de pensiones. Ello es debido a que es entonces cuando nos apremia el realizar una aportación pero pensando más en la deducción fiscal de cada año, algo que puede ser perjudicial, ya que hay meses que posiblemente sean más rentables a la hora de realizar la aportación. Las ventajas fiscales son una parte importante del atractivo de los planes de pensiones, y es conveniente aprovecharla, pero no debe ser la única guía. Es más rentable pensar a largo plazo y con el horizonte de la jubilación en la cabeza y a la hora de tomar una determinación para invertir.

No valorar la calidad y la rentabilidad

Los bancos tienen un gran abanico de productos entre los que nos es fácil acertar los más rentables o los más atractivos. Elegir un plan de pensiones de calidad y con alta rentabilidad es clave y para ello debes informarte bien de la letra pequeña y asesorarte bien tanto en la tu entidad financiera como de forma externa.

Cuidado con las comisiones

Predecir el comportamiento a largo plazo de un plan de pensiones es casi imposible, pero debes prestar mucha atención al pago de comisiones, que deben estar bien especificadas en los contratos, pueden incrementarse con el paso del tiempo sin que te des cuenta y además puede lastrar la rentabilidad de tu inversión. Al respecto, agrega: "Cuando más bajas sean las comisiones, mayor será tu rentabilidad. Las comisiones son del 0,85% en planes de renta fija, 1,30% si es mixto y de 1,50%, si es de bolsa.

Elegir sin valorar ni comparar

Otra costumbre que puede perjudicar al bolsillo es escoger el plan de pensiones a ciegas. Es bueno que valores tus circunstancias, necesidades, objetivos de rentabilidad, plazos, vida laboral y otra serie de condicionantes que influyen el la rentabilidad final. Valora también el acudir a otras entidades financieras que no sean las habituales con lasque trabajes para analizar otros proyectos o planes que podrían encajar más en tu tipo de inversión.

Variedad al invertir

No pongas todos los huevos en la misma cesta de planes de pensiones. Valora a proporción adecuada de renta fija y de renta variable para evitar una exposición muy arriesgada. Los planes de renta variable están más expuestos a los vaivenes de la Bolsa, aunque suelen ser más rentables a largo plazo. Pero a veces el riesgo no compensa y hay que medir bien las proporciones de la inversión y la cercanía a la edad de jubilación. Si bien es cierto que la renta variable es la clase de activo con más volatilidad y más riesgo, ambos factores quedan diluidos con el paso del tiempo. A partir de 10 años la posibilidad de perder dinero en renta variable es casi nula, mientras que con exposición solo a renta fija podemos llegar a perder por el efecto de la inflación.

El doble filo de las promociones o regalos

Las entidades financieras acostumbran a promocionar determinado tipo de productos. Los expertos financieros alertan de que las promociones de los bancos que nos ofrecen descuentos, incentivos o regalos para contratar esos planes o cambiarlos de banco, puedan esconder a veces que el plan de pensiones es caro o ineficiente. Valora siempre en estos caso la rentabilidad final y las comisiones. Sucede lo mismo con la oferta de regalos en especie como electrodomésticos o viajes, que al pueden incidir en la rentabilidad financiera final de nuestra inversión.

No adaptar la inversión a tu edad y circunstancias

Muchas veces se invierte en función de las disponibilidades económicas presentes y futuras, pero es importante también tener en cuenta la edad y tu situación personal. A menor edad se puede ser más osado y agresivo en el tipo de inversión y con el paso del tiempo rebajar la exposición a la renta variable a medida que te acerques a la edad de jubilación. Tus circunstancias vitales también deben ser tenidas en cuenta y ponderar factores como el número de hijos, si están emancipados o estudiando, la posibilidad de ingresos futuros tras la jubilación como una herencia, etc.

No valorar que el traspaso entre planes es libre y gratuito

Encadenarte a un plan o una entidad por pereza o desconocimiento es lo peor que puedes hacer. Actualmente puedes mover tu dinero de un plan a otro, de una entidad financiera a otra (igual que en el caso de los fondos de inversión) sin ningún coste. También sin impacto fiscal negativo. Si tienes un plan de mala calidad, escasamente rentable, anticuado o con el que no estás conforme puedes cancelarlo o traspasarlo de forma rápida y sencilla. Por supuesto sin ninguna penalización y manteniendo tus derechos adquiridos.  

Rescatar todo el dinero de una vez

Puede ser otro error, ya que incide en la tributación en la Declaración de la Renta y si se cobra la cuantía de golpe, el impacto fiscal de ese año será considerable. Los expertos aconsejan una fragmentación en la retirada para evitar una mayor carga impositiva. Tu entidad bancaria te asesorará y te hará una simulación del pago de impuestos.

Dejar de invertir al llegar a la jubilación

La mayoría de las personas al jubilarse ven el momento como el propicio para rescatar el plan de pensiones y proceden al reembolso se reembolsan. Y obviamente dejan de ahorrar en la misma medida que lo hacían durante los años anteriores. Pero en esta era en la que la esperanza de vida es cada vez más alta (84 años de media en España) el seguir invirtiendo es una garantía para una mejor vejez.