Mikel Landa aspira al podio de la Grande Boucle
En anhelo de Mikel Landa es estar en la orla de París. Alcanzar el podio que en 2017 se le escurrió por solo un segundo en la crono de Marsella. Ese tic dejó a Landa sin su deseo. Lo persigue el de Murgia desde que se subió a la cresta de la carrera más grande del mundo. Si como parece, quien se imponga en el duopolio de Vingegaard y Pogacar tomará al asalto el trono de los Campos Elíseos y quien ceda será segundo, el último escalón del podio es el reto al que se enfrenta el resto.
De esos candidatos, la figura de Landa tratará de escalar hasta un terreno ignoto para él. En 2020 también fue cuarto. El de Murgia dice llegar bien a la Grande Boucle y aspira a colarse en la foto.
“Yo me veo bien. Llego bien. He tenido una primera parte del año muy exigente y llego con esa base. He hecho un buen trabajo hasta ahora y creo que llego muy bien. Estar en el podio de París sería muy grande, más si cabe en un Tour que sale desde casa. Sería un sueño”, sostiene el líder del Bahrain
Pello Bilbao quiere el amarillo de la primera etapa
El chupinazo del Tour en Bilbao aguarda la aparición de los mejores. Entre ellos quiere estar Pello Bilbao, al que el trazado de la jornada inaugural se le adapta de maravilla. El gernikarra, el ciclista más sólido y regular en los dos pasados cursos, ha preparado al milímetro la etapa. Deberá pelear contra ciclistas enormes. Vingegaard, Pogacar, Van Aert, Van der Poel o Alaphilippe opositarán a la victoria en la capital vizcaina. Pello Bilbao, escudero de Landa en el Bahrain, buscará sus opciones.
“Sólo pienso en las dos primeras etapas. No voy más allá”, dice. El vizcaino, que ha enfocado la campaña mirando al Tour, intentará estar presente en más llegadas. Solvente en todos los terrenos, probablemente también estará en los puestos cercanos a los favoritos.
Mejorada su capacidad de remate, intentará escribir su nombre en la memoria del Tour después de haber logrado triunfar en el Giro, donde ha sumado dos etapas. Lograr un laurel en la carrera francesa es su misión.
Jonathan Castroviejo, el guía del Ineos
David Brailsford, ideólogo del Sky, después mutado en Ineos, subrayó que fichó tarde a Jonathan Castroviejo cuando fue testigo del rendimiento del vizcaino. Veterano, pero plenamente vigente, el de Getxo logró el estatal de contrarreloj por sexta vez el pasado viernes. Eso refleja el estado de forma con el que Castroviejo acude al Tour. Gregario infalible, mayordomo impagable en el ecosistema del Tour, el vizcaino es una pieza fundamental en el engranaje del Ineos.
Deberá cuidar de sus líderes, una tricefalia compuesta por Daniel Martínez, Carlos Rodríguez y Egan Bernal. Será el capitán de ruta de la formación británica. El hombre capaz de rodar en cabeza del pelotón en muy distintas circunstancias: desde las etapas de montaña hasta las que finalizan al esprint.
Siempre presente, siempre solvente, Castroviejo es un seguro de vida para los jefes de fila del Ineos. Ese cometido le alejará de tener vía libre para buscar la gloria personal con un triunfo de etapa.
Omar Fraile busca repetir su día de gloria
Regresa Omar Fraile al Tour. El de Santurtzi, recuperada su mejor versión en la presente campaña, en la que ha sumado un triunfo en la Vuelta a Andalucía y, sobre todo, se ha situado dónde se le esperaba, pretende volver a sentir la emoción que le embargó en el aeródromo de Mende. En su año de debut en la competición, en 2018, el vizcaino abrió de par en par la sonrisa para festejar su mejor logro.
Competitivo y con buen olfato para cazar etapas, Fraile tratará de encontrar un hueco para asomarse a otra victoria. Sin embargo, Fraile tendrá que remangarse para ayudar a sus jefes de fila. No será sencillo que dé con una ventana de oportunidad teniendo en cuenta la manera de correr de la formación británica.
Eso sí, si la carrera se abre y en el Ineos le dan vía libre, seguro que el de Santurtzi hará palanca en lo posible para encontrar una fuga que le ofrezca la posibilidad de poder jugársela y regresar a Mende.
Ion Izagirre, con la memoria de Morzine
Feliz en el Cofidis, Ion Izagirre se presenta en el Tour con la memoria de su conquista en Morzine, donde venció en medio del diluvio y el riesgo en 2016. Esa huella aún late en el de Ormaiztegi, que será el acompañante de Guillaume Martin, pero que ante todo buscará cantar bingo nuevamente. Izagirre ha completado el círculo. Ha vencido en las tres grandes, pero tratará de amasar otro laurel del Tour, la carrera que todo lo sobredimensiona.
El guipuzcoano, un ciclista sólido y resistente, llega a la salida de Bilbao después de competir en la Vuelta a Suiza, una carrera que le sirvió para ajustar su estado de forma. Regular, sin apenas oscilaciones, completó una gran Itzulia.
Fue tercero en la general por detrás de Vingegaard y Landa. Gran competidor, el presente curso celebró la victoria en el G. P. Miguel Indurain tras mostrar lo mejor de su repertorio. En el Cofidis tendrá la libertad suficiente para enredar y tratar de desmadejar una victoria en el Tour.
Gorka Izagirre será el capitán de ruta del Movistar
La experiencia abraza con descaro a Gorka Izagirre. El mayor de los hermanos será el hombre que fijará los raíles en el Movistar. Su cometido principal es el de salvaguardar a Enric Mas, líder de la formación, de cualquier contratiempo. Veterano, 35 años, pocos conocen mejor el oficio de ciclista que Gorka Izagirre, un corredor con las ideas claras y carácter más que suficiente para imponer su estatus.
El de Ormaiztegi se presenta como una pieza básica en el engranaje del Movistar, que ya no gobernará desde la carretera Imanol Erviti, el hombre que siempre estaba ahí.
Esa función recaerá en gran medida en Gorka Izagirre, que será la extensión de los directores de la escuadra. Le sobran vivencias al guipuzcoano, que afrontará su 18ª grande, su décimo Tour, en su extenso currículo. Ciclista duro, de aliento largo, Izagirre deberá estar pendiente de Mas en las jornadas de montaña y siempre que la ruta se presente exigente.
Alex Aranburu, una bala para poder brillar
El de Ezkio ha dirigido su preparación para el Tour, donde es una de las balas del Movistar para poder brillar y hacerse con una etapa. Sobrado de calidad, Alex Aranburu, conocida su capacidad para esprintar en grupos reducidos en jornadas suficientemente duras para alejar a los velocistas, tratará de certificar con una victoria su presencia en el equipo.
La etapa inaugural puede ser un buen escenario para el guipuzcoano. Se trata de un terreno idóneo para él, con una llegada en cuesta tras atravesar Pike Bidea, el muro donde se espera que se estrellen los velocistas puros.
Al igual que Pello Bilbao, compitió en Suiza y llega en buenas condiciones. Lo certificó en el estatal de ruta, donde fue tercero. Su hándicap será el nivel de los rivales que se pueda encontrar en el descorche del Tour, donde se espera a Vingegaard, Pogacar, Van Aert, Van der Poel o Alaphilippe. Además de ser un ciclista con posibilidades para hacerse con una etapa, Aranburu también deberá proteger a Enric Mas.