Paco Galdos, Fausto Bertoglio y el Passo dello Stelvio
El ciclista alavés se quedó a 41 segundos de ganar el Giro el 7 de junio de 1975
El Giro de Italia, la segunda prueba de tres semanas de duración más importante del calendario ciclista mundial, da el pistoletazo de salida a su quincuagésima octava edición (58ª) el 17 de mayo de 1975 desde Milán, la ciudad lombarda donde tiene su sede el periódico deportivo italiano “La Gazzeta dello Sport” –el más antiguo de Europa que continúa editándose– creador y organizador de este evento deportivo en 1909.
La “Corsa Rosa” presenta en 1975 la gran ausencia del campeón belga Eddy Merckx –vencedor de los Giros de 1968 y 1970 con la escuadra Faema y los de 1972, 1973 y 1974 corriendo con el maillot del Molteni– al que una inoportuna amigdalitis, acompañada de fiebre alta, le tiene postrado en cama en su domicilio de Bruselas (Bélgica).
Con los “coéquipiers” de Merckx en Milán –la formación del equipo Molteni– las esperanzas del “capo” de la gran carrera italiana, Vicenzo Torriani, de ver tomar la salida a “El Caníbal” se vienen abajo el día anterior al inicio del Giro cuando recibe la llamada telefónica de la esposa del ciclista, Claudine, en los siguientes términos: “Eddy sigue con fiebre; su garganta está irritada, su temperatura corporal es de 37 grados y medio, y su estado es de un tremendo malestar general”.
Giro sin un gran favorito Era –eso apostilla la prensa especializada tras la ausencia de ciclista belga– el Giro más abierto de los últimos años y al mismo acuden 90 corredores encuadrados en 10 equipos de casas comerciales: los italianos del Bianchi, Brooklyn, Furzi, Jollyceramica, Magniflex, Scic y Zonca, los neerlandeses del Frisol y la escuadra de nuestra ciudad: la SD Kas.
Los de Vitoria-Gasteiz, al mando del alavés de Durana Eusebio Vélez en el coche del conjunto como director deportivo, forman con el siguiente “diez” en el inicio de la carrera: Miguel Mari Lasa, Txomin Perurena, Vicente López Carril, José Antonio González Linares, Andrés Oliva, Javier Elorriaga, Juan Zurano, Pepe Grande y los ciclistas alaveses Francisco Galdos y Sebastián Pozo, este último nacido en la localidad malacitana de Coín y desde los tres meses de edad residente en la capital alavesa.
¿Los nombres más ilustres en el pelotón? Sin lugar a dudas el que acapara todas las miradas y comentarios de los “tifosi” italianos es su compatriota Felice Gimondi (Bianchi), para entonces ganador de un Tour (1965), dos Giros (1965 y 1967) –llegará un tercero en 1976–, un Campeonato del Mundo (1973), una Vuelta a España (1968), una París-Roubaix (1966), una Milán-San Remo (1974) o dos Giros de Lombardía (1966 y 1973), entre otros triunfos dentro de un palmarés excelso.
Junto al lombardo también son señalados como cabeza de cartel Roger de Vlaeminck, Wladimiro Panizza, Davide Boifava, Giovanni Battaglin, Marino Basso, Gianbattista Baronchelli y Franco Bitossi. ¿De los nuestros? Fiel a la política de equipo instaurada por Dalmacio Langarica más de una década antes, Eusebio Vélez –en aquellas fechas considerado el mejor ciclista alavés de todos los tiempos– prioriza y tiene como lema el bloque antes que un único líder.
Galdos, alabado por los italianos
Pero en la prensa italiana se destaca un nombre del Kas y en las páginas de “La Gazzeta dello Sport” se resalta la figura del vitoriano Francisco Galdos. Para entonces, mayo de 1975 y recién cumplidos los 28 años de edad, el nacido en Lasarte (Álava) es un ciclista reconocido y respetado en el seno del ciclismo internacional.
Paco ya lleva disputados, antes de la fecha de inicio de la “Corsa Rosa” de 1975, cinco Tours, cuatro Giros y tres Vueltas a España y sus resultados más destacados en las tres grandes rondas mundiales son un noveno puesto en París (1970), un tercero en Milán (1972) y un sexto en Bilbao (1970).
La primera mitad del curso ciclista de 1975 está conociendo a un Paco Galdos esplendoroso. El 23 de marzo se impone en la Subida a Arrate, tanto en el sector en línea como en la cronoescalada, por delante de un sorprendido Luis Ocaña al que supera en 41 segundos en la contrarreloj. En la meta eibarresa el conquense de Mont-de-Marsan manifiesta su incredulidad al ser derrotado por el ciclista alavés: “Parece imposible que Galdos haya podido obtener esa diferencia sobre mí”.
Mes y medio más tarde, de nuevo, el ciclista vitoriano vuelve a ser encumbrado en las páginas de ciclismo de los periódicos deportivos. Paco Galdos triunfa en el Tour de Romandía, prueba de cinco etapas –una de ellas doble– más un prólogo contra el crono individual y que se desarrolla en las carreteras suizas entre el 6 y el 11 de mayo, días antes del comienzo del Giro.
Gana el Tour de Romandía Galdos se convierte el domingo 11 de mayo de 1975 en el primer ciclista del pelotón nacional en inscribir su nombre en el palmarés de esta prestigiosa prueba, al lado de ciclistas tan reconocibles como los suizos Ferdinand Kübler y Hugo Koblet, los italianos Gino Bartali, Vittorio Adorni, Gianni Motta y Felice Gimondi, el belga Eddy Merckx, el francés Bernard Thévenet o el neerlandés Joop Zoetemelk.
Más tarde se irán añadiendo a esta lista otros nombres tan sonoros como los anteriores como los de Bernard Hinault, Stephen Roche, Tony Rominger, Laurent Jalabert, Chris Froome o Primoz Roglic, además de los del ciclista vasco –doble Campeón del Mundo– Abraham Olano y del granadino Carlos Rodríguez.
El Tour de Romandía de 1975, preparatorio para muchos corredores del cercano Giro de Italia, cuenta en la salida con corredores como Eddy Merckx, Joop Zoetemelk, Gerrie Knetemann, Giovanni Battaglin, Michel Pollentier, Fausto Bertoglio, Gianbattista Baronchelli, Lucien Van Impe… A todos ellos enseña el sillín Paco Galdos el 10 de mayo en la cuarta etapa, Bulle-Verbier, en la que se viste de líder y ya no abandona tan preciada posición hasta cruzar la línea de llegada en la última jornada.
Al finalizar la carrera helvética el alavés adelanta en la clasificación general final al segundo clasificado, el suizo Josef Fuchs, en 20” y supera a todos los “gallos” con espectaculares “minutadas”: Eddy Merckx (12’ 28”), Knetemann (13’ 16”), al que va a ser su gran rival en el Giro Fausto Bertoglio (13’ 49”), Zoetemelk (13’ 50”), Pollentier (14’ 17”) o Baronchelli (14’ 21”).
Por lo acontecido en Suiza y por la gran regularidad demostrada en todos los años que lleva de profesional, la prensa italiana no se olvida de Paco Galdos a la hora de citarle como uno de los favoritos a ganar el Giro de 1975 y de esta manera se presenta el de Lasarte en la Porta Romana milanesa, lugar de inicio de la “Corsa Rosa” el sábado 17 de mayo de 1975.
Galdos empieza a dejarse ver
¿Era este el Giro del corredor alavés? Paco lo comienza a demostrar desde la primera etapa, Milán-Fiorano Modenese de 177 kilómetros, al fugarse en solitario al paso de la carrera por Piacenza (62 km) y, tras ser alcanzado por el grupo, volver a intentarlo con igual resultado 28 kilómetros más tarde. En la tercera Galdos descubre sus cartas definitivamente y corrobora a los aficionados al ciclismo que no va de farol, que es un firme candidato para regresar a Vitoria con la “maglia rosa”.
El lunes 19 de mayo es segundo en la etapa que finaliza en el Alto de Prati di Tivo –1.450 metros en el macizo del Gran Sasso– tras uno de los grandes favoritos al triunfo final, el italiano Battaglin, que le supera en la meta llegando en solitario. Ambos encabezan la general con Galdos segundo a 21” del vencedor y Miguel Mari Lasa tercero a 1’ 53”. ¡Jugada maestra de la escuadra “amarilla”!
Al día siguiente en la cuarta, Teramo-Campobasso, nuestro paisano se hace con el maillot de líder aprovechándose de un pinchazo y una caída de Battaglin. Galdos, muy atento, llega a la meta en el primer grupo –comandado por Roger de Vlaemynck– y adelanta a Battaglin en 44”. La clasificación general dicta sentencia: 1º) Galdos 23h 15’ 11”; 2º) Battaglin a 23”; 3º) Lasa a 1’ 32”. En la novena posición aparece Bertoglio a 1’ 55” del corredor de Lasarte. Un comedido Paco analiza la situación en Campobasso: “Es la ventaja de haber llegado ayer segundo. Unos se caen y otros se levantan. Me ha tocado recoger el fruto del esfuerzo de ayer. Espero continuar con la “maglia rosa” hasta el final. Este año corro con mucha moral”.
Pierde la maglia rosa
El jueves 29, antes del único día de descanso para los ciclistas en este Giro, se disputa una contrarreloj individual de 38 kilómetros y en el denominado circuito de La Versilia en Forte dei Marmi Galdos tiene que decir adiós al jersey rosa. El ciclista alavés finaliza la etapa con el rostro ensangrentado, sufre una caída en el kilómetro 5 de la etapa, dejándose 3’ 03” respecto al vencedor de la misma, Battaglin. La general cambia de dueño y queda de la siguiente manera: 1º) Battaglin 71h 14’ 13”; 2º) Bertoglio a 1’ 42”; 3º) Galdos a 2’ 40”; 4º) Gimondi a 3’ 20”; 5º) Baronchelli a 3’ 43”.
Tras la jornada de asueto llega otra contrarreloj, en este caso una cronoescalada de 13 kilómetros con la subida a Il Ciocco que presenta unas rampas en los últimos 5.000 metros que superan el 20% de desnivel. Y de nuevo hay cambio de líder y es Bertoglio el que arrebata el maillot rosa a su jefe de filas Battaglin. Galdos, con molestias físicas a causa de su caída dos días antes, da la cara y es cuarto en la meta tras Bertoglio, Perletto y Baronchelli. En la general sigue ocupando la tercera posición a 2 minutos del líder y a 1’ 54” de Battaglin, adelantando a su vez en 1 minuto a Gimondi.
Por delante quedan siete etapas –la decimoséptima divida en dos sectores– y los supervivientes tienen que superar, en alguna de ellas y entre otros altos, Bondone (1.537), La Marmolada (2.057), Pordoi (2.239) y el Stelvio. Este último paso de 2.757 metros de altitud se deja para el final, es la última meta del Giro de 1975, se denomina “Cima Coppi” y es el puerto que otorga más puntos para la clasificación de la montaña.
El tríptico montañoso antes del final lo resuelve con muy buena nota Paco Galdos y en la penúltima etapa disputada el viernes 6 de junio, entre Pordedone y Alleghe de 179 kilómetros con las subidas a Forcella Staulanza (1.773 metros), Santa Lucía (1.443), La Marmolada (2.057) y Pordoi (2.239), es tercero en la llegada a 3 segundos de Roger de Vlaemynck y de Tino Conti y araña 1’ 23” al líder Bertoglio. La “maglia rosa” queda a 41 segundos para el de Lasarte, quien es optimista de cara a la subida al gigante alpino el día siguiente: “Ahora hay que esperar al Stelvio. Sigo creyendo que puedo ganar este Giro”.
Etapa reina con el Stelvio
El sábado 7 de junio, además del Stelvio, los setenta corredores que continúan en carrera deben doblegar los “passos” de San Pellegrino (1.918) y Costalunga (1.745) a lo largo de 186 kilómetros. En un día soleado, pero frío, una calma expectante rodea a los primeros clasificados en gran parte de la etapa. ¡Nadie se mueve! ¡Los Kas y los Jollycerámica están al mando de las primeras plazas del pelotón!
Andrés Oliva, compañero de Galdos, pasa en primer lugar los dos altos que preceden a la “Cima Coppi”. En compacto pelotón se llega a Merano, a 66 kilómetros para la meta, cuando ya comienza a empinarse la carretera camino del Stelvio. ¡Por fin, a falta de 18 kilómetros para el final ataca Paco Galdos! ¡Los corazones de sus seguidores parecen que van a estallar de la emoción! A la rueda del alavés saltan el líder Bertoglio y su compatriota Perletto. ¡Los tres mantienen un ritmo de subida que ningún otro corredor puede soportar!
Cuando restan 6 kilómetros, camino del “cielo”, el que se queda es Perletto. Paco Galdos sigue imponiendo un ritmo brutal de subida, pero sus esfuerzos resultan inútiles. ¡A su rueda, como una lapa, está pegado Bertoglio! ¡Pancarta del último kilómetro! El de Lasarte no decrece su ritmo y el transalpino no ataca. Galdos cruza la meta en primer lugar, domina el Stelvio, pero pierde el Giro por 41”. “He hecho todo lo que he podido. Estaba dispuesto a morir si era preciso sobre la bicicleta, pero ha sido imposible”, manifiesta un afectado Paco Galdos tras haber rozado la gloria y ser el sexto ciclista de todos los tiempos en doblegar el Stelvio. Antes le precedieron Fausto Coppi (1953), Aurelio del Río (1956), Charly Gaul (1961), Graziano Battistini (1965) y José Manuel Fuente (1972). En 2017 le llegará el turno a otro alavés: Mikel Landa.