La belga Lotte Kopecky fue la más rápida en el esprint de Zurich y revalidó el título de campeona del mundo en ruta que conquistó en Glasgow, en una carrera en la que nunca se dio por vencida ya que a 20 kilómetros del final estaba prácticamente desahuciada para pelear por su segundo maillot arcoíris consecutivo y descolgada.

Tras la belga, la medalla de plata fue para la estadounidense y campeona del mundo contrarreloj, Chloe Dygert, que llegó al grupo ya dentro del último kilómetro, y el bronce para la italiana Elisa Longo Borghini.

Kopecky (1995) completó los 154,1 kilómetros de recorrido entre Uster y Zurich en un tiempo de 4:05:26 a un promedio de 37,672 en una prueba en la que tomaron la salida 196 ciclistas.

Los conformidad en los kilómetros finales del quinteto formado por Lotte Kopecky, Demi Vollering, Elisa Longo Borghini, Justine Ghekiere y Liane Lippert, permitió que desde atrás llegasen Dygert, que se metió en el podio, y Ruby Roseman-Gannon. La neerlandesa no encontró el terreno para hacer doblar la rodilla a sus adversarias, todo ello a pesar del enorme trabajo que realizaron las naranjas toda la jornada.

La carrera arrancó con temperatura fresca, 11 grados, y lluvia que acompañó casi siempre a las ciclistas. Tardó poco en formarse un trío al frente en el que se coló la española Sara Martín junto a la luxemburguesa Nina Berton y a la suiza Caroline Baur. El pelotón las dejó ir haciendo y pronto superaron el minuto de diferencia hasta casi alcanzar los dos minutos. Su aventura duró casi una cincuentena de kilómetros.

La serbia Jelena Eric se lanzó en persecución del trío delantero en la ascensión a Binz, la primera del día que ya hizo una primera selección. La carrera se había lanzado y ya no habría casi tiempo para el relax.

Tras la reagrupación se sucedieron las aceleraciones en un recorrido en el que asumir riesgos se podía pagar muy caro y había que andar con mucho cuidado.

La primera de las cuatro ascensiones a Zürichbergstrasse (1,1 km al 8 % y máximas del 15 %) y Witikon (2,3 km al 5,7% y máximas del 9 %) empezó a dinamitar el grupo principal en lo que era un anticipo del rosario en el que se iba a convertir la prueba.

Por delante se formó un grupo de once unidades que durante algunos kilómetros estuvo al mando, pero la segunda ascensión a Witikon, con las neerlandesas, principalmente Pauline Rooijakkers, al frente del pelotón lograron el reagrupamiento. Estaban empezando a preparar el terreno para Demi Vollering, pero no fue capaz de rematar.

A dos vueltas del final el pelotón se reagrupó aunque ya muy reducido de unidades. Tan solo 46 ciclistas estaban en el grupo de cabeza y entre ellas se iban a jugar el título, con Witikon como juez decisivo. A algunas de las más destacadas, como la ganadora del Tour 2024, la polaca Katarzyna Niewiadoma, la carrera se les empezaba a hacer demasiado dura.

A 46 del final, entraron en acción las mejores. Aceleró Vollering, a por ella salió la australiana Neve Bradbury y desde atrás la réplica la dio Elisa Longo Borghini. Los ataques, contraataques, nuevos demarrages se sucedían, pero todavía faltaba un poco para que la carrera se rompiese definitivamente.

La belga Justine Ghekiere y la neerlandesa Riejanne Markus se quedaron por delante ante un grupo en el que la falta de referencias y pinganillos les permitió abrir hueco. Se acercaron al entorno de los tres cuartos de minuto, pero también les costaba entenderse. Desde atrás terminó llegando Marianne Vos, triple campeona mundial, y la australiana Ruby Roseman-Gannon.

Vos, Markus, Roseman-Gannon Ghekiere empezaron con 58 segundos sobre las 21 perseguidoras la vuelta final. Si no reaccionaban por detrás, el cuarteto tenía opciones de jugarse las medallas.

Las grandes favoritas lo hicieron conformando un quinteto perseguidor en el que estaban Lotte Kopecky, Demi Vollering, Chloe Dygert, Elisa Longo Borghini y Liane Lippert.

Un acelerón de la italiana, seguida por Vollering les sirvió para echar abajo la escapada.

De las ocho, ni Kopecky, defensora del título, ni Dygert, ni Vos aguantaron el ritmo. Se descolgaron, pero la falta de entendimiento delante provocó el reagrupamiento e incluso a punto estuvo de llegar desde todavía más atrás Markus. Ahí estuvo la clave. La belga se rehízo de su crisis y la yanqui llegando desde atrás terminaron siendo las grandes beneficiadas.

Solo quedaba la subida a Zürichbergstrasse en la que el acelerón de Vollering no cosechó ningún fruto.

Entre las españolas ninguna de ellas consiguió mantenerse en el grupo de las elegidas para pelear por el título.

Usoa Ostolaza acabó la 48, seguida de Eneritz Vadillo en el puesto 49, y Sara Martín fue la 53.