El paso de entrenador a jugador no es tan fácil como puede parecer y lleva su proceso de aprendizaje, pero Iker Romero se ha adaptado sin problemas a ese puesto de jefe del banquillo. El vitoriano de 43 años, que lleva el balonmano en sus venas, acaba de ascender a la Bundesliga al frente de su modesto equipo, el BBM Bietigheim, y de esta manera se estrenará el próximo curso en la máxima categoría del exigente balonmano alemán

Ahora más en frío, ¿cuáles son sus sensaciones tras este éxito?

Es el sentimiento de labor cumplida y de trabajo hecho, y en ese aspecto tengo mucho orgullo de este equipo. Porque la verdad es que estos tres años de dura entrega y trabajo han dado sus frutos. Ha sido un proceso largo donde hemos ido evolucionando poco a poco y mejorando cada año hasta haber conseguido esta temporada el ascenso, el cual ha sido el culmen a toda esa labor. Eso sí, ahora se agradece este tiempo de relax y tranquilidad.

¿Cómo ha sido su evolución como técnico durante estos años? 

Una evolución tranquila y normal, como la que tiene que tener cualquier entrenador en su formación. Durante esos cuatro años que estuve en el TSV Hannover ejerciendo de segundo de Carlos Ortega aprendí muchísimo y cogí mucha experiencia, pero luego ya di el salto a primer entrenador. En estas tres temporadas, la evolución siempre ha ido disminuyendo los errores. Es decir, en el primer año cometía muchos fallos, en el segundo unos pocos menos y ya este último aún menos. Y así es la evolución, que consiste en seguir mejorando y aprendiendo cada día para intentar cometer los mínimos errores posibles.

¿Ha cambiado Iker como entrenador durante ese proceso? 

Muchos cambios, por ejemplo a la hora de analizar y de llevar los partidos o saber mantener la calma en momentos específicos. También creo que he mejorado en el trabajo diario y saber en cada momento lo que el equipo necesita tanto en los entrenamientos como en los partidos. En todo eso he notado mucha evolución, pero aún así todavía me queda mucho por delante.

“Es más exigente ser técnico; como jugador desconectaba fácil al terminar un partido”

Aunque sean muy distintas, ¿prefiere entrenador o jugador? 

Ambas. Al final, son totalmente diferentes. Por ejemplo, si me preguntaras si prefiero jugar de central o de pivote, te diría que de central por mi estilo y gusto. Pero en este caso son dos mundos totalmente diferentes. Como jugador vives las derrotas y los éxitos de manera menos intensa, mientras que en el banquillo lo vives todo mucho más enérgico porque al final es un trabajo grupal y, por eso mismo, lo vives con más intensidad.

¿Qué es más exigente: ser entrenador o jugador? 

Lo primero, sin duda. La diferencia es que como jugador lógicamente siempre quieres ganar y lograr el mayor número de éxitos posibles para el equipo, pero cuando se acaba el partido, entre comillas, desconectas más fácil. Cuando eres el entrenador tienes que pensar en esforzarte para que tus 18 jugadores funcionen y tienes que conseguir cambiar si se ha perdido, y te pasas todo el día y toda la noche pensando en cómo suplir esa derrota para mejorar. De la misma manera, cuando ganas también le das vueltas a cómo seguir mejorando para seguir ganando. Es totalmente diferente.

Charla de Iker Romero a sus pupilos. Redacción DNA

A partir de ahora le viene por delante otro difícil reto como la permanencia, ¿no?

Sí, será emocionante. Si este año el ascenso ya ha sido un logro espectacular y muy difícil, lo que viene en tres meses será igual de increíble y complicado. El poder jugar la Bundesliga, es decir la mejor liga del mundo, será tremendamente difícil.

Históricamente su equipo ha descendido en las otras dos ocasiones que jugó en la Bundesliga, ¿A la tercera irá la vencida?

Sí, ojalá. En el pasado este equipo ya ascendió dos veces, pero se perdió la categoría y ahora haremos todo lo posible para que no suceda así y podamos mantenernos. Tenemos que ser conscientes de que va a será difícil y habrá momentos complicados, pero igual que este año nadie dijo que iba a ser fácil.

“Echo de menos España, pero estoy totalmente asentado y feliz en Alemania”

¿Cuáles son las principales diferencias entre las dos categorías?

El salto de calidad es innegable porque estamos hablando de la mejor liga del mundo, mientras que la segunda categoría sería para mí la cuarta más fuerte a nivel mundial. Por tanto, el salto de calidad es evidente. Además, en la Bundesliga puede ser que haya 4 o 5 clubes de nivel top mundial, por lo que vamos a enfrentarnos a los mejores equipos del mundo. Eso sí, estamos formando un grupo, el cual ya lo tenemos al 85%, y con algún refuerzo más creo que vamos a tener un conjunto que va a poder mirar a los ojos a todos los rivales.

Hace algunos meses renovó hasta 2026. ¿Como entrenador tiene algún sueño o éxito que le gustaría cumplir? 

Eso depende de cómo se mire, es decir, si miras un vaso hay gente que lo puede ver medio lleno y otros medio vacío. Entonces, ¿cuál es el éxito o las cotas mayores: ganar una Bundesliga o subir un equipo de segunda a primera? Por ejemplo, el lograr una permanencia con un equipo que nunca se ha mantenido puede ser ya un éxito increíble, pero ¿puede haber algo mayor? Puede que sí o puede que no. Construir equipos para ganar la Champions o para mantener la categoría pueden tener el mismo rango de éxito y al final, la ambición depende de cómo lo mires.

¿Nota diferencia del trato que tiene Alemania con el balonmano en comparación a España?

En Alemania después del fútbol, el balonmano es el deporte con más repercusión con pabellones totalmente llenos y con las televisiones con millones de espectadores. No me gusta hacer comparaciones porque son odiosas, pero la NBA del balonmano está aquí, en Alemania, y todo el mundo lo sabe. Por nuestra parte, es una suerte poder disfrutar de este campeonato.

Después de tanto tiempo, ¿sigue ligado a Vitoria y Barcelona? 

Sí, sí... y no solo porque me hayan llamado por este éxito reciente, sino que tengo buenos amigos por todos los lados, tanto en Vitoria como en Barcelona. 

¿Cuál es el secreto para que en Vitoria haya grandes deportistas?

Vitoria tiene algo especial en el mundo del deporte y aunque sea una ciudad pequeñita o no sea reconocida a nivel internacional en el mapa, creo que el deporte se vive desde que se nace. Yo me acuerdo de pequeño que siempre teníamos un balón, ya fuera de balonmano o baloncesto y en el patio, el deporte era una pieza fundamental en el aprendizaje de nuestra juventud. Eso es una ventaja, ya que en el futuro se crean jugadores y entrenadores de élite. Esto tiene que seguir así y Vitoria debe seguir apostando por el baloncesto y por el fútbol, como Corazonistas con en el balonmano. Para mí es muy bonito ese aprendizaje en las escuelas.

“Lo que más orgullo me produce es que el equipo va a muerte con la idea de juego que tenemos”

¿Echa de menos España?

Sí, todo. La familia, los amigos, el poder ir a tomar unos pinchos y unos vinos, o el disfrutar de la ciudad tan maravillosa que tenemos, porque cuando se vive ahí quizá no se aprecia tanto, pero yo en cuanto puedo viajo a Vitoria para estar con mi familia. En ese sentido, también siempre que puedo intento escaparme a Barcelona a ver a los amigos. En definitiva, ese día a día y la vida cotidiana es lo que más se echa de menos cuando estás alejado de ella.

Eso sí, ya se encuentra totalmente asentado en Alemania, ¿verdad?

Sí, sí. Llevo unos añitos viviendo aquí, 11 para ser exactos y estoy muy contento. Aquí estamos muy bien, con la vida hecha y los niños también están muy felices. No tenemos ninguna queja y es que nos tratan muy bien, pero de vez en cuando sí que nos gusta visitar Vitoria.

En el mundo del deporte, ¿a qué selección se anima en casa: Alemania o España?

Difícil (risas). Diría que quizá un poco más a España, aunque a veces quizá hay un 50% pero depende del día (risas).

“Vale mucho más estar rodeado de gente que es mejor que tú que conocer la táctica”

Cuando logró el éxito del ascenso, ¿de quién se acordó? 

Si hablamos de mentores, yo siempre digo que cuando eres entrenador cada persona tiene sus límites y todos debemos saber qué capacidad tenemos para seguir mejorando y para aumentar esos límites. Para mí, es más importante tener amigos y estar rodeado de gente que es mejor que tú como entrenador para poder preguntar, recibir consejos y estar bien arropado. Eso vale más que saber de mucha táctica. Por eso, cuando llega un éxito como este, siempre me acuerdo de todo mi círculo, de todos ellos.

¿Hay jugadores que le ven ya como su mentor y como el mejor en su puesto?

Yo no soy el mejor ni mucho menos. Sí que hemos conseguido algo increíble aquí, pero lo que más me llena de satisfacción es ver que mi equipo va a muerte con la idea que tenemos. Eso es lo más importante para un entrenador, tener esa conexión especial cuando entrenas, analizas y hablas con ellos. Está claro que un entrenador nunca tiene a todos sus jugadores consigo al 100%, pero los preparadores somos conscientes de ello. A día de hoy una altísima parte sí que lo están, vamos todos en la misma dirección y eso es lo más importante.

¿Cómo se definiría como entrenador con tres palabras?

Entrenador en formación.