En 2024 Álava contará con 13 profesionales. ¿Cómo lo ve?
–Es una barbaridad para el número de población que hay. Comparándolo con Bizkaia o Gipuzkoa somos muchos alaveses profesionales y eso es una suerte.
Es que si se analizan los datos, en pocos sitios saldrá un porcentaje de profesionales en función de la población tan alto como aquí...
–Sí, sí. Así es. Estará Eslovenia y después llegará Álava. Es una barbaridad. Cuando íbamos a las carreras en juveniles, los alaveses éramos un número muy inferior a los guipuzcoanos y vizcaínos y pese a ser grupos pequeños hemos ido saliendo bastantes. En el caso de Arabarrak, el equipo de Agurain, Andoni subió el año pasado, Jokin el año anterior, este año yo... Luego están los que han ido subiendo de Iturribero. Son generaciones en los que hemos estado cinco, seis o siete ciclistas y la mitad ha llegado a profesionales y eso es un éxito.
¿Cuál cree que es la clave para que una provincia tan pequeña nutra de tantos ciclistas a la élite?
–Tenemos para entrenar el mejor sitio. Hay muchas carreteras en las que tenemos de todo y hay muy poco tráfico.
¿Se cuida la cantera o ha salido una generación de forma espontánea?
–Las dos cosas. Además, cuando hay gente que llega arriba, los de atrás se ven con opciones y te contagias de ese buen hacer. Eso yo lo he vivido con mucha ilusión en las escuelas. La ilusión con la que trabajábamos era tan grande y eso te impulsa hacia arriba.
¿El tener referentes en la élite sirve de estímulo para generar ilusión en la base?
–Sí, sí. Al estar ellos arriba, tú lo ves posible. Cuando eres pequeño es solo un sueño, pero sin darte cuenta, el sueño si se trabaja se consigue, ya que al final tiene que haber gente que vaya a pasar.
¿Qué papel juegan las escuelas?
–Están haciendo un buen trabajo. Además, muchos padres, que lo hacen por amor al arte y se sacrifican mucho ya que muchas carreras son fuera de Álava, están consiguiendo que lleguen resultados importantes. Álava tiene muchos aficionados que entienden, saben bastante y el apoyo que hay de gente anónima ayuda a conseguir esto.
Cambiando de tercio. El dopaje ha vuelto a salpicar al ciclismo y el Caja Rural se ha visto inmerso en un caso estas últimas semanas. ¿Les ha afectado?
–Estamos ajenos. No nos han dicho nada. Lo único que nos han dicho es que estemos tranquilos, que todo se está solucionando bien. Yo hasta ahora no he estado en el equipo y no me he enterado de nada. Ahora toca esperar a que se solucione.
"Ahora mismo no veo otro deporte que se esté vigilando como al ciclismo. Por ejemplo, en mi caso, en una categoría sub-23, en la que aún no somos ni profesionales, he llegado a pasar fácil quince controles este año"
Una pena que el ciclismo y el dopaje vuelvan a ir de la mano. ¿Cómo lo ve?
–Sí. El dopaje es algo que en el deporte va a existir siempre y encima en el ciclismo, por la historia que tiene, da mucho juego. Los periodistas siempre que hay un caso, aunque sea uno cada muchos años, se hacen mucho más eco. La verdad es que ahora mismo no veo otro deporte que se esté vigilando como al ciclismo. Por ejemplo, en mi caso, en una categoría sub-23, en la que aún no somos ni profesionales, he llegado a pasar fácil quince controles este año. Ya me dirás en otros deportes, en categoría amateur, si pasan tantos. Yo creo que es un deporte que se vigila mucho y a día de hoy está bastante limpio.