Julen Martínez de Estibariz, ganador alavés de la Hiru Haundiak: “La primera txapela fue un sueño hecho realidad, pero esta es un regalo y le doy un gran valor”
Todavía con las lógicas agujetas en el cuerpo, el corredor analiza su éxito y da detalles de lo que supone competir en una carrera así
El corredor de montaña alavés Julen Martínez de Estibariz acaba de revalidar el título de campeón en la Hiru Haundiak mejorando su tiempo respecto a la anterior carrera. El corredor de 39 años, que no llegaba en su mejor momento físico, consiguió coronar las tres grandes cimas, Gorbea, Anboto y Aizkorri, en un tiempo récord para él: 10 horas y 44 minutos.
¿Cuáles son sus sensaciones tras ganar la Hiru Haundiak por segunda vez de forma consecutiva?
Después de toda la vorágine del día de la carrera, sí que te vienen reflexiones más profundas y la verdad es que estoy muy contento, tanto por volver a ganar por segunda vez consecutiva, como por el tiempo. Además, esta edición fue muy entretenida porque hubo una disputa bonita con Álvaro Ramos y otros chicos, y prácticamente toda la carrera fue muy reñida. Por eso, estoy satisfecho. Además, quiero agradecer a toda la gente que hace esto posible, como la organización, los clubes de montaña, Ayuntamientos o voluntarios. Sin ellos esto no sería posible. Al final, preparan algo bonito para que nosotros disfrutemos.
¿La experiencia de la anterior edición le ha ayudado para mejorar?
Esta vez ha sido la tercera vez que participo a nivel competitivo estando en la pomada. En el 2018 fui segundo detrás del vitoriano Javi Domínguez y luego en el 2021 ya gané. Por lo que esta experiencia sí que me ha ayudado a competir mejor e ir más rápido. Además, las condiciones estaban muy favorables para correr y gracias a todo eso he logrado un tiempo muy bonito la verdad.
¿Cuántos días permanece luego con agujetas?
Casi una semana (risas). Al final, cuatro o cinco días sí que estás dolorido y luego sí has tenido alguna torcedura o alguna caída, cuando se van las agujetas empiezan a aparecer esos dolores. Aunque en cierto modo, vienen bien para saborear lo logrado.
Además, no llegaba en su mejor momento físico y tuvo un pequeño contratiempo en la carrera…
Un tobillo lo tengo un poco tocado de la carrera, pero lo que más me preocupaba es que en diciembre del año pasado me torcí un tobillo y fue una lesión bastante severa con un edema óseo importante y con ligamentos tocados. En aquel momento, es decir, hace 10 meses y con ese diagnóstico, no pensaba que iba a poder correr en el monte y mucho menos poder llegar a este nivel y disputar otra vez la Hiru Haundiak.
¿Cómo se prepara uno para este tipo de competiciones tan duras? Imagino que todos los días no se puede salir a correr 100 kilómetros..
A lo largo de una semana puedes salir a correr varias veces alrededor de una hora u hora y media o salir al monte a hacerte 15 ó 20 kilómetros para coger ritmo. Luego, para hacer una base de fondo, suelo coger la bici de carretera y de vez en cuando sí que hago esas tiradas más largas, que yo para esta ocasión las he usado como tipo test. Por ejemplo, yo realicé un par de veces en septiembre desde Murgia hasta Landa para correr alrededor de 60 km, pero no puedes estar todas las semanas haciendo esa distancia y mucho menos llegar a los 100. Además, a partir de cierta distancia ya se acaba lo racional y luego vas viendo qué te va diciendo el cuerpo y hasta dónde puedes llegar.
En estas carreras, ¿qué es más importante: el aspecto físico o el mental?
Van un poco de la mano. El aspecto mental es que le dice al cuerpo que corra y el físico le responde. A partir de unos kilómetros, alrededor del último cuarto de carrera, el aspecto mental le va ganando al físico, tanto para lo bueno como para lo malo, porque físicamente ya estás decayendo y aún así la cabeza le sigue pidiendo al cuerpo. Aunque también puede ser al revés, es decir, que sea el cuerpo el que diga que está mal a la cabeza y entonces ya no hay más.
¿Qué carrera le hizo más ilusión: la primera o la segunda?
Hace dos ediciones fue la txapela que siempre quise tener desde la barrera. Es decir, cuando estaba de aficionado, fue como un sueño hecho realidad. Esta edición puedo decir que es como un regalo y que tiene mucho valor, en especial viendo desde dónde venía y la travesía que he tenido y en qué condiciones he estado este último tramo. Además, hay que sumarle el tiempo que he conseguido, por lo que estoy muy contento.
¿Cuáles son sus objetivos de cara al futuro?
Yo ya he tenido la suerte de competir y correr en un alto nivel de competición con la Euskal Selekzioa, donde se me concedió la oportunidad de formar parte de un equipo muy bonito y lo disfruté mucho y fueron unos años de autoexigencia preciosos. Ahora mismo, las condiciones familiares y laborales van avanzando de forma diferente y esto de poder ir a una carrera, participar y disfrutarla es como darse unos caprichos. Por lo que no me pongo un destino fijo, así podemos ir la familia al completo y además de disfrutar de la carrera, lo hacemos del viaje.
Por así decirlo es como un hobby profesional, ¿no?
En todo momento esto es un deporte popular, luego el lunes hay que ir al trabajo, por lo que tiene esa parte de lúdico y de hobby y no existe la presión de correr para nadie y sí hacerlo para mí y de esta manera puedo disfrutar. A mí me gusta mucho hacer deporte y más al aire libre, la montaña me apasiona y yo lo que quiero es seguir disfrutando de todo esto.
¿Tiene alguna carrera favorita o que le tenga ganando el corazón?
He tenido la oportunidad o suerte de disputar un campeonato del mundo y no podría poner un lugar. Aunque quizá y entrecomillas, las carreras de aquí, de Euskal Herria por la afición y porque son cercanas a casa, siempre tienen ese carácter de emotividad y son especiales. Pero luego, tanto en Pirineos como en Alpes, en la Palma o en diferentes sitios, hay lugares muy bonitos y no sabría poner uno en especial, sino que me quedo con todas ellas o una parte de cada una y su experiencia.
¿De dónde le viene su pasión por la montaña?
En la época de instituto jugaba a baloncesto, pero era de los que le ponía ganas y poca calidad (risas). Más adelante y cuando ya me estabilicé y empecé a trabajar, comencé a correr de forma popular. Por otro lado, la montaña desde pequeño me ha gustado y es que he pasado mucho tiempo en el caserío con mis abuelos y esa parte de ir al monte y disfrutarlo con ellos detrás del ganado siempre lo he llevado dentro.
Para terminar, como se suele decir, no hay dos sin tres…
Queda mucho y con el paso de los años y la experiencia vas aprendiendo que es muy difícil llegar en un momento adecuado y óptimo justo en una fecha señalada y más aún ponerla dentro de dos años. Sería bonito salir de nuevo con el dorsal número 1 y poder defenderlo, pero aún no sabemos dónde vamos a estar en ese momento ni cómo estaremos, pero en un principio sería algo muy bonito la verdad.