Unai Laso no es de los que se viene abajo al primer golpe. Es batallador, tanto en la vida como en las canchas, de las que permanecerá alejado hasta diciembre, según la previsión del equipo de galenos dirigido por Mikel Sánchez que le operó el pasado 12 de junio de la cadera derecha. En la intervención se reparó una rotura del labrum, realizando unos anclajes y haciendo un refuerzo capsular para solventar otra pequeña lesión en el cartílago. Ya en plena rehabilitación, el campeón manomanista de 2022 no se marca plazos para su vuelta, pero está convencido de que regresará al mismo nivel de antes de la lesión y con ganas de recuperar el tiempo perdido. Hasta ese momento, intenta aprender de la experiencia.
Han transcurrido cuatro semanas desde que pasó por el quirófano. ¿Siente que lo peor ya ha pasado?
Sí. Lo más duro es toda la incertidumbre previa a la operación. Nunca había pasado por una intervención tan seria. Ahora, cada día me siento mejor, tengo más movilidad, se va regenerando todo bien... La primera semana sentía más dolor, me costaba mucho más andar, pero ahora, aunque vaya con muletas, levanto más la pierna al caminar y voy mejor.
¿Cómo está siendo la rehabilitación?
Voy dos veces por semana a Vitoria y cada día doy un paso más adelante. La pasada semana empecé con la bici estática y ahora hago ya dos sesiones al día. Hoy (por ayer) tengo sesión de fisioterapia y voy a empezar a andar en el Alter G, una máquina antigravedad que reduce el peso corporal al caminar.
¿Qué tal lleva el día a día en estas primera semanas?
Soy bastante activo y desde la primera semana ya empecé a salir un poco de casa, a sentarme en algún banco, a tomar algo... No me he aburrido, tengo a la familia al lado, han venido los amigos a verme, estoy leyendo, veo series… Sé que es un proceso largo, pero de momento va bien y lo peor ya está pasando.
Todo viene a raíz del resbalón que sufrió durante la final del Parejas, el pasado 2 de abril. ¿Pensó entonces que la lesión iba a ser tan seria?
Bueno, ya en el verano de 2022, en Ordizia, me di un golpe fuerte en la cadera. A raíz de ahí empecé con molestias. Pero una vez que me hicieron la resonancia, ya me dijeron que tenía la cadera bastante mal. Me comentaron que podía seguir jugando tranquilamente, pero que algún día habría que operar. Y aunque jugando no sentía nada porque en caliente no me molestaba, el saber que no estás al cien por cien pesa mentalmente. Seguí jugando un tiempo, pero una vez que caí eliminado en el Manomanista de este año y se venía el verano encima, no quise arriesgar a sufrir otro resbalón. Si había que operarse, mejor cuanto antes. En cuanto volví de vacaciones, pasé por el quirófano.
Cuando le hablan de rotura de labrum, de operación de cadera, de anclajes y refuerzos capsulares, ¿le entra un poco de canguelo?
Canguelo no. Te fastidia que con 26 años ya tengas mal la cadera, pero este deporte es muy duro y siempre va a haber lesiones. Me ha tocado a mí y de todas las experiencias se aprende.
¿En algún momento le asalta la duda de si volverá a ofrecer el mismo rendimiento que antes de la lesión?
No. La operación ha salido muy bien. Soy optimista y pienso que todo irá sin problemas. Estoy concienciado de que debo de hacer bien todo lo que me digan. Afortunadamente, estoy con los mejores médicos y me recuperaré bien. Luego, tocará entrenar a tope como siempre y darlo todo o incluso más. Después de medio año fuera, volveré con ganas de recuperar todo lo que no he podido jugar.
Ahí tiene el ejemplo del actual responsable del área deportiva de Baiko, Aimar Olaizola. Él ofreció lo mejor de su carrera tras la grave lesión de rodilla que sufrió en 2010, cuando tenía 30 años.
Eso es. Aimar es un gran profesional, además de un artista, y se recuperó muy bien. No me gusta comparar y, además, son lesiones distintas, pero sí es un ejemplo de que se puede seguir rindiendo al mismo nivel o incluso mejor.
En los últimos tiempos ha podido asistir al nacimiento de una nueva estrella: Aitor Elordi. ¿Qué le ha parecido la explosión del vizcaino?
No me sorprende. Le conozco de toda la vida, nos hemos enfrentado en aficionados. Ya en el campo profesional, estaba ganando a todos en Segunda hasta que le han dado la oportunidad de jugar en Primera. Y una vez que te dan la oportunidad de jugar con los mejores, mejoras. Es lo que me pasó a mí también.
Tras años del duopolio forjado por Olaizola e Irujo, muchos vieron en Altuna y usted una réplica de esa rivalidad. Pero esto no parece cosa de dos. No dejan de aparecer nuevas figuras: ahora es Elordi, Dario y Peio Etxeberria están ya golpeando la puerta y ahí sigue Ezkurdia.
Nunca es cosa de dos. En la actualidad, Altuna es el único que está siempre al mismo nivel, que casi siempre juega perfecto y puede mantenerse años en lo más alto. En cuanto al resto, son momentos de juego. Jaka en su día le ganó en la final del Manomanista a Altuna, Irribarria también tuvo estuvo ahí. Y luego viene gente por detrás, que aprovecha sus oportunidades, coge confianza y llega a lo más alto. Esa época de Aimar e Irujo, en la que ambos estaban en casi todas las finales, es muy difícil de repetir.
Por tanto, ¿le ve a Altuna un peldañito por encima de los demás?
Sí. Elordi le ganó en la final del Manomanista, quizás porque Jokin tenía más presión y porque a un partido puede pasar cualquier cosa. Pero Altuna, incluso en los partidos de verano que está jugando ahora, está dando un nivel increíble, sigue haciendo perfecto su juego. Eso es lo que buscamos todos, pero Jokin es el único que lo hace casi siempre.
La final de este viernes del Torneo San Fermín del Cuatro y Medio, ¿la verá desde casa o irá al frontón?
No voy a pisar Pamplona en Sanfermines. Estoy con las muletas, luego tendrían que llevarme a casa... Soy un lastre. Me iré al pueblo. Me dará mucha envidia tanto ver jugar a mis compañeros en Sanfermines como a mis amigos de juerga. Pero estoy mentalizado de que debo mejorar día a día de la lesión de cadera.
¿Qué cree que ocurrirá en el pulso entre Altuna y Jaka?
Altuna es favorito claro y creo que ganará. Erik tiene que jugar un grandísimo partido para poder vencerle.
¿Hace cuentas de cuándo podrá volver a las canchas?
No, ni pienso en eso. Han dicho que serán seis meses, si puede ser antes, muchísimo mejor. Como queda mucho tiempo, ahora sólo pienso en objetivos pequeños. Primero, a ver si pasan dos semanas y media y me quitan las muletas, porque ello me dará una mejor calidad de vida, más independiente. Podré conducir y ya no seré un lastre para los de alrededor. Luego, paso a paso.
Con ese pronóstico de seis meses, su participación en el Cuatro y Medio estaría prácticamente descartada. ¿Firmaría por poder jugar de inicio el Parejas?
Sí, claro que firmaría, pero no pienso en ello.