La carrera deportiva de Borja Arnedillo ha sido un no parar. Desde que salió de Corazonistas, el técnico gasteiztarra ha ido de la Ceca a la Meca y nunca mejor dicho, ya que una de sus últimas paradas se produjo en el Muchar Handball de la ciudad saudí de Qatif, en la que estuvo junto al pontevedrés Quique Domínguez ejerciendo de ayudante del primer entrenador, preparador físico y responsable del equipo filial del club en la temporada 2018-19.

Toda una aventura la de este trotamundos del balonmano que con anterioridad ya pudo disfrutar de la experiencia de trabajar como jefe de un banquillo en su Gasteiz natal gracias a su querido Gure Auzune en la campaña 2016-17. Al margen de integrar el cuerpo técnico de la Federación Española desde 2019 hasta 2021 para diferentes eventos como su participación como analista de vídeos en el Mundial de Egipto en 2021, Arnedillo se ha especializado mucho más a la hora de coordinar la cantera de clubes en los que ha dejado un grato sabor de boca como el Ademar León (2005-13), el Balonmano Zamora (2013-15), el Benidorm (2015-16) y el IKASA BM. Madrid (2017-18).

Arnedillo es un profundo conocedor de todos los entresijos del balonmano DNA

Después de tanto trasiego, Arnedillo quería un poco de calma y asentarse en algún lugar. Así lo hizo a finales del año pasado al instalarse junto a su pareja Chantal en Santa Cruz de Tenerife. “Queríamos hacer aquí nuestro proyecto de vida”, confirma.

Olvidar el estrés de Madrid

Un viaje más para esta pareja que tras haberse conocido en la gélida León, donde ambos estudiaron IVEF, buscaban un sitio cálido y con un estilo de vida algo más tranquilo que el que tenían en Madrid para empezar una nueva etapa. “Ya solo ir a la Federación me costaba hora y media”, recuerda el alavés de su etapa en la capital de España.

“Buscaban a alguien que les hiciese los vídeos de los partidos, análisis tácticos de los rivales y cabía la opción de hacerlo por teletrabajo”

Demasiado estrés. Ambos querían dar un giro a su día a día, como reconoce Arnedillo. “Mi mujer es de Burgos y no le gusta el frío, buscábamos una ciudad cómoda y pequeña, con playa y poder disfrutar del mar y la buena temperatura”, rememora el entrenador vitoriano.

El vitoriano imparte una clase en Corazonistas, el lugar donde dio sus primeros pinitos Jorge Muñoz

No lo dudaron y se fueron “un poco a ciegas” hacia las islas afortunadas, donde al poco de llegar ya se compraron un piso. Chantal había sacado la plaza de profesora de educación física y Borja trabaja como interino de profesor. Una nueva vida en la que los cambios no dejaban de llegar. Y es que el pasado 14 de diciembre fueron padres de un niño.

Padre en diciembre

No quedarían ahí las novedades para el gasteiztarra. Y es que, de nuevo, el balonmano llamó a su puerta. José Luis López Becerra, analista en la Federación Española que trabaja para los Hispanos y las Guerreras, se puso en contacto con Arnedillo para trasladarle una singular propuesta de trabajo en el conjunto francés del JSC Chesbourg. “Buscaban a alguien que les hiciese los vídeos de los partidos, análisis tácticos de los rivales y cabía la opción de hacerlo por teletrabajo”.

“El equipo juega los viernes y según termina su partido ya estoy pendiente para descargar los partidos del siguiente rival para agrupar toda la información táctica y enviar los montajes largos al cuerpo técnico”

Ahí radicó la clave. Trabajar desde casa. No tener que hacer de nuevo las maletas para emprender otra etapa en un nuevo destino, algo impensable además a esas alturas con un proyecto de vida recién iniciado en Tenerife y tras haber sido padre. “Edu Fernández, el entrenador del equipo, se puso en contacto conmigo y no tardamos en llegar a un acuerdo”, desvela Borja.

Todo era perfecto, ya que podría seguir ligado al balonmano y encima hacerlo desde Tenerife junto a su familia. Nada de traslados. Y eso que, por momentos, sí barajó la pequeña posibilidad de llegar a formar parte del cuerpo técnico y trabajar codo con codo con el resto de entrenadores en Normandía, pero finalmente no fraguó. Era inviable, como admite ahora el propio Arnedillo. “Hay un momento que se plantea la posibilidad, pero no fue a más”, cuenta.

Relación laboral equilibrada 

Incluso recuerda en tono de broma cómo trataron de convencerle para que se instalara en la ciudad de Cherburgo, al norte de Normandía. “Me llegaron a decir que aquí también había playa, pero no me convencieron. Ya les dije que, según metemos el pie en el agua, con lo fría que está se nos caen hasta las uñas de los pies”.

Arnedillo posa para este periódico con una camiseta de la selección española Pilar Barco

De momento, tras varios meses de colaboración laboral a distancia, la experiencia funciona perfectamente y todo está saliendo a pedir de boca. “La relación profesional es equilibrada. A los dos nos va bien”, destaca Arnedillo. Y es que el técnico vitoriano posee un horario flexible y puede dedicarse a ver vídeos después de su trabajo y tenerlos listos para que el cuerpo técnico los analice con los jugadores durante toda la semana previa a los encuentros. “El equipo juega los viernes y según termina su partido ya estoy pendiente para descargar los partidos del siguiente rival para agrupar toda la información táctica y enviar los montajes largos al cuerpo técnico”, remarca.

Su labor consiste en hacer “un resumen para los jugadores, intentando que sea lo más didáctico posible”. También realiza montajes específicos por demarcaciones. “Trabajo para los porteros en un montaje de lanzamientos y a los extremos les gusta ver cómo el portero realiza las acciones ante extremos contrarios, en siete metros y en contraataques”.

Mono de vivir el día a día

Entre sus labores de analista también figura la de desgranar las virtudes de jugadores susceptibles de ser fichados algún día por el club. “Si hay que ver algún jugador que nos ofrecen porque estamos confeccionando la plantilla, cojo y hago un montaje individual de él en concreto. Algo parecido a lo que hacía en la Federación con el seguimiento a determinados jugadores. Un análisis con lo bueno y lo malo para ver si merece la pena o no ficharlos”, explica.

“Si hay que ver algún jugador que nos ofrecen porque estamos confeccionando la plantilla, cojo y hago un montaje individual de él en concreto. Algo parecido a lo que hacía en la Federación con el seguimiento a determinados jugadores"

Y todo ello en continua comunicación con el cuerpo técnico. “Hablo mucho con Edu”, enfatiza. Eso sí, Arnedillo echa de menos el día a día con el equipo y el contacto directo con los jugadores. “Las relaciones no son las mismas.Ya no tienes ese feeling. Pese a que algunos jugadores te escriben y lo agradeces, no es lo mismo que de haber un contacto estrecho”.

Juan Luis Arnedillo, padre de Borja, es uno de los padres del balonmano alavés Redacción DNA

Borja tiene “mono”, algo que se quitará en parte el próximo verano participando en la concentración veraniega del equipo. Hasta ahí. Sabe que no puede ir a más. “La manta no da para todo. Si estoy con ellos tendría que quitar tiempo para estar con mi mujer y mi hijo y ahora no es posible. Estoy en otra etapa”, zanja este nómada del balonmano alavés, hijo de uno de los padres del deporte en el territorio como Juan Luis Arnedillo.