Para ellos la edad es tan solo un número. Pese a que para buena parte de sus coetáneos su actividad deportiva está casi fuera de toda lógica, ambos los afrontan como un reto más. No le tienen miedo a nada y eso que Ana Casanova cumplirá 66 años el próximo 28 de septiembre y Javier Celaya alcanzará los 65 el 7 de julio.

Pues bien, estos dos gasteiztarras, curtidos en mil batallas deportivas, añadirán una más este próximo sábado al tomar parte en la primera edición del vi half Gasteiz. Casi nada.

Los dos incansables deportistas demostrarán este 4 de junio que la edad no es un límite para intentar lo que se proponen. Solo un número. Una cifra, que eso sí, convierte a Casanova y Celaya en los dos triatletas más veteranos en tomar parte en este triatlón. De momento, la deportista del E-TRI Eskola y el competidor de Benetan Gasteiz ya tienen el honor de pasar a la historia del estreno de la prueba como los participantes de más edad.

Ahora el reto es acabarlo. Mayúsculo en el caso de Ana Casanova. Y es que la pupila de Ruth Brito se estrena en esta distancia. La vitoriana lleva poco más de dos años entrenando a las órdenes de la triatleta lanzaroteña afincada en Gasteiz y afronta con mucho respeto su debut en una distancia que multiplica por mucho cualquiera de los triatlones disputados hasta ahora.

Casanova ha disputado tres ediciones del triatlón de la mujer en Donostia desde 2019 hasta 2021 y el año pasado participó también en el olímpico de Lanzarote con algunas compañeras de su club. Distancias menores, mucho menores a las que va a tener que hacer frente en tres días. Y es que en la cita canaria, Casanova completó 1.5 kilómetros nadando, 40 en bicicleta y 10 corriendo y en esta ocasión deberán realizar 1,9 en el tramo, 90 sobre dos ruedas y 21 a pie en un complicado circuito por el casco histórico de Gasteiz, jalonado por un gran número de cuestas. Tremendo. Para echarse a temblar.

La deportista del E-TRI Eskola es consciente de la dificultad que entraña el reto, más aún ya que desde hace semanas arrastra una inoportuna lesión en el piramidal. “Esto me está frenando”, se sincera. Quizá ha habido algo de sobreentrenamiento como reconoce. Ahora no puede entrenar como le gustaría. Las molestias se lo impiden. Eso sí, el dolor no le resta ni un ápice sus ganas. Sueña con cruzar la línea de llegada. “Llegar a meta es mi máxima ilusión”. Habrá que esperar si lo consigue y cómo termina. Sufrirá mucho y es consciente de ello.

También lo es Javier Celaya. “La idea es salir vivo”, bromea el triatleta del Benetan Gasteiz, algo más curtido en este tipo de batallas. El vitoriano se estrenó en esta disciplina hace ya 31 años con motivo de la segunda edición del Triatlón de Donostia, con su 1,5 kilómetros de natación, 40 de ciclismo y 10 de carrera a pie. “Quedé mal”, reconoce. Algo lógico habida cuenta de que se trataba de la segunda prueba de esta modalidad deportiva que se organizaba en Euskadi, era su estreno en esta disciplina y además no era muy ducho en la natación como asume el propio protagonista. “Tuve que hacer los 1.500 metros de natación a braza”. Un figura.

Eso sí, pese a no tratarse de un debut soñado no se rindió y desde entonces llegaron muchos más triatlones. Tantos que ni se acuerda. “Entre olímpicos, medio Ironman y Ironman, habrán sido unos 60. Es que soy un poco desastre para acordarme de todo lo que he hecho”, apunta Celaya.

Lógico esta falta de memoria, habida cuenta del carrusel interminable de competiciones en los que ha tomado parte. “En aquella época había competiciones casi todos los fines de semana”, recuerda. Ahí estaba él. Por eso ha perdido la cuenta. Lo único que tiene claro es que ha disputado 10 Ironmany que su mejor marca en esta mítica distancia en la que hay que cubrir 3,8 kilómetros a nado, 180 en bicicleta y 42 a pie es de 10h 25m, en Austria. Un figura.

Todo terreno además. Y es que no solo le da a los triatlones. Javier Celaya es un deportista multidisciplinar. Él mismo lo confirma. “Llevo 43 años haciendo de todo sin parar. Corriendo maratones, trail de montaña, los 50 kilómetros de la Subida al Veleta desde Granada, unas diez veces la Hiru Haundiak, otro par de ellas Los Montes de Vitoria, todas las clásicas cicloturistas de la zona, vengo de hacer la Cantabrona con el equipo hace unos días...”, resume.

Y es que la lista es interminable. La culpa la tiene Javier Celaya, que es arrancar y no parar. Eso sí, el de Benetan Gasteiz es consciente de que ya ha perdido la frescura de antaño. “Vamos para 65 años y el motor no tira como antes. Ya no me da. Antes era capaz de correr por debajo de 4 minutos el kilómetro y ahora apenas bajo de los 5”, explica. Por eso, como repite su meta es poder “salir vivo” este sábado de la primera edición del vi half , otro triatlón a su extensa lista.

Eso sí, pese a ser uno más lo afronta con unas ganas tremendas. “Mantengo la ilusión de un niño”, apunta. Una ilusión que también comparte Ana Casanova. “Muchísima”, relata. “Tengo miedo de no llegar. Me daría mucha pena. No sé si tengo más ilusión o miedo”, añade. Le aterroriza no poder cubrir con los pasos de corte. “Voy a andar justa”, asume esta veterana deportista, que los tiene todos grabados en la cabeza y confía en poder ir salvándolos y acabar la carrera. Es su sueño. No se ve en otra de estas. “Me dije que era mi última oportunidad y adelante. Ahí estamos”. Dándolo todo. Entregándose al máximo desde el pasado mes de enero. Han sido semanas de 6 días y hasta los 7 con sesiones de entrenamiento para llegar en óptimas condiciones a la carrera. “A veces se ha hecho duro”, reconoce.

Y es que han sido muchas horas de esfuerzos y sacrificio. Trabajo en solitario en una gran parte como desvela. “Ahora voy mucho sola. Antes no podía porque me daba miedo, pero ya sí soy capaz de entrenar en bicicleta sin estar acompañada”.

Este sábado lo va a estar, habida cuenta de que tomarán parte medio millar de deportistas. Incluso en el caso de Javier tendrá una compañía especial, la de su hijo de 30 años. Eso sí, el de Benetan Gasteiz es consciente de que le verá en la salida y poco más. “Al igual que yo, va a hacer el vi halfy después el Ironman. Este va a andar bien, ya que ha sido un buen nadador”, vaticina.

Lo que sí tienen claro ambos es que van a disfrutar de un recorrido precioso. Tanto Ana como Javier están encantados con el trazado de la prueba. “Es muy bonito, pero se va a hacer duro”, afirman al unísono. Ambos están preocupados por los repechos de la carrera a pie. Es lo que más temen. “Antes no me daba miedo correr. Me preocupaban más las otras disciplinas, pero a ver cómo afronto la carrera después de 90 kilómetros en bici y teniendo en cuenta que el circuito de la carrera a pie por el casco es muy exigente”, comenta Ana Casanova. “Se va a hacer muy duro, ya que hay mucho sube y baja”, añade al respecto Celaya.

Al menos, tanto Ana como Javier confían en que el “espectacular ambiente” que se vivirá por el centro de la ciudad durante los últimos kilómetros le lleve en volandas y les ayude a llegar a la meta. “Va a haber mucha gente y eso creo que me va a ayudar”, se sincera la deportista del E-TRI Eskola.

Celaya, por su parte, está algo más confiado. “A ver, me preocupa por el hecho de que estoy mayorcito, pero no me asusta ya que llevo muchos años haciendo burradas. No soy un novato y tengo experiencia”, explica. Eso sí, sabe que va a sufrir. “El que dice que no sufre, miente. Una vez que te pones el dorsal lo das todo. Te vacías y es normal pasar algún mal momento”, explica. Al menos, al igual que su compañera, confía en que el apoyo de la gente le brinde el último aliento. “El público en Vitoria para otras pruebas es un desastre, pero con el triatlón se vuelca y el ambiente estoy seguro de que será espectacular y nos va a ayudar”, concluye este deportista, que el día de San Fermín cumplirá los 65 años. Ana, por su parte, llegará a los 66 algo más de dos meses después. Ellos son los más veteranos del vi half. Una prueba de que la edad no es un límite.