El Tour of Hellas ha dejado una escena de lo más curiosa a la conclusión de su primera jornada. En ocasiones, el ciclismo da para esas anécdotas que se recuerdan luego durante tiempo y que pasan al arcano de la memoria. Eduard Prades, ciclista del Caja Rural, se adentrará por derecho propio a ese memorándum de curiosidades.
La escena remite a otras capítulos de extravíos de corredores cuando encaraban la meta o celebraciones que no les corresponden porque hacen mal el cálculo. Prades pertenece al segundo grupo. El ciclista del Caja Rural ha creído ganar. Había sido el primero en el esprint, pero hacía tiempo que Aaron Gate había conquistado la etapa.
Ajeno a ese detalle, Prades ha celebrado con entusiasmo la victoria -sin percatarse de que era segundo- y al festejar la victoria que no lo era -momento en el que se ha llevado una mano a su boca para imitar un chupete y abrir posteriormente los brazos- se ha ido al suelo por la rotura del sillín.
Ha acabado en el suelo. Sentado. Ha entendido después el desenlace. “Les hemos alcanzado pero la verdad es que no teníamos mucha información y por cómo se estaba corriendo pensaba que no quedaba nadie por delante. Al final yo creía que estaba ganando la etapa, he levantado los brazos y me he caído. No hay heridas pero hay que ver cómo está el cuerpo, ya que me he llevado un buen golpe en la espalda. Evaluaremos mañana (por el jueves) antes de la salida”, ha resuelto el corredor, protagonista de una escena de lo más curiosa.