aído en desgracia Primoz Roglic, humanizado por Evenepoel, cuyo latigazo en Karabieta convocó a todos los favoritos a la Itzulia menos al líder, la carrera, que lidera el joven belga, se adentrará en la última jornada para buscar un dueño definitivo. Descartado Roglic, a 1:05 de Evenepoel, al trono de la Itzulia opositan siete ciclistas. El prodigio belga manda en la general, pero apenas dispone de un renta de dos segundos sobre Daniel Martínez. El colombiano, vencedor en Zamudio, fue segundo en Mallabia. Es el rival más próximo al belga y, probablemente, el más peligroso. Dispone de un equipo fortísimo, el Ineos. Ion Izagirre, campeón de la Itzulia de 2019, es tercero en la general a un veintena de segundos de Evenepoel. Junto al de Ormaiztegi flotan Vlasov, que se ha mostrado muy fuerte, y Pello Bilbao, ganador en Amurrio. Algo más alejado se encuentra Vingegaard, segundo en la pasada edición de la Itzulia, y Enric Mas, a 37 segundos del líder. Entre ellos pelearán por la Itzulia, que vivirá una trepidante jornada en y un trazado corto pero sin pausa, más si como se prevé se enciende desde el comienzo.
Sobre ese esquema se resolvieron las dos últimas ediciones de la carrera, que sirvieron para que el liderato cambiara de manos. Ion Izagirre, apoyado por el Astana, derribó a Buchmann, que partía con ventaja en los estertores de la carrera. Esa misma estampa, la de la revolución y la remontada, certificó la victoria de Primoz Roglic el pasado año. El esloveno, en una sublime actuación, fue capaz de derrocar de la peana a Brandon McNulty en una etapa incendiaria en la que Roglic y Pogacar ofrecieron un espectáculo mayúsculo.
La jornada de cierra de la Itzulia, una etapa corta, de apenas 135,7 kilómetros repleta de puertos, seis en total hasta dar con el santuario de Arrate, es una invitación a la agitación y al frenesí. Un ensayo sobre el caos. “Es imposible controlar esa etapa. Ningún equipo puede hacerlo por sí solo. Es un sálvese quién pueda. Una lucha cara a cara entre los líderes y eso hace que se abran las opciones. Ese es el misterio de la Itzulia”, expuso Pello Bilbao a este periódico antes de que arrancara la prueba. Con unas diferencias tan exiguas, con siete corredores en 37 segundos, entrarán en juego las tácticas. Evenepoel deberá vigilar demasiadas ruedas y no dispone de una renta tranquilizadora. Además, las bonificaciones de meta, donde se reparten 10, 6 y 4 segundos, respectivamente conceden aún más emoción a la etapa. Si Daniel Martínez es capaz de imponerse a Remco aunque sea por un metro jugándose la victoria de la jornada, la Itzulia será suya. Ese detalle enfatiza un final que hace imprevisible quién se hará finalmente con la carrera vasca. La Itzulia no tiene dueño.