Mikel Landa se enciende en la Vuelta a Andalucía

se ensañó con Landa, atravesado el cuerpo por el rayo de la caída en el Giro de Italia. Su impacto contra el asfalto camino de Cattolica, retorcido Landa en el suelo, preso del dolor, desvió el curso del alavés, crucificado. Landa dejó el Giro entre los aullidos de las sirenas de la ambulancia, su banda sonora. El accidente le provocó la fractura de clavícula y de varias costillas. Roto. Se le astilló el año. Las heridas y el posterior tramo de sinuosa rehabilitación laminaron su empeño aunque se anotó la Vuelta a Burgos. La Vuelta se le clavó en el calvario de la impotencia. Nunca pudo ser él. Landa cerró el curso con el portazo de la frustración.

Tercero en la Tirreno-Adriático por detrás del prodigioso Pogacar y el exuberante Van Aert, Landa alcanzó el Giro en un estado óptimo de forma. Después, en la quinta etapa, la Corsa rosa se fundió a negro para él antes de llegar a Cattolica, cuando el infortunio agarró con rabia la pechera del alavés. “El año pasado viví una temporada muy complicada debido a la caída del Giro, así que uno de mis objetivos es volver a ser competitivo”, desgranó Landa semanas atrás.

“Ha tenido un pretemporada tranquila, sin sobresaltos. En ese aspecto ha podido entrenar cómo quería. Está bien. Visto desde dónde viene no es poco”, analizan desde su entorno antes de que el alavés se ponga el imperdible del primer dorsal de la campaña.

BUEN ESTADO DE FORMA

La Vuelta a Andalucía servirá a Landa como test para saber cuál es su estado de forma respecto al resto de competidores en el amanecer del curso. El ciclistas alavés, que amplió dos campañas su contrato con el Bahrain, donde ejerce de líder, está obligado a reconstruirse frente a unos competidores extraordinarios que no conceden ni una sola pulgada de aliento. La mejoría es constante y continua. Cada vez se va más deprisa. La competitividad es feroz, extrema.

“Mikel no está aún para ganar, pero sí para hacer una buena carrera. Llega bien a Andalucía. Es el primer paso para encarar más adelante el Giro”, establecen desde el entorno del ciclista, enfocado en el primer tramo de la campaña en ofrecer su mejor versión en el Giro de Italia, una carrera que entusiasma a Landa. “Para estar bien en la carrera italiana ahora no puede estar a tope”, dicen desde su entorno.

Podio de la Corsa rosa en 2015, el año de su explosión, cuarto en la edición de 2019, cuarto en el Tour de 2017 (se quedó a un segundo del podio que cerró Romain Bardet) y en el de 2020, sexto en la Grande Boucle del 2019, Landa colecciona bellas postales del pretérito, pero en el ciclismo solo cuenta el aquí y el ahora. La nostalgia y las imágenes en sepia se almacenan en la memoria y contribuyen a vestir las charlas de sobremesa.

Sin embargo, el memorándum no es suficiente. No alcanza para alimentar el presente, siempre hambriento. Landa tiene que colgar en la percha del olvido el abrigo de plomo de 2021 para poder volar. Sin apenas cambios en el calendario de 2022, el alavés tratará de reproducir sus mejores actuaciones en Italia y Francia. Landa, en rosa y amarillo. Antes encarará la Vuelta a Andalucía. Allí se enciende su comienzo. “La única alegría en el mundo es comenzar”.

MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ, FAVORITO

Miguel Ángel López parte con el cartel de favorito de la ronda andaluza después de lograr el triunfo en la pasada edición, más si cabe después de que se constataran las bajas de Fuglsang, Nibali o Valverde. Landa liderará al Bahrain, pero el alavés se descarta para la victoria en su primera carrera. Carlos Rodríguez, que fue tercero en la Volta a la Comunitat Valenciana, será otro de los nombres a seguir, al igual que Michael Woods o Simon Yates.

En Portugal arranca la Volta al Algarve, donde entre este miércoles y el domingo se verán las caras Remco Evenepoel, vencedor en 2020, Geraint Thomas, Tom Pidcock, Brandon McNulty o Sergio Higuita, en su debut en Europa después de que se proclamara campeón de Colombia en ruta. João Rodrigues defenderá la victoria lograda en 2021.