Participar en un Dakar no es sencillo. La burocracia y el papeleo es de por sí complicado, pero lo que realmente cuesta es disponer del montante económico con el que poder hacer frente a una prueba de tal calibre y envergadura en unas mínimas condiciones.

Al menos, el componente humano de esta aventura alavesa ya tiene experiencia en estas lides. Todos ellos están ya sobradamente curtidos en rallies de regularidad y orientación, así como en múltiples aventuras en el mundo de los viajes en 4x4 por tierras africanas y también en el camino que hay que recorrer para poder estar en la línea de salida de la prueba. “No es fácil”, reconoce Denis Santos.

Se trata de un arduo trabajo de meses en el que toca conseguir patrocinadores que costeen un proyecto para el que hay que realizar un gran desembolso. Prueba de ello es que el equipo OD22 cuenta con un presupuesto de 230.000 euros para tomar parte en la prueba. La mayor parte de este dinero proviene de patrocinadores privados.

Gracias a su apoyo se puede hacer frente a los numerosos gastos que tiene el Dakar. La inscripción de cada coche asciende a 9.000 euros, mientras que costear cada mecánico son 8.000. Uno de los mayores gastos reside en el camión de asistencia y el material que debe llevar, por el que han tenido que pagar 40.000 euros. Además, han destinado otros 7.000 para los aviones y los hoteles en los que se alojarán durante las dos semanas de carrera.

Por último, en ropa han gastado unos 3.000 euros y el resto lo han destinado a los dos vehículos, que son los que se llevan la principal partida del presupuesto al superar entre ambos los 100.000 euros. Y todo ello para 13 días de intensa aventura por las dunas del desierto saudí.