- Alexander Zverev se proclamó maestro de las Finales ATP por segunda vez en su carrera. La primera fue en 2018 en Londres y ayer lo logró en Turín en una final ante Daniil Medvedev que pasó casi en un visto y no visto. Fue un 6-4 y 6-4 en solo hora y cuarto de juego que da al alemán su sexto título del año tras Acapulco, Madrid, los Juegos de Tokio, Cincinnati y Viena. Además, es el cuarto jugador de la historia que se proclama campeón del torneo de los ocho mejores tras vencer en los dos últimos partidos a los dos primeros del mundo.

Pese a lo que parecía indicar el primer juego del choque, que se anotó Medvedev en blanco, el ruso se mostró más apagado que de costumbre y no pudo contrarrestar a Zverev, que estuvo muy certero con el saque ya que no concedió ni un oportunidad de rotura y muy sólido y decidido desde el fondo de la pista para generar golpes ganadores. El primer set marcó una tónica que ya no se alteraría porque el campeón destronado no encontró la manera de derribar la muralla que se encontró enfrente. Es el primer triunfo del tenista de Hamburgo después de cinco derrotas seguidas en el duelo particular, que ahora está igualado a seis y que tiene pinta de que se repetirá muchas veces en el futuro.

Zverev tenía claro que “tenía que jugar mi mejor partido y lo conseguí”. “Cuando te mides a Daniil, si le dejas entrar en pista en muchos intercambios, lo vas a tener muy difícil, porque es uno de los mejores jugadores del mundo desde el fondo de la pista. Necesitas tomar el control de los puntos”, añadió el alemán, que se toma ahora vacaciones ya que ha renunciado a la Copa Davis que arranca esta semana. En su palmarés tiene la asignatura pendiente de los Grand Slams. “He ganado en todos los niveles del circuito. Solo me falta uno y espero lograrlo el año que viene”, lanzó el alemán, que tiene solo 24 años y va ganado en madurez mental, aunque aún la tiene que explotar en los duelos a cinco sets.

“Claro que Alexander puede ganar un Grand Slam, pero no es el único”, concedió Medvedev, que reconoció que no estuvo cómodo en la pista, “quizás estaba cansado, pero no lo sé. Está claro que mi servicio no ha funcionado como otros días”. El ruso, que se llevó en el US Open el único grande que no ha ganado este año Djokovic, lidera el grupo de relevo del Big Three y puede engordar su cosecha en la Copa Davis donde Rusia es favorita por profundidad de plantilla.