Mikel Landa (Bahrain) se ha proclamado este sábado ganador de la Vuelta a Burgos tras aprovechar la labor grupal de todo su equipo y el hundimiento de Romain Bardet, líder hasta la última jornada de la carrera. El francés ha empezado con 45 segundos de diferencia sobre el corredor murgiarra y ha terminado 54 por detrás.
A poco más de dos kilómetros de la meta situada en Las Lagunas de Neila -en ese mismo lugar ganó Landa hace diez años con Euskaltel en su primera victoria profesional-, apenas un palmo para el pulmón ciclista, se ha clavado el galo, abriendo el abanico de hostilidades en busca de la última etapa de la ronda castellana y ha permitido el ascenso del alavés en la general. Bardet ha perdido incluso un sitio en el podio.
Si bien el murgiarra hubiera querido también llevarse el gato al agua en la quinta etapa, rememorando las mieles de hace una década, los colombianos Egan Bernal y Einer Rubio han sido los que pelearon por el triunfo en el último tramo de la ascensión, pero ha sido el británico Hugh Carthy el que ha acabado levantando los brazos tras aguantar los ataques. El de Ineos, campeón del Tour en 2019, se ha dejado llevar y ha acabado cuarto, a 13 segundos del ganador de la etapa. Landa ha finalizado sexto, a 16 y Mikel Bizkarra, de Euskaltel, décimo, a 44.
Con todo, el murgiarra regresa a lo más alto del podio después de dos años y medio tras el triunfo en la Semana Coppi e Bartali de 2019. Lo hace en una carrera que ya ganó en 2017 y después de recuperarse de una espeluznante caída en el pasado Giro que le tuvo sin competir hasta el 31 de julio y el 1 de agosto, cuando reapareció en la Clásica San Sebastián y el Circuito de Getxo. Asimismo, a una semana del inicio de la Vuelta, que comienza con una crono en Burgos, Landa recibe una inyección de buenas sensaciones. “Una victoria aquí motiva y da confianza”, ha revelado el de Bahrain.