ESPAÑA: Pérez de Vargas, Solé, Gurbindo, Sánchez-Migallón (1), Guardiola, Entrerríos (2), Ángel (1), Corrales, Maqueda, Dujshebaev (5), Sarmiento (2), Figueras (5), García (3) y Aleix Gómez (4),
DINAMARCA: Landin, Svan (1), Gidsel (5), Holm (1), Mikkel Hansen (12), Magnus Landin (1), Saugstrup, Moller, Mollgaard, Mensah (4), Toft Hansen (2), Olsen, Johan Hansen (1) y Andersson,
Parciales: 1-2, 3-3, 5-7, 6-9, 7-11, 10-14 (al descanso); 12-14, 15-19, 18-21, 20-22, 21-23 y 23-27.
Árbitros: Brunner y Salah (SUI). Excluyeron por dos minutos a Solé, Gedeón Guardiola, Sarmiento y Antonio García por España; y a Saugstrup y Mollgaard por Dinamarca.
Incidencias: Sin espectadores en el estadio nacional Yoyogi.
- La selección estatal de balonmano no fue capaz de romper su techo olímpico y deberá conformarse con volver a pelear por la medalla de bronce, como ya le ocurrió en Atlanta 1996, en Sydney 2000 y Pekín 2008. Los de Jordi Ribera cayeron por 23-27 ante Dinamarca en una semifinales de los Juegos de Tokio en las que los Hispanos nunca encontraron el camino para superar al conjunto nórdico. De esta forma, España pugnará mañana (10.00 horas) contra Egipto por el último escalón del podio olímpico.
Y es que ni la sobresaliente actuación del portero Gonzalo Pérez de Vargas, ni los goles de Alex Dujshebaev en la segunda mitad bastaron para doblegar a lo daneses, los vigentes campeones olímpicos, que repetirán final en Tokio ante Francia. Y eso que el conjunto estatal pareció arrancar el encuentro con las ideas muy claras y siempre fue consciente de que su primera opción en ataque era aprovechar la movilidad de Adrià Figueras. El problema fue de precisión ya que a España le costó calibrar el momento adecuado para asistir al pivote. Circunstancia que provocó que no hubieran transcurrido ni cinco minutos cuando España ya contabilizaba cuatro pérdidas de balón.
Pero si la selección española cuenta con uno de los mejores porteros del mundo, qué decir de Magnus Landin, posiblemente en estos momentos el guardameta más determinante del panorama internacional. Ante esta tesitura, el encuentro llegó al descanso con un 10-14 que mostró lo vivido sobre el parqué. Diferencia que ni las paradas de Pérez de Vargas, bastaron para reducir.
Y es que si en la segunda mitad España pareció mostrarse más entonada en su juego tanto en ataque como en defensa, las dos exclusiones casi consecutivas de Sarmiento y García hicieron imposible cualquier reacción. Con todo, cuando los de Ribera lograron un meritorio 21-22, volvió a surgir la figura de Landin, que con dos soberbias paradas, permitió a Dinamarca llegar a la final. Allí se medirá a Francia, que aparentemente se deshizo con más facilidad de Egipto (27-23).