ué decir. Esta etapa la tenía marcada desde hacía meses. Me gustaba mucho. El recorrido me encantaba, con el valle, subidas y bajadas. Los primeros 80 kilómetros han sido a palos. La salida ha sido mortal. La fuga se ha hecho subiendo y me he metido con los escaladores. El único gordito era yo. Estaba bien en el grupo. Mollema ha arrancado a 40 kilómetros de meta. Es algo que he valorado, pero pegaba muchísimo viento de cara. Aún así, él lo ha intentado y le ha salido a pesar de que en nuestro grupo nos hemos entendido bien, pero Mollema ha sido más fuerte, así que chapeau por él. En el puerto de segunda ha pasado lo que me temía. Los escaladores me han dejado y me he quedado en el segundo grupo perseguidor. Pensaba que en el descenso podría enlazar, pero lo cierto es que nuestro grupo no rodaba muy rápido y se he me ha quitado la idea de ser segundo en meta porque Mollema era inalcanzable. Sabía que era el más rápido del grupo y la gente no me daría relevos. Es algo normal. A pesar de todo, estoy contento con la actuación que he tenido. Lo he intentado de todas las maneras. Habrá que probarlo en la tercera semana.