La relación entre Dimitris Itoudis y Mike James en Moscú tiene visos de acabar como el rosario de la Aurora. Lejos de cerrarse una crisis conocida por todo el mundo desde hace tiempo, las tiranteces entre el entrenador griego y el director de juego estadounidense siguen en aumento a lo largo de esta campaña.

Ambos protagonizaron ayer el enésimo desencuentro en el marco de una nueva jornada de la VTB League entre el CSKA y el Unics Kazan, partido ganado con solvencia (102-86) por el equipo del Ejército Rojo. Sin embargo, la estampa que dejó a través de las redes sociales el concluyente triunfo del gigante ruso no fue otra que la de su estrella abandonando el campo a las primeras de cambio tras la enésima acalorada discusión con su entrenador.

Cuando tan solo habían transcurrido tres minutos del encuentro, el enfrentamiento entre Itoudis y James fue visible para todo el mundo en un tiempo muerto. El griego le reprochó alguna acción al exbaskonista y este, lejos de agachar las orejas, se encaró con su jefe elevándose el tono de la discusión. Como no podía ser de otra manera, el intenso cruce dialéctico entre ambos acabó con James en el vestuario.

El CSKA alegó “problemas de estómago y fiebre” a la conclusión del duelo para evitar que la bola de la pésima relación entre ambos siguiese creciendo, pero las imágenes no dejaban lugar a la duda acerca de lo que había sucedido. De hecho, el propio Itoudis no escondió el incidente y no pudo ser más categórico en la rueda de prensa posterior a la hora de hablar sobre lo sucedido.

“No creo que sea el momento de entrar en detalles. Pero vosotros sabéis quién soy, sabéis al club que represento y cuáles son mis principios, mi ética y mi actitud hacia el trabajo”, justificó el entrenador heleno. Ahora está por ver si el preparador heleno toma alguna represalia con James, que ya fue apartado del equipo en una ocasión esta campaña por un acto de indisciplina similar al de ayer.

De lo que no hay duda es que los días del díscolo timonel en la capital rusa ya están contados pese a la millonaria renovación acometida el pasado verano por el CSKA hasta 2023. Cualquier otro desenlace sería una sorpresa.