- Aunque glorioso, Froome pertenece al pasado desde que se su cuerpo estallara en el Dauphiné de 2019, quebrado tras un durísimo impacto contra un muro. El campeón quedó allí y desde entonces, a pesar de su prolongada y costosa rehabilitación con los mejores especialistas no ha sido capaz de acercarse a lo que fue. El británico es un recuerdo. Una imagen en sepia de lo que fue. En la rampas de Port de Santa Fe del Montseny, una cota de primera, Froome se desvencijó. No se dejó porque su orgullo, la dignidad y la autoestima se lo impiden, pero al líder del Israel, la realidad le notificó que su tiempo ha pasado como el de las hojas caducas que amortiguaban su silencioso calvario. Froome arrastró la cruz de los tiempos mejores, pedaleando en la nostalgia, congelado en el tiempo, fundido entre unas laderas donde la nieve recordaba el reciente invierno. Es primavera, pero Froome, no florece. Su quinto Tour es una quimera.

Froome se deshilachó en el momento en el que la carrera tomó algo de altura después de la aventura en la que se embarcó Gotzon Martin junto a Berhane, Taaramäe y Moniquet. El del Euskaltel-Euskadi demostró que es un ciclista valiente. No desperdició el ciclista de Orozko el ticket para salir del anonimato en el reestreno del Euskaltel-Euskadi en el WorldTour. El vizcaino mostró el carácter y la ambición de la formación naranja. Hacía ocho años desde la última carrera del equipo vasco en la máxima categoría del ciclismo. Gotzon Martin dejó su impronta. Mira al futuro. A Froome no le alcanza esa visión. El británico era un recuerdo conmovedor.

Amortizada su figura a 50 kilómetros de meta y con la fuga tachada, Luis León Sánchez hizo palanca. Abrió una pequeña grieta tras el descenso Port de Santa Fe del Montseny, el puerto que crucificó a Froome. El pelotón se tomó un momento para respirar y Luisle prefirió la apnea. El alemán Kämna, un buen rastreador, se agarró a la propuesta de Luis León, que se agitó en el instante preciso. También se sumaron Kron y Rochas. Se entendieron de inmediato. Tomaron una renta de 40 segundos. Solo el empeño de Ineos, que ordenó a Castroviejo a dar velocidad al grupo, logró reducir algo el trecho. Insuficiente. En Calella se retó el cuarteto por la victoria. En ese esprint a cuatro, Kron repelió a Luis León Sánchez. Los favoritos se agolparon en el mismo encuadre. Allí no estaba Froome. El británico asomó a 8:30 del vencedor. Nadie le espera.

Primera etapa