Los comienzos siempre son difíciles. El primer paso es el que más cuesta y muchas veces se empieza a andar, para luego tropezar, pero en otras ocasiones, se acaba cogiendo velocidad de crucero, o mejor dicho en este caso, de ciclismo. Y es que unos pocos han tenido el valor de comenzar a pedalear para sacar adelante nuevos proyectos prometedores como son Electro Alavesa-Zuia-Bsafe e Iridoi-Eguzkilore. Estas iniciativas coinciden especialmente en una idea como base principal: ayudar al ciclismo alavés.

El primero surgió hace ya 50 años, pero la temporada pasada y con la nueva directiva al frente se quiso dar un empujón aún mayor al deporte base del equipo. Así lo confirma el propio secretario del club, Arkaitz Larrazkueta. "En los últimos años se han ido perdiendo corredores y es por eso que la idea es recuperar al equipo cadete y juvenil y darle mayor importancia también al deporte femenino". El propio miembro del club desvela que este proyecto está asegurado, como mínimo, para cuatro años más gracias a todos los patrocinadores "a los que estamos muy agradecidos, desde el primero al último". Por eso, la idea es la de poder añadir la categoría de juveniles de cara a las próximas temporadas.

Nunca ha sido fácil llevar a cabo una iniciativa así y más cuando se hace de forma altruista, pero uno de los grandes inconvenientes -como siempre suele suceder- es el dinero. Y es que el coste para mantener al equipo de categoría amateur es muy elevado. "Aunque seamos humildes, tenemos muchas ganas de crecer y de hacer las cosas bien", recalca Arkaitz, quien al mismo tiempo admite que prueba de la dificultad de este trabajo se refleja en que son el único club con equipo sub-23 en estos momentos.

El secretario del club de Zuia expresa su opinión admitiendo que el ciclismo siempre ha sido un deporte minoritario, a pesar de que en Euskadi sí que se le quiere mucho y que hay carreras profesionales importantes que congregan a bastante público. Aún así, a la hora de la verdad tampoco hay tantos corredores en Álava.

Sin embargo, la cantidad no quiere decir calidad y eso lo sabemos todos, porque Álava ha visto nacer a grandes ciclistas como Mikel Landa y Javier Ruiz de Larrinaga, ambos de la cantera del club de Zuia, reconoce orgulloso Arkaitz. El secretario lo tiene claro cuando le toca emitir su opinión sobre el ciclismo alavés. "Su salud no es que sea la mejor, pero hay que trabajar para intentar seguir buscando más apoyos para conseguir impulsarlo un poco más, porque quizá falten corredores y corredoras".

La otra gran noticia -y con apenas un mes de diferencia- fue el nacimiento del otro club, el Iridoi-Eguzkilore, con equipo juvenil y cadete, y con dos responsables con gran experiencia en el mundo del ciclismo como son Iñigo González de Heredia y Joseba Beloki. Ambos vieron la necesidad de crear "un proyecto diferente" para ayudar a los familiares de los jóvenes y quitarles esa responsabilidad de formarles deportivamente. El punto de vista de Iñigo es que los jóvenes ciclistas necesitan el apoyo de gente con experiencia en este deporte. Por eso, una de las ideas barajadas es que "los cadetes y juveniles sean más independientes con la ayuda de los directivos deportivos".

A pesar de la juventud del club, el director técnico, Iñigo González de Heredia, confiesa que la salud de su equipo es tremenda y eso es gracias "a los chavales que tenemos, quienes nos están sorprendiendo muchísimo y nos estamos llevando una gran sorpresa". Una felicidad que no se ve empañada por el esfuerzo que conlleva empezar un proyecto de este calibre. Y es que, "después de un año de trabajo por fin se ha conseguido empezar", afirma Iñigo.

Ahora solo queda trabajar con las promesas del ciclismo alavés. "Desde el equipo hemos pedido a los padres de los jóvenes que nos dejen trabajar con ellos, queremos que estén con sus hijos, pero que nos dejen hacer nuestra labor", declara Iñigo.

El objetivo principal del club radica en prepararles para la categoría sub-23, ya que "pasar de estar arropado por tus padres a competir con gente de dos o tres años mayor es un cambio muy brusco para ellos", afirma el director del club, que reconoce que esa preparación quizá sea la que más haya sufrido estas temporadas pasadas en Álava. Por eso mismo, se quiere potenciar las categorías de cadetes y juveniles. Desde Iridoi-Eguzkilore, también se está trabajando para organizar competiciones u otros eventos que ayuden al ciclismo alavés, tanto de cicloturismo como de ciclocross. Y es que "en el calendario alavés quizá hay muy pocas carreras y es conveniente que podamos seguir sacando competiciones para atraer competidores de otras provincias y que así nuestros ciclistas puedan seguir aprendiendo", enfatiza Iñigo.

El propio directivo destaca que el proyecto no consiste simplemente en sacar adelante una idea, sino que "lo que queremos es formar a los jóvenes, tanto dentro del ámbito del ciclismo como fuera de él, con médicos, dietistas o fisioterapeutas para que adquieran nociones del deporte en general, que consideramos importantes en la carrera de un profesional".

La pandemia que se está sufriendo ha frenado en seco muchas cosas. Por eso, estos proyectos adquieren aún más mérito. Las ganas se notan en ambos clubes y aunque el calendario ande escaso de carreras, los equipos se han podido estrenar el último fin de semana de febrero. Por un lado, el club de Zuia compitió en Zumaia y Colindres con una gran valoración del director, Xabier San Sebastián, quien admitió que se notó que era la primera carrera de muchos jóvenes y que aún deben pulir algunos detalles. La valoración del Iridoi-Eguzkilore de su respectiva competición en Eibar también fue positiva, donde también se dejó sentir la falta de rodaje.

La incertidumbre está presente a la hora de organizar carreras y es difícil saber cuál será el futuro de estas, pero desde el club ciclista zuiano intentarán centrarse en el calendario vasco, mirando de reojo a Cantabria. Desde el equipo de Iñigo y Joseba Beloki se intentará seguir los planes vasco-navarros, pero con la intención de competir en la Copa de España y con la idea de "que algún joven pueda meterse en alguna selección y correr internacionalmente", augura Iñigo siendo consciente de que ello será difícil a causa de la pandemia.

En definitiva, ambos proyectos avanzan poco a poco para asentarse y ayudar aún más al ciclismo alavés. Ninguno de ellos tardará en adquirir la velocidad adecuada, ya que tal y como indica el propio Arkaitz, "el ciclismo es pasión y nosotros lo vivimos así, y es que no dejamos de ser cuatro amigos que hacemos esto porque nos pica el gusanillo y queremos contagiar este espíritu". Todos esperamos que lo consigan para superar la etapa más dura, la del comienzo.

Solo cadete y juvenil. Sus directores Joseba Beloki e Iñigo González de Heredia apuestan por la base del ciclismo alavés para que el posterior salto a la categoría sub-23 no sea tan duro. Acoge a ocho ciclistas en edad juvenil y cinco cadetes que desean hacerse un hueco en el pelotón vasco.

Plantilla. El equipo sub-23 está formado por Erik Arroiabe, Aritz Bartolomé, Endika Balza de Vallejo, Oier Aldama,Joseba Torres, Arkaitz Duque, Andres Arratibel, Sergio Grajera, Jakub Pile?ek, Alvaro Cobo, Flavio Ortiz, Ferran Carreras y Miguel Saenz. También tiene previsto sacar un equipo juvenil.

"Hemos pedido a los padres que nos dejen hacer nuestra labor y trabajar con los chicos"

"Es necesario que saquemos carreras para atraer a ciclistas de fuera y que los nuestros aprendan"

"La idea es que algún joven se enrole en una selección y compita internacionalmente"

Director técnico

"No dejamos de ser cuatro amigos que hacemos esto porque nos pica el gusanillo"

Secretario

"Aunque seamos humildes, tenemos muchas ganas de crecer y de hacer las cosas bien en el futuro"

"En los últimos años se han perdido corredores y la idea es recuperar al equipo cadete y juvenil"