URUGUAY Navarrete (P), Viera (P), González (P); Chaparro, Listón (6), Fabra, Spangenberg, Falabrino, Cancio (8), Méndez, Morandeira (2), Botejara (1), Rubbo (1), Vecino (1), Velazco (1), Echeverry, Goyoaga (2), Rostagno (1), De Agrela y Millán.

ESPAÑA Hernández (P), Corrales (P); Sarmiento (1), Maqueda (4), A.Dujshebaev (1), Goñi (2), Cañellas (2), Morros, D.Dujshebaev (2), Solé (6), Gómez (5), Fernández, Ariño (8), Figueras (3), Guardiola (1) y Marchán (3).

Marcador cada 5 minutos 2-3, 3-8, 5-12, 6-15, 10-19, 12-24; 14-26, 16-29, 17-34, 20-34, 22-36 y 23-38.

Árbitros Alaa Emam y Hossam Hedaia (EGI). Excluyeron a los uruguayos Chaparro (2) y Spangenberg y a los españoles Morros (2), Goñi (2) y Sarmiento.

Pabellón New Capital Sports Hall de El Cairo.

- La selección española cumplió los pronósticos y solventó con un contundente 23-38 su partido ante la débil Uruguay, un plácido triunfo que, unido a la victoria posterior de Hungría ante Polonia, clasificó a los Hispanos para cuartos de final del Mundial de Egipto. En la última jornada de la fase principal (mañana a partir de las 18.00 horas), España se jugará con Hungría el primer puesto del grupo o, lo que es lo mismo, evitar en cuartos de final a la siempre temible Francia. El cómodo encuentro ante Uruguay sirvió a Jordi Ribera para dar descanso a los jugadores que habían acumulado más minutos hasta ahora. Unas rotaciones que comenzó desde la propia convocatoria, al dejar en la grada al portero Gonzalo Pérez de Vargas y al capitán Raúl Entrerríos y sustituirlos por los navarros Sergey Hernández (portero) y Iosu Goñi (lateral), que debutaban así en Egipto.

El partido en sí apenas duró un par de minutos, en los que Uruguay, que accedió a esta segunda ronda gracias a la retirada de Cabo Verde, pudo presumir de ir empate (2-2) con los dobles campeones de Europa.

Un espejismo de lo que ocurriría desde entonces hasta el final y que puede resumirse en una continua sucesión de goles del conjunto español, que hicieron crecer la ventaja hasta la máxima de diecisiete tantos (17-34) a los 15 minutos de la segunda mitad. Goleada a la que contribuyeron decisivamente los extremos Aleix Gómez y Aitor Ariño, punta de lanza del contraataque español, que firmaron 12 de los 24 tantos con los que España concluyó la primera mitad (12-24). España, como reclamaba Ribera, se tomó el partido con la máxima seriedad, como dejó claro Aitor Ariño al lanzarse a por un balón perdido a los 19 minutos de juego, pese a los 9 goles de ventaja con los que ya contaba el equipo español.

Pero además de dosificar esfuerzos, pensando en lo que queda por delante, el encuentro debía servir para que aquellos españoles que todavía no han acabado de mostrar su mejor versión dieran un paso adelante.

Tal y como hizo Aitor Ariño, que cerró el choque con ocho dianas, o Aleix Gómez, que, por fin, recordó al infalible y eléctrico jugador del Barcelona, atravesando la pista como un rayo en cada contraataque del conjunto español.

Igualmente necesitaba afinar la muñeca el exterior zurdo Ferrán Solé, que demostró el motivo de su elección como mejor extremo del Mundial 2019. Tampoco desaprovechó la oportunidad el pivote Rubén Marchán, que valiéndose de su superioridad física dominó la línea de los seis metros en los minutos que jugó, o el lateral Iosu Goñi, que demostró su capacidad para poder aportar lanzamiento exterior.

Convincente fue también la actuación de Sergey Hernández, que a sus 25 años dejó muestras del enorme futuro que le aguarda, en algunas de las 14 paradas que firmó.

Portero debutante. El portero Sergey Hernández estaba ayer feliz con su estreno en Egipto. "Estoy muy contento por haber podido debutar en un Mundial. Me siento un afortunado", señaló Hernández, que jugó todo el encuentro. Un debut que el portero del Benfica portugués saldó con un total de 14 paradas. "La verdad es que ha sido un partido bastante completo por nuestra parte. En ataque hemos jugado bastante bien y en defensa, el sistema 5-1 que queríamos trabajar para el próximo partido también nos ha salido bastante bien", destacó el guardameta, cada vez más asiduo en las convocatorias de la selección absoluta.