- Toca aparcar la semana de pasión vivida en el club y que tuvo como protagonistas a casi todos los actores de la entidad: a la Junta Directiva, con el presidente Aitor Elizegi a la cabeza, al director deportivo y a los propios jugadores, algunos de los cuales se involucraron como si la vida les fuera en ello en el intento por fichar a Fernando Llorente. Hace una semana que se destapó la caja de Pandora y desde entonces el ruido ha sido mayúsculo, hasta el punto de propagar una imagen de club de barrio más que de uno con la historia del Athletic. Por el bien común, aunque resultará complicado, toca centrar las miradas en el plano deportivo, donde las cosas no van mucho mejor. Si es que no van peor. Tras cuatro partidos, el conjunto rojiblanco es penúltimo en la tabla con un pobre bagaje de tres puntos sobre doce posibles. Y lo más preocupante, tras tres derrotas y una sola victoria, es la gris imagen ofrecida hasta la fecha, lo que ha puesto en el disparadero a Gaizka Garitano.

Es cierto que tanto Rafa Alkorta como Aitor Elizegi, por orden de aparición, enviaron la semana pasada un mensaje de tranquilidad y unidad en torno a la figura del entrenador, mostrando ambos fe ciega en la capacidad del técnico de Derio para darle la vuelta a la tortilla, pero en el entorno del club hay demasiadas dudas. La Asamblea Ordinaria de Socios Compromisarios, que en el fondo no tiene nada que ver con lo deportivo, pero que llegado el caso podría guardar una estrecha relación, asoma a un mes vista -se celebrará en San Mamés el próximo 15 de noviembre-, y Garitano tiene hasta la celebración de la misma cuatro partidos por delante en los que se juega buena parte de su futuro.

Levante, Osasuna, Sevilla y Valladolid medirán la capacidad de reacción de un equipo tocado en lo anímico tras lo acontecido ante el Cádiz, un partido en el que fue incapaz de sacar siquiera un empate contra un conjunto que jugó con dos futbolistas menos durante casi media hora, y encadenar tres días después una nueva derrota, en este caso en el derbi contra el Alavés disputado en Mendizorrotza y donde el Athletic acabó sin disparar ni una sola vez entre los tres palos.

Es en ataque donde mayor margen de mejora se le intuye al Athletic, que únicamente ha marcado dos goles desde el inicio del campeonato, obra ambos de Unai López en el derbi frente al Eibar. Ni contra el Granada, donde el equipo realizó dos disparos a puerta, ni ante el Cádiz, con cuatro intentos y mucho menos frente al Alavés, donde el dato se quedó a cero, vieron puerta los leones. Por si fuera poco, la sensación de que al equipo le cuesta un mundo generar peligro en la portería rival es un hecho cada vez más palpable. En este sentido, el fichaje de Alex Berenguer debería de dotar de mayor mordiente ofensivo a un equipo en el que Iñaki Williams suma quince partidos consecutivos sin marcar y en el que otros jugadores de ataque como Raúl García o Iker Muniain, que también cuentan con la vitola de titulares, no han estado cerca de hacer gol.

Por si fueran poco visibles los problemas ofensivos, el engranaje defensivo, el que es el eje del juego que propone Gaizka Garitano, tampoco ha terminado de carburar en el arranque de la temporada. Hasta el punto de que el conjunto rojiblanco ha sido incapaz de dejar su portería a cero en ninguno de los cuatro partidos disputados. Recibió dos del Granada y uno del Eibar, Cádiz y Alavés. Pero al margen de los tantos encajados, la facilidad con la que han llegado los rivales a la meta defendida por Unai Simón debe ser motivo de preocupación.

La mezcla del desatino en ambas áreas ha propiciado el mal arranque de temporada del Athletic, al que la suerte dibujó, sobre el papel, un camino sencillo en las diez primeras jornadas de liga, más aún con el aplazamiento del choque de la segunda frente al Barcelona. Consciente de ello, el propio Garitano recalcó en la previa del debut ante el Granada la importancia de un buen inicio. “Es vital empezar bien la liga”, aseguró. Más recientemente varió el discurso y apuntó que aún es pronto y que hay margen para reconducir la situación.

Por lo pronto, su futuro podría decidirse en los cuatro próximos partidos. Citas que se antojan vitales en primer lugar para salir de los puestos de descenso y para ver hacia dónde debe mirar el equipo en la temporada. Si no hay reacción, la continuidad de Garitano, un técnico al que se le pide una apuesta más decidida por los jóvenes que vienen pisando fuerte por detrás, se pondrá aún más en duda y en un horizonte no muy lejano asoma la Asamblea de Socios... Turno para el balón.